Fútbol
Los hermanos Padrós: los catalanes olvidados que fundaron el Real Madrid y la Copa del Rey
Juan y Carlos llegaron a Madrid en 1886 para hacer prosperar el negocio textil familiar y acabaron siendo artífices de la creación del club más laureado del mundo
El nacionalismo catalán ha conseguido durante los últimos 40 años imponer su relato con tanta fuerza que se ha acabado por asumir como icónicas prácticamente todas las figuras históricas que han destacado por su rechazo a España (como Francesc Macià o los hermanos Badia) mientras se ha mantenido en el olvido a otras muchas con una importante influencia a nivel nacional. Un ejemplo de ello son los hermanos Padrós, Juan y Carlos, que fundaron el Real Madrid, estuvieron en el origen de la Copa del Rey y dieron un importante empujón al fútbol español e internacional.
Juan (1869-1932) y Carlos (1870-1950) nacieron en el barrio de Sarrià de Barcelona, ciudad en la que sus padres (Timoteo Padrós y Paula Rubió) tenían un comercio textil. Timoteo y Paula, al detectar que Madrid crecía y podía convertirse en una oportunidad para el negocio familiar, se desplazaron a la capital española y abrieron una tienda (Al Capricho) en pleno centro (en la calle Alcalá, cerca de la Fuente de Cibeles), que daría buenos resultados económicos y se acabaría convirtiendo en el lugar de nacimiento y primera sede del Real Madrid. Juan y Carlos llegaron a Madrid con 16 y 17 años y acabarían heredando el negocio en 1901, a la muerte de su padre Timoteo.
Los hermanos Padrós llegaron en 1886 a Madrid y el 6 de marzo 1902 alumbraron el Real Madrid. El fútbol había llegado a la pujante capital española en los años 80 del siglo XIX gracias en buena parte a la icónica Institución Libre de Enseñanza fundada por Francisco Giner de los Ríos, que lo importó de Inglaterra por medio de profesores y estudiantes. Juan y Carlos, aficionados al deporte, se unieron al Foot-ball Sky en 1897, pero a finales de 1899, liderados por Julián Palacios (otro de los integrantes), decidieron salir de ahí y fundaron en 1900 el Madrid Foot-ball Club, embrión del Real Madrid, con Palacios como presidente. Dos años después, el club quedó inscrito y Juan Padrós se convirtió en el primer presidente oficial de la entidad blanca (aunque a veces se cuente a Palacios como primero).
Ese mismo 1902 fue todavía más prolífico a nivel futbolístico porque el Rey Alfonso XIII alcanzó la mayoría de edad con 16 años y asumió la Jefatura del Estado y se impulsó el primer torneo español entre clubes, bautizado como Copa de la Coronación o Concurso Madrid de Football, origen de la Copa del Rey, que nacería un año después: en 1903, que ganó el Athletic de Bilbao al Real Madrid. Juan y Carlos organizaron el torneo por orden del Rey y, en su primer edición, fue una liguilla entre tres equipos que se disputó el Hipódromo de la Castellana.
Poco después, en 1904, Carlos Padrós sucedió a su hermano Juan al frente del Real Madrid hasta 1908 y se convirtió también en uno de los impulsores de la Federación Internacional de Fútbol (que crearon España, Bélgica, Dinamarca, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza) ante el aumento de la popularidad del fútbol. Juan Padrós, por su parte, regresó al ámbito futbolístico en 1911 para presidir y unificar a la Federación Española de Fútbol, que nacería en 1913 tras unos años convulsos.
Carlos Padrós también tuvo interés en las cuestiones políticas y fue diputado del progresista Partido Liberal fundado por Mateo Sagasta. Fue escogido parlamentario por la circunscripción de Mataró en 1912. Y sus posicionamientos políticos probablemente tuvieron gran parte de culpa de que acabara muriendo en 1950 en Madrid bajo la más absoluta discreción pese a haber sido artífice de la creación del club más laureado del mundo. Aunque también es cierto que durante la Guerra Civil tuvo que marcharse a Francia exiliado ante la persecución del bando republicano (fue detenido).
Juan Padrós falleció antes, en 1932, y siete décadas más tarde, Lorenzo Sanz se convirtió en el primer presidente de la entidad blanca en acudir al homenaje que le tributa cada año la peña de Arenas de San Pedro (Ávila), donde está enterrado. En 1998 también acudió Ramón Mendoza.
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