Hito médico

Médicos de Sant Joan de Déu y el Clínic logran un nuevo hito en el ámbito de los trasplantes

Profesionales de ambos centros han trabajado de forma conjunta para realizar con éxito el primer trasplante pediátrico cruzado de riñón con grupo sanguíneo incompatible en España

Claudia junto a su padre, Alberto, y la doctora Calzada
Claudia junto a su padre, Alberto, y la doctora CalzadaSant Joan de Déu

Con solo ocho años, Candela es ya un hito para la medicina, que abre nuevas puertas en el ámbito de los trasplantes renales pediátricos. Su caso ha supuesto un reto para los profesionales médicos del Hospital Clínic de Barcelona y del Hospital Sant Joan de Déu que han participado en su tratamiento.

Con 20 meses, le diagnosticaron un síndrome nefrótico de origen genético que le provocó una insuficiencia renal progresiva, la cual hizo necesario un trasplante renal que se llevó a cabo cuando Candela tenía solo 4 años. Sin embargo, a las 24 horas de la intervención, los médicos tuvieron que extraerle el riñón porque el trasplante fracasó y eso generó en la niña una hipersensibilización, es decir que desarrolló múltiples anticuerpos contra posibles órganos de donantes.

Así las cosas, desde entonces y mientras se buscaba un riñón compatible, Candela se tuvo que someter a diálisis, al principio, tres veces a la semana y, dos años después, a diario. Ante la incompatibilidad inmunitaria con sus padres y las dificultades para encontrar un órgano que pudiera trasplantarse a la niña, el equipo médico decidió incluir a Candela en el Programa de Trasplante Renal Cruzado de la Organización Nacional de Trasplantes, el cual ofrece a las personas que necesitan un trasplante y que disponen de un potencial donante incompatible la posibilidad de intercambiarlo con otra pareja. “Dado que la posibilidad de encontrarle un riñón era casi nula con los métodos habituales, optamos por esta opción”, explica el doctor Ignacio Revuelta, consultor de la Unidad de Trasplante Renal del Clínico, algo poco frecuente en el entorno infantil. De hecho, en España solo se han hecho seis trasplantes renales cruzados, de los cuales dos de ellos han sido en niños, uno de los cuales ya estaba casi en la edad adulta.

Así fue como el padre de Candela donó su riñón a un paciente de Sevilla con el que era compatible, mientras que Candela recibió el riñón del donante de ese paciente, que si bien era inmunológicamente compatible, presentaba la peculiaridad de ser incompatible por grupo sanguíneo, lo cual presentaba un nuevo reto para el equipo médico, que se añadía así al de la hipersensibilización. La solución pasaba por añadir al habitual tratamiento inmunodepresor que se lleva a cabo antes de un trasplante para evitar el rechazo, un proceso de depuración de anticuerpos de la sangre de Candela que reaccionarían contra la sangre del donante. “La sobremedicación por la inmunosupresión y la técnica de depuración a la que se ha tenido que exponer a Candela conlleva un riesgo oncológico, así como de contraer infecciones”, señala la doctora Yolanda Calzada, nefróloga de Sant Joan de Déu. En cualquier caso, la relación entre beneficio/riesgo aconsejaba el trasplante, que se llevó a cabo un mes después del proceso de depuración y que tampoco estuvo exento de complejidades.

El riñón procedía de un donante adulto y había que trasplantarlo en un receptor pediátrico, de manera que era necesario insertar un órgano de gran tamaño en un espacio pequeño, pero además el riñón adulto requiere un flujo de sangre de gran magnitud, por lo que fue necesario ir a arterias y venas de la niña de gran flujo”, explica el doctor Antonio Alcaraz, jefe del Servicio de Nefrología del Hospital Clínic, quien además hace referencia a una segunda complejidad a la que hubo que hacer frente durante la intervención. Y es que Candela sufre hipercoagulabilidad.

En este contexto, a finales del año pasado, en plena pandemia, se procedió a llevar a cabo el trasplante. A primera hora de la mañana, se extrajeron casi de forma simultánea el riñón del padre de Candela en el Hospital Clínico y el del donante de la niña en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla y cada uno de ellos se trasladó vía aérea al hospital en el que sería trasplantado.

Unas 12 horas después y tras cuarto horas de intervención, Candela ya tenía su nuevo riñón después de un trasplante en el que participó una veintena de profesionales de Sant Joan de Déu y el Clínic. Fue todo un éxito, pero estando ya en la Unidad de Cuidados Intensivos se produjeron dos nuevas complicaciones más. Candela sufrió una hemorragia interna debido a su hipercoagulabilidad, por la que tuvo que ser reintervenida, y un edema pulmonar. Sin embargo, a día de hoy la niña “está llena de energía y vitalidad, está hecha una moto, aunque aún no puede ir al colegio por el tema de la inmunodepresión. Desde hace tres meses, nuestra vida ha cambiado profundamente”, asegura su padre, Alberto, aunque es cierto que la niña deberá seguir tomando de por vida inmunodepresores y en un cantidad superior a la habitual por su hipersensibilidad.

En cualquier caso, tal y como pone de relieve su padre, “lo que se ha conseguido con Candela es un mensaje de esperanza. “Se trata de la primera ve que se hace un trasplante renal pediátrico cruzado de grupo sanguíneo incompatible en España”, señala la doctora Calzada, quien sobre el caso concreto de esta niña apunta que “a nivel pediátrico nunca antes se había juntado tanta excepcionalidad para poder dar una opción a una menor a la que no se le había podido ofrecer una oportunidad por el método convencional”. Por su parte, Alcaraz indica al respecto que “hemos ido dando respuesta a todas las preguntas de esta complejidad combinando diferentes programas, como el de trasplante cruzado e incompatibilidad sanguínea, lo que nos ha permitido dar respuesta a una paciente que no tenía otra vía”. Por su parte, el doctor Revuelta hace hincapié en que “este caso ha sido un impacto en el mundo de los trasplantes, y no solo en niños. Abre nuevas puertas”.