Pandemia
Las familias recuperan la confianza en los casales y colonias, pero siguen con problemas para sufragarlas
Arrancan las actividades de verano de la Fundación Pere Tarrés con 32 mil niños y jóvenes inscritos y 3.500 solicitudes de beca
El pasado miércoles arrancaron las actividades de ocio estivales de la Fundación Pere Tarrés, que, tras un 2020 atípico por la pandemia, este año esperan recuperar los niveles de participación previos a la crisis del coronavirus.
Por ahora y con las inscripciones aún abiertas, 32 mil niños y jóvenes han formalizado ya su inscripción a los casales y colonias de la fundación, una cifra que se ha incrementado significativamente respecto a la del año anterior, cuando apenas lo hicieron 21 mil.
“El año pasado cayó el número de participantes en las colonias y, por el contrario, aumentaron las inscripciones en los casales, porque las familias aún vivían con cierta incertidumbre el hecho de que sus hijos convivieran durante días con otras personas”, comenta Xavier Nus, presidente de Moviment de Centres d’Esplai Cristians Catalans (MCECC), quien al respecto apunta que “este verano parece que las familias han ganado en seguridad y se ha vuelto a la tendencia habitual, que es un mayor número de inscritos en las colonias que en los casales”.
Y es que no solo ha mejorar la situación epidemiológica respecto al verano pasado, sino que los buenos resultados cosechados en las primeras actividades de ocio de la pandemia durante el verano pasado han confirmado que éstas son seguras. “Solo hubo ocho positivos confirmados entre nuestros participantes y en ningún caso se produjo una situación de contagio”, señala Nus. En este contexto, de cara a este verano ha sido posible relajar algunas de las medidas de control y prevención que establece el protocolo COVID para este tipo de actividades.
Así, por ejemplo, los grupos burbuja ya no van a tener que estar limitados a 10 personas, sino que se amplían a 24 en el caso de los casales y a 30 en el de las colonias. También se relajan las medidas de higiene y limpieza para dar en esta ocasión protagonismo a la ventilación de los espacios, así como las de control de los síntomas, de manera que, por ejemplo, ya no va a ser requerimiento indispensable la toma de la temperatura de los niños constantemente. Incluso, los niños y jóvenes no van a estar obligados a llevar la mascarilla en las actividades al aire libre.
Pero si bien es cierto que las familias han demostrado afrontar con una mayor sensación de seguridad la inscripción de sus hijos a las actividades de verano de la Fundación Pere Tarrés, de los 200 centros de ocio federados del MCECC y de los centros socioeducativos adheridos, no es menos cierto que este verano éstas siguen demostrando tener dificultades económicas para sufragar ese gasto. Y es que si el verano pasado solicitaron beca unas 3.600 familias cuando el número de inscritos fue de 21 mil personas, este año ya se han resuelto 3.500 y aún no se ha cerrado el plazo de solicitud.
De hecho, un estudio que la Fundación Pere Tarrés presentó en el mes de abril con datos relativos a las actividades de ocio del verano de 2020, puso de relieve que no solo se había producido un incremento de las solicitudes de becas, sino que además un 30% de las familias solicitantes lo hacían por primera vez, lo que demuestra que “hay un nuevo sector de la población que necesita ayudas”, constata Nus.
En cualquier caso, tal y como pone de manifiesto el presidente de Moviment de Centres d’Esplai Cristians Catalans (MCECC), lo que está claro es que “las actividades de ocio son importantes para los niños, ya que son un espacio de socialización, un momento para salir a la naturaleza y una oportunidad de cambiar de hábitos”. Además, este verano, como el anterior, se va a dar especial importancia a la atención emocional de los menores ya que, pese a que la situación puede haber mejorado, lo cierto es que lo vivido en el último año y medio ha supuesto un importante impacto emocional para muchas personas.
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