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Pandemia

Oriol Mitjà: “El factor determinante del éxito del coronavirus han sido los políticos”

El epidemiólogo narra en un libro su experiencia en un gobierno de la Generalitat sustentado “en la traición y la deslealtad”

El epidemiólogo Oriol Mitjà en una imagen de archivo
El epidemiólogo Oriol Mitjà en una imagen de archivoAlberto Paredes

Oriol Mitjà ya se había labrado una cierta fama como investigador médico en círculos científicos antes del estallido del coronavirus. Pero, de la misma manera que la crisis de 2008 catapultó a los economistas o la postcrisis, a los politólogos, el covid ha puesto en el foco a los epidemiólogos. En este contexto, Mitjà ha decidido poner por escrito los turbulentos meses que vivió en 2020, en los que pasó de asesorar a la Generalitat y sonar como conseller de Salud a caer en el ostracismo político gracias a la trituradora de talento independentista. De aquella experiencia surge su autobiografía Un año a corazón abierto (Destino).

Mitjà echa mano de La peste de Camus para trazar paralelismos con la situación actual. De cómo una plaga traída por las pulgas de las ratas ponía en jaque a la administración, dejándola paralizada hasta que deciden confinar la ciudad. Ante esta situación la ciudadanía se revuelve, pero sus gobernantes siguen paralizados y deciden autoorganizarse. Mitjà, que se ha caracterizado por la falta de filtros en sus críticas, asegura que la culpa de la primera ola fue Gobierno. La segunda, tercera y cuarta, en cambio, de las autonomías. “El factor determinante del éxito del coronavirus han sido los políticos”, señala. Y recuerda como el encargado de gestionar la pandemia en Cataluña fue un especialista en Cirugía General y Digestiva. ¿Qué podía salir mal? Pero eso no fue lo peor. Guix dimitió y la Generalitat tardó dos meses en reemplazarle. Después llegó el doctor Argimon, que, sin ser epidemiólogo, es un experto en la gestión de sistemas sanitarios y en un momento de colapso del sistema de salud pública, “su fichaje fue acertadísimo”.

Mitjà, sin embargo, se guarda las palabras más duras para la trifulca política entre los socios de gobierno, ERC y Junts, y las puñaladas de las que fue testigo. El epidemiólogo es especialmente contundente con el papel de Pere Aragonès de quien dice que bloqueó todas sus iniciativas, pero también con Quim Torra, a quien reprocha no haber sido capaz de tomar las riendas del Ejecutivo. No en vano, a Mitjà se le contrató para elaborar un programa de gestión de la pandemia, que fue ignorado, mientras la Conselleria de Salud (ERC) encargaba otro en paralelo. A su juicio, Aragonès consideraba que sus consejos usurpaban las competencias de la conselleria republicana. Afirma en su libro que Aragonès tenía un “comportamiento pasivo-agresivo” porque de cara se mostraba amable, pero de espaldas despreciaba sus aportaciones. “Unos eran malvados y los otros, miedosos”, resume sobre ERC y Junts, respectivamente.

Depresión

En el plano más personal, el investigador médico, especializado en estrategias para combatir las enfermedades infecciosas, la sufre desde 2010, un año especialmente para él, reconoce que padece depresión. “Perdí a mi abuela y empecé a ser apático, triste y a tener pensamientos negativos. Perdí la ilusión de siempre y no encontraba el placer en las cosas que me producían placer como antes”. Mitjà reconoce que algunos de sus allegados han descubierto esta realidad suya ahora porque “en más de una ocasión me ha dado vergüenza explicarlo porque parece que seas menos fuerte que los otros”. De hecho, reconoce que “el 90% de mis amigos no lo saben o se enteran ahora. Tengo antecedentes familiares y es una enfermedad que se sufre con mucha soledad”.

El sanitario explica que un psiquiatra le informó en su momento de que se trata de una enfermedad “para toda la vida y con la que tendría que tomar medicinas y hacer ejercicios. Así es como estoy a día de hoy, con altibajos. He querido explicarlo ahora porque es una enfermedad invisible que cuesta mucho de palpar. Visto por otras personas parece que eres perezoso, que no tienes ganas de quedar con amigos. Pero hay una verdadera alteración dentro del cerebro, de los transmisores neuroquímicos, y son un factor limitante para la vida de muchas personas”.