Urbanismo
Así será la futura calle Pelayo de Barcelona
El tráfico pierde entre uno y dos carriles, dependiendo del tramo, y los comerciantes esperan la prohibición total de los coches
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, sigue engrosando las filas de las calles peatonalizadas o semipeatonalizadas con poca o ninguna oposición. La última en sumarse será la calle Pelayo, en pleno corazón de Barcelona. El Ayuntamiento ha iniciado la transformación de esta vía entre la plaza de la Universidad y la de Cataluña, bajo el paraguas del denominado “urbanismo táctico”, es decir, pintura en el suelo. Las aceras casi doblarán el espacio actual y el tráfico perderá un carril de circulación entre Universidad y Balmes y dos carriles entre Balmes y Cataluña. Además, la velocidad estará limitada a 30 km/h y podrán pasar también las bicicletas. El transporte público mantendrá el carril que ya tiene y también habrá espacio para la carga y descarga.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, explicó ayer que se afronta esta actuación con urbanismo táctico porque “no queremos esperar” a tener un proyecto definitivo. Sin embargo, Sanz ha matizado que será un urbanismo táctico mejorado: “Pasamos de los colores de la emergencia a colores más cálidos y más bonitos”. En realidad, el suelo ya no estará pintado de amarillo o azul como hasta ahora sino de color verde, y se estampará la loseta clásica de las aceras de Barcelona. También se escribirá el nombre de la calle. La actuación costará 37.589 euros y estará lista en abril.
A la presentación de la reforma en el Ayuntamiento acudieron representantes de la Asociación de Comerciantes de Pelayo, que, sin embargo, abogaban por pacificar totalmente la calle a imagen y semejanza de Portal del Ángel. En la actualidad, entre un 15 y un 20% de los locales de la calle están cerrados, pero a pesar de la pandemia también ha habido aperturas nuevas. Según la asociación, la rotación de locales en Pelayo ha sido siempre muy baja porque “las marcas se han consolidado mucho”, pero la crisis también ha impactado aunque menos que en otros ejes.
En una segunda fase, a partir de septiembre, se actuará para dar continuidad a la acera montaña de Pelayo, que queda interrumpida cuando se llega a Balmes. En este punto, justo donde está la boca de los Ferrocarriles de la Generalitat, se alargará la acera de forma estructural (sin pintura) para crear un nuevo paso peatonal que permita continuar caminando en línea recta sin tener que cambiar de acera.
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