Cataluña

Prisión para la vidente Pepita Vilallonga por estafar 31.000 euros a una clienta: “Tienes un muerto en la espalda”

La justicia condena a dos años y seis meses de cárcel y de inhabilitación a la tarotista televisiva y responsable de un gabinete esotérico junto a dos miembros de su equipo

Pepita Vilallonga, en su programa
Pepita Vilallonga, en su programaGoogle

“Tienes mal de ojo y un muerto en la espalda”. A partir de esta frase, la vidente Pepita Vilallonga y su equipo estafaron hasta 31.000 euros a una clienta, que pagó por unos rituales mágicos y esotéricos que la debían de ello. Ahora, y pese a que los hechos se remontan a 2016, la Audiencia de Barcelona condena a dos años y medio de cárcel y de inhabilitación a la responsable del gabinete y a dos miembros de su equipo.

Hace cinco años, la presunta víctima, R.P., acudió a un despacho esotérico situado en la calle Mallorca de Barcelona vinculado a la vidente Villalonga tras ver el programa por televisión. A sus 57 años de edad, estaba “en un agujero”, “en un estado de gran fragilidad y vulnerabilidad emocional consecuencia de un síndrome ansioso-depresivo que arrastraba desde hacía años consecuencia de las varias patologías traumatológicas” diagnosticadas. De hecho, le había sido concedida la jubilación “por incapacidad permanente con grado de invalidez absoluta” en 2014. Un aspecto clave de la sentencia, además del propio testimonio de la víctima durante el juicio.

Entonces, la vidente Pepila Vilalllonga le echó las cartas y “en medio minuto” le dijo: “Tienes un mal de ojo, llevas un muerto en la espalda y tus perros y tú vais a morir, no llegáis al fin de semana”, según relata el tribunal en la sentencia. Entonces le ofreció los servicios de un experto en “mal de ojos”, un colaborador de su equipo, y ese día mismo desembolsó hasta 4.400 tras acudir a una oficina bancaria guiada por la tarotista.

En dos visitas posteriores volvieron a indicarle que “su mal era tan grave que precisaba de la ayuda de otras personas” y le recomendaron los servicios del Padre Giorgio, del Vaticano, y que para solicitar su ayuda debía pagar 10.000 euros para que el padre se fuera a Jerusalén para salvar la vida de la afectada.

Después, los condenados le dijeron que el Padre Giorgio había sufrido un accidente al bajar del avión “por su culpa”, y le pidieron 17.000 euros por los servicios del presunto accidentado. “De otro modo el trabajo tenía que terminarse y se moría”.

La víctima volvió al despacho informando de que ya no le quedaba efectivo, pero los acusados, según la sentencia, volvieron a pedirle 3.000 euros para que el Padre Giorgio enterrara unas prendas suyas en Jerusalén “para su salvación” y traerle una muestra de tierra como prueba.

La mujer intentó llamar los días posteriores al gabinete para reclamar las facturas de los supuestos servicios que había abonado -con el dinero amortizado de un plan de pensiones- hasta que se presentó en las oficinas con una pequeña grabadora en el bolso, que los acusados le detectaron y le sustrajeron.

Según la sala, los acusados transmitieron a la víctima “un miedo cerval por su vida” y un “estado de pánico” que la llevó a acatar a partir de ese momento todo lo que los acusados le fueron diciendo, consiguiendo, de este modo, y mediante varias artimañas, un desplazamiento patrimonial de la mujer a favor de aquellos”. La víctima ha renunciado a ser indemnizada por los hechos, y la sentencia recoge que “su objetivo es solo que los acusados no vuelvan a cometer hechos semejantes con otras personas”.