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Educación

¿Cómo se celebró el “Mini Mobile World Congress”?

Un grupo de alumnos y su profesor relatan cómo ganaron un premio de los #mSchools Students Awards trabajando a remoto y en confinamiento: con una app para encontrar a mascotas perdidas

Hugo, Luis, Pau, Marc y Gerard han desarrollado la app «findyourpet» con la que han ganado uno de los premios del #mSchool Awards Maristes de RubíShooting

«Have fun, have fun». En la última entrega de los #mSchools Student Awards, John Hoffman, el consejero delegado del GSMA, la patronal de los móviles que organiza el Mobile World Congress (MWC), no dejaba de repetir a niños y a profesores, los protagonistas del certamen: «¡Diviértanse! ¡Diviértanse!». Diviértanse en el colegio, diviértanse aprendiendo, diviértanse con la tecnología, pero sobre todo, diviértanse en la vida, porque como decía Pau Donés en una de sus canciones y ha demostrado la pandemia de la COVID-19: «aquí estamos de prestao». Ese día, Hoffman hablaba y movía los brazos con un estusiasmo contagioso. Y emplazó a los colegios a verse con la misma ilusión y nuevos proyectos en el «mini Mobile World Congress» de 2020, una iniciativa del Ayuntamiento de Barcelona, la Generalitat y la GSMA para extender a las escuelas el impacto del MWC, con el que se anima a los alumnos a desarrollar nuevas tecnologías.

Cuando el 12 de febrero Hoffman anunció que suspendía el Mobile por miedo a un virus que entonces sólo mataba en China, no imaginaba que la COVID-19 acabaría siendo una pandemia que empujaría al mundo a reinventarse. Tampoco imaginaba que este año no volvería a subirse al escenario de los #mSchool Student Awards a recetar diversión. Aunque cuando la curva de la epidemia enloqueció en vez de cancelar el certamen, como hizo con el MWC, adaptó el encuentro a la nueva realidad.

El «mobile congress junior» es un ejemplo de cómo la crisis global causada por la pandemia ha obligado a repensar la educación desde una nueva mentalidad. El 12 de marzo, horas antes de que Quim Torra anunciara que cerraba los colegios, David Esteban, profesor de los Maristas de Rubí planteaba un reto a sus alumnos de Informática de 4º de ESO: desarrollar una app para ayudar a la comunidad. No partían de cero. Durante el curso, les enseña a crear un ordenador con piezas, trabajan con windows, con linux y cuando ya están familiarizados con el lenguaje informático, tienen los últimos trimestres para meterse en la piel de unos emprendedores y desarrollar un proyecto con su plan estratégico, su web y su app.

En su caso, la COVID-19 les ha dado la oportunidad de participar en los #mSchool Student Awards. Esteban cuenta que tal y como tenía programado el curso, cuando en clase tocaban programación, ya habían cerrado el plazo para participar en el concurso. «Pero este año, la covid retrasó el calendario de los premios, tuvimos tiempo para presentarnos y ganamos», resume.

Repensar la educación

La ilusión con la que han vivido los estudiantes el concurso y el ruido que ha provocado el premio en el colegio y en su municipio, Rubí, le lleva ahora a replantearse el curso en 2020-21, para que sus alumnos puedan repetir la experiencia de concursar en la versión infantil del MWC.

Los ganadores de esta edición en la categoría «App Education» son Hugo, Luis, Pau, Marc y Gerard. Han desarrollado una original aplicación que reúne a mascotas que se han perdido con sus familias. «No es necesario que los animales lleven chip», cuenta Hugo. La app «findmypet.cat» es muy intuitiva. «Es muy fácil. Las personas que encuentran un animal perdido tienen un espacio para notificar dónde la han visto, su nombre, un teléfono o correo electrónico de contacto y el tipo de animal. Hemos desarrollado un mapa detallado con las notificaciones de los animales encontrados, donde las personas que han perdido a sus mascotas pueden mirar de encontrarlas a través de la información de otros usuarios. Además, cuando la app recibe una notificación, automáticamente, las clínicas veterinarias, las protectoras y tiendas de animales reciben un póster para imprimir con la información del animal. Finalmente, hemos diseñado una sección con las protectoras de toda España, para facilitar la adopción», resume Hugo.

Aunque el curso ha acabado y han ganado dos premios –también han recibido el premio Fundacio.cat con el mismo proyecto–, siguen trabajando en su proyecto. Están terminando de mejorar la parte de gestión de usuarios para ofrecer su app al Ayuntamiento de Rubí.

Todo este trabajo lo han hecho en confinamiento y de manera remota. Hugo y sus compañeros partían con la ventaja de que son amigos y se conocen desde que tienen tres años. Aunque a los alumnos les ha gustado la flexibilidad de trabajar desde casa, «manejando nuestros horarios y plazos de entrega», dice Hugo, «hemos echado de menos la interacción con nuestro profesor». «No lo teníamos a mano. En clase, cuando atiende a otro grupo, puedes levantar la mano para pedir que te eche un cable, en este caso, teníamos que esperar a que se conectara», resume.

¿Cómo será septiembre?

Su profesor no duda de que la teledocencia ha llegado para quedarse, aunque está convencido de que «la educación presencial es insustituible». En el aula es donde hay más aprendizaje en términos cognitivos y emocionales. Además, «el sistema educativo no estaba preparado para sustituir a la educación presencial», constata. Ahora que ha acabado el curso, lamenta la improvisación con la que han actuado los gobiernos. A estas alturas todavía no sabe cómo será el regreso a las aulas. Lo que le preocupa a Esteban no es que sus alumnos hayan dejado de aprender algún contenido. Lo que le preocupa es el estado emocional de los niños y que se hayan ampliado las desigualdades.

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