Vivienda

El colectivo de la discapacidad intelectual reclama a la Generalitat mayor inversión para acabar con las listas de espera

En torno a 3.500 personas con discapacidad aguardan una plaza para una vivienda con los apoyos necesarios y cerca de mil están a la espera de acceder a los servicios de atención diurna. Esas plazas existen, pero, tal y como denuncia Dincat, falta que sean concertadas

La lista de espera para acceder a una vivienda para las personas con discapacidad intelectual crece año tras año
La lista de espera para acceder a una vivienda para las personas con discapacidad intelectual crece año tras añoServei d'Habitatge de l'acidH

El sector de la discapacidad intelectual en Cataluña está en pie de guerra ante lo que considera una situación insostenible. Y es que más de 3.500 personas con discapacidad se encuentran en lista de espera para poder acceder a una vivienda digna con los apoyos necesarios y en torno al millar están a la espera de poder acceder a los servicios de atención diurna, una situación que claramente menoscaba el derecho de este colectivo a tener y desarrollar un proyecto de vida independiente y genera angustia y preocupación, tanto a los propios afectados como a sus familiares.

Por ello, con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, Dincat ha lanzado la campaña #STOPLlistesEspera, en el marco de la cual representantes del sector se han concentrada en la Plaza de Sant Jaume de Barcelona con el fin de “hacer visibles a las personas con discapacidad intelectual y a sus familias y poner de manifiesto el problema gravísimo de las listas de espera para el servicio de vivienda, para la atención diurna y para la atención precoz”, señala Carles Campuzano, director de Dincat. Y es que “en Cataluña, cerca de 3.500 personas están en lista de espera para los servicios de vivienda, ya sea en una residencia, en un hogar-residencia o para contar con asistencia en el propio hogar, y más de mil para servicios de atención diurna”, denuncia Campuzano.

Lo más absurdo de esta situación es que, tal y como señala el director de Dincat, “existe la estructura para acoger a estas personas, ya que muchas entidades del sector que gestionan este tipo de servicios tienen plazas, sin embargo, la Generalitat no las está concertando”. Es decir, “las plazas como tal, existen, pero no se trata solo de un espacio físico, sino que éstas requieren de un soporte de los profesionales que acompañan a las personas con discapacidad y eso último se financia a través de un concierto que establece la Generalitat con las entidades del Tercer Sector, sin embargo estas plazas no se están concertando”, explica Campuzano, quien al respecto apunta que “si bien es cierto que se puede acceder a estas plazas como privadas, dado su elevado coste, son muy pocas familias las que se lo pueden permitir, así que eso es algo muy infrecuente”

Por lo tanto, en Cataluña “se da la paradoja de que hay unas 3.500 personas con discapacidad intelectual en lista de espera, con demoras que pueden alcanzar hasta los 15 años, para un servicio de vivienda y muchas entidades tienen plazas vacías”, denuncia el director de Dincat, para a continuación indicar que “esto pasa sobre todo en Barcelona”. Y en lo que se refiere a los servicios de atención diurna, que se concretan en centros ocupacionales para personas que ya no están en la escuela y que, por su condición, no pueden trabajar, sucede exactamente lo mismo. “Hay plazas que no se han concertado”, denuncia Campuzano, quien sin embargo admite que “en cualquier caso, aunque todas las plazas existentes en servicios de atención diurna o en lo relativo a la vivienda se concertaran, igualmente sería necesario crear más para poder atender toda la demanda”.

Por último, el sector también quiere aprovechar la ocasión para hacer visible la delicada situación de los centros de desarrollo infantil y atención precoz, en los que los profesionales trabajan con niños de 0 a 6 años con discapacidad intelectual para intervenir de forma temprana con el fin de reducir el impacto de los problemas de desarrollo que éstos puedan tener. “En este caso, el problema no es de disponibilidad de plazas, sino de horas que hacen falta para prestar este servicio”, explica Campuzano, quien al respecto comenta que “las personas tardan tiempo en tener hora para una primera visita con un profesional y las horas que financia la Generalitat también son insuficientes y eso, además, se produce en un momento de crecimiento de las demandas vinculadas a trastornos de conducta y autismo”.

Es por ello que Dincat reclama a la Generalitat un plan de choque para acabar con estas listas de espera antes de que finalice la legislatura, y, tal y como ha calculado el sector, para conseguir dicho objetivo “con la actual tarifa que paga la Generalitat, serían necesarios poco más de 100 millones de euros”. “Entendemos que esto no se puede resolver de repente con el presupuesto que ahora se está discutiendo en el Parlament, pero antes de que finalice esta legislatura, deberíamos acabar con las listas de espera”, sentencia Campuzano.

Al respecto, el director de Dincat recuerda que “antes de la crisis de 2010, la lista de espera en estos servicios era prácticamente inexistente, pero desde entonces hasta el 2019 el esfuerzo de creación de nuevas plazas fue casi nulo, las tarifas que financian estos servicios fueron recortadas y, posteriormente, congeladas, y solo en el 2019-20 ha habido pequeños incrementos de tarifas. Asimismo, ha habido muy poco esfuerzo de concertación de nuevas plazas”.

Así, con esta campaña y movilización con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, el sector, harto de soportar esta situación durante años, reclama un aumento de la financiación por parte de la Generalitat para “poder así concertar nuevas plazas, crear otras nuevas e incrementar las tarifas que financian estas plazas”, ya que como destaca Campuzano, “esta situación genera a las personas con discapacidad y sus familiares estrés, angustia y preocupación y, además, hace que este colectivo tenga una menor calidad de vida y menos posibilidades de desarrollar una vida lo más parecida posible a la que tenemos el resto de ciudadanos”.