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Turismo

Los diez lugares imprescindibles para visitar en Barcelona

Una lista de los rincones más pintorescos y relevantes de la capital catalana

Vista aérea del templo barcelonés
Vista aérea del templo barcelonéslarazon

El atractivo de Barcelona es tan incontestable como incomprensible para muchos barceloneses. Pero ahí está, encaramada al podio de ciudades más visitadas de Europa, superada apenas por Londres y París y por encima de tesoros de la humanidad como Roma. Por algo será. Y probablemente la mezcla de historia, gastronomía, vida nocturna y playa tenga algo que ver. No en vano, la Colonia Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino fue fundada entre el 15 A.C. y el 10 A.C.

Poco queda de aquella modesta urbe a orillas del Mediterráneo salvo algunos vestigios en el centro histórico pero ponen de relieve la solera de la capital catalana. Estos dos milenios, sin embargo, le han permitido acumular un patrimonio propio que, lejos de la monumentalidad de otras capitales europeas, confieren a la Ciudad Condal una atmósfera única de la que damos, en parte, cuenta.

-Monasterios románicos

El monasterio románico en pleno Raval
El monasterio románico en pleno RavalPol MayerCCC

-Una de las sorpresas más agradables que se encuentra el visitante cuando pasea por las calles del centro de la ciudad es toparse con dos estructuras que parecen fuera de tiempo y de lugar. Entre callejuelas, catedrales y palacios, Sant Pau del Camp, con su campanario en ruinas, se erige como un paisaje romántico que podría haber pintado el mismísimo Friedrich. Lo mismo que ocurre con el monasterio de Santa Anna, al que solo se puede acceder desde un callejón, casi secreto, que parte de la mismísima plaza Cataluña o bien cruzando un portal desde la calle, claro, Santa Anna

-La huella de Gaudí

Una imagen de la Casa Vicens, sitúada en la barcelonesa calle Carolines
Una imagen de la Casa Vicens, sitúada en la barcelonesa calle Carolineslarazon

-Toda guía, por modesta que sea, de la capital catalana tiene que reservar un apartado al genio arquitectónico, Antoni Gaudí, que ha proyectado Barcelona como nadie. Y, aunque la Sagrada Familia, el Parc Güell o la Pedrera se llevan la fama, lo cierto es que el arquitecto dejó un legado de 15 obras en la capital catalana. La imagen que acompaña este texto es de una de sus trabajos de juventud, la casa Vicens, en la que ya se intuían muchas de las técnicas que desarrollaría a lo largo de su vida.

-Camp Nou

Camp Nou, estadio del Fútbol Club Barcelona.
Camp Nou, estadio del Fútbol Club Barcelona.MARIA ROSA FERRECC

-El campo de fútbol más grande del mundo, con permiso del Estadio Reungrado Primero de Mayo de Corea del Norte, aunque vetusto, sigue manteniendo el gusto añejo por el buen fútbol y alberga en su interior el museo más visitado de Cataluña.

-Ruta modernista

Palau de la Música de Barcelona
Palau de la Música de BarcelonaJiuguang WangCC

-Aunque el bueno de Gaudí se lleva los focos, lo cierto es que el modernismo fue una corriente que dio forma a la Barcelona contemporánea. Desde arquitectos como Lluís Doménech i Montaner o Josep Puig i Cadafalch hasta pintores como Ramon Casas o Santiago Russinyol. El movimiento, espoleado por la industrialización en Cataluña y la Reinaxença como motor ideológico, tuvo su máximo esplendor entre las dos Exposiciones Universales (1888 y 1929) organizadas por Barcelona

-Casco antiguo

Barrio Gótico de Barcelona
Barrio Gótico de BarcelonaTom RolvagCC

-El centro histórico de Barcelona se compone por cuatro barrios tan variopintos como diferentes entre si. Desde la rebeldía del Raval, a la discutible goticidad del Gótico, pasando por la atmósfera pescadora de la Barceloneta al choque cultural del Born. Pese a la masificación turística precovid, todavía vale la pena perderse por las callejuelas de estos barrios.

-Barrios

Calle Verdi en el barrio de Gràcia de Barcelona
Calle Verdi en el barrio de Gràcia de BarcelonaMiquel GonzálezCC

-La Barcelona que hoy conocemos se compuso de la suma de varias poblaciones limítrofes y la macro operación urbanística del Eixample. Este proceso tuvo lugar en los albores del siglo XX y culminó con la incorporación de Sarrià en 1921. De ahí que, pese a la presión urbanística, muchos de estos barrios, como Gràcia, Sant Andreu, Horta, Sants o Poble Nou, todavía conserven el aroma de aquellos pueblos que un día fueron.

-Búnkers

Baterías antiaéreas de Barcelona
Baterías antiaéreas de BarcelonaCreative CommonsCC

-Las baterías antiaéreas de la capital catalana eran uno de esos rincones dejados de la mano de Dios salvo para cuatro curiosos. El boom turístico de la capital catalana, sin embargo, convirtió este espacio en la penúltima víctima de la masificación. Aun así, su privilegiada ubicación permite unas vistas a 360º de la capital catalana, probablemente las mejores de la ciudad.

-Parc del Laberint

Parc del Laberint de Barcelona
Parc del Laberint de BarcelonaMiquel GonzálezCC

-Otro de los rincones de Barcelona que poco a poco pierde la intimidad que le caracterizaba. Situado a las faldas de Collserola, el Parc del Laberint permite sumergirnos durante unas horas en las mitología clásica, ya que, emulando a Teseo, tendremos que ser capaces de alcanzar el centro del laberinto, donde aguarda el minotauro, para derrotarlo y rescatar, en el otro extremo, a Ariadna.

-Pueblo Español

Pueblo Español de Barcelona
Pueblo Español de BarcelonabjaglinCC

-Antes de que los parques de atracciones pusieran de moda la paisajes de cartón piedra que evocan a la Polinesia o la Muralla China, Barcelona puso en marcha una suerte de museo arquitectónico al aire libre con motivo de la Exposición Universal de 1929. El recinto está integrado por 117 edificios a escala real, que componen un pueblo típicamente español con sus calles, casas, plazas, teatro, escuela, iglesia, restaurantes y talleres artesanos. En este particular pueblo están representadas quince comunidades autónomas.

-Santa Maria del Mar

Unos bancos de la iglesia Santa María del Ma
Unos bancos de la iglesia Santa María del MaDavid ZorrakinoEuropa Press

-La catedral oficiosa de Barcelona. Construida durante el siglo XIV, se distinguía de su hermana mayor en que, en lugar de representar a la nobleza, la monarquía y el alto clero, se acordó que la obra había de pertenecer, exclusivamente, a los feligreses de la zona del puerto y de la Ribera, únicos responsables materiales del templo, ya que ellos fueron quienes la sufragaron, bien con su dinero o bien con su trabajo.