Opinión

¿Qué significa ser del Español?

Ante todo debo aclarar que sigo escribiendo Español con “ñ” porque así lo conocí y si de algo no se cambia es de cuestiones relacionadas con el fútbol. Sé que hoy en día es Espanyol con “ny” y por supuesto lo acato y sigue siendo mi equipo, pero a mi mujer la conocí y me casé con ella llamándose Roser, nunca la he llamado ni Rosal, ni Rosario. Lo importante en la vida marca y perdura como se conoció.

Mi hija Irene juega en el juvenil de las secciones. El pasado domingo jugaron ante el Volei Manresa. Todo un equipazo que no había perdido un solo set en el torneo. Las nuestras por cuestiones escolares se presentaron solo con las 6 jugadoras de campo más el refuerzo de una cadete extraordinaria, una niña de 13 años. Le aseguré a mi mujer que pronto volveríamos a Barcelona porque todo hacía presagiar un rápido triunfo de las rivales que estaban al completo. No habían perdido un solo set en todo el torneo y era un equipazo que obligaba a un esfuerzo físico tremendo. Las nuestras sin apenas cambios podrían en teoría aguantar tres sets competidos y acabar exhaustas, pero no tenían posibilidad alguna si el partido llegaba a los cuatro o cinco sets.

Y entonces, esas niñas vestidas con la equipación de mi equipo del alma, esas niñas del Español sacaron un genio, una fuerza que los padres no nos podíamos creer.

Se miraban unas a otras, se gritaban “vamos Español”, y así cayó el primer set 23-25. El segundo fue agotador, tremendo y volvieron a vencer 30-32, era casi imposible que aguantaran ese ritmo sin apenas cambios. En sus caritas había cansancio, agotamiento, pero se confabularon y el último set fue otro triunfo 26-28.

Entonces llegó el entusiasmo, las caras sonrientes de ellas, literalmente exhaustas, pero naturalmente eufóricas. Mi hija tenía un morado pequeño en la pierna. Le pregunté cómo se lo había hecho, me explicó que fue un golpe que ella misma se dio en la pierna al fallar un saque. Tenían que estar destrozadas, solo me dijo, –Papá, somos el Español-.

Qué bonito es amar, luchar y sentir unos colores en familia.