A las puertas de un nuevo curso político que asoma convulso, Laura Borràs y su suspensión como presidenta del Parlament siguen acaparando protagonismo y copando gran parte de la actualidad catalana. Mientras los partidos se enredan en discutir cómo resolver el entuerto, la dirigente tensa las costuras del independentismo con nuevas afrentas a ERC, al propio Govern y al conjunto del movimiento. De hecho, ha llamado a la “reflexión”, ha apelado a un nuevo envite contra el Estado y ha llegado a decir que la mesa de diálogo ha pasado de ser “estéril” a “contraproducente”.

Borràs ha acudido este martes a mediodía a la clausura de la Universidad Catalana de Verano, en Prada de Conflent (Francia) para pronunciar una conferencia sobre el parlamentarismo. Y lo primero que ha hecho ha sido arremeter contra PSC, ERC y la CUP por suspenderla de sus funciones después de que la justicia confirmara la apertura de juicio oral contra ella por dos delitos de corrupción.

“Algunos políticos han decidido hacer de jueces y juzgarme con demasiada frivolidad, con intencionalidad política e interés partidista”, ha clamado en la misma línea que en su discurso de despedida en la cámara, cuando abrió una fuerte guerra con los republicanos.

Tras denunciar el “uso sesgado” que a su juicio las formaciones ejercieron al aplicar el reglamento del Parlament -pese a que el mencionado artículo, el 25.4, lo impulsó la CUP con el apoyo de ERC y la posconvergencia-, Borràs se ha centrado en arremeter contra la estrategia republicana. Sin mentar en ningún momento de forma explícita al partido de Pere Aragonès, la dirigente ha criticado todos sus pasos.

“El 52% de la gente que votó el 14 de febrero no nos dio la confianza para que intentásemos encontrar estrategias para acomodarnos en la autonomía, porque mientras los objetivos sean y se limiten a alcanzar pequeñas cuotas de poder autonómico es evidente que nos alejamos del gran objetivo que es la independencia”, ha afirmado.

Y a las puertas del quinto aniversario del 1-O, que Junts busca convertir en un nuevo desafío -algo así como la “segunda vuelta del procés”- Borràs ha elogiado la demostración de que “es posible saltarse los límites del autoritarismo” que, a su juicio, fue el referéndum ilegal y se ha mostrado convencida de que esta es la fórmula a seguir para alcanzar la independencia.

Una estrategia que entra en colisión con la vía pactista de ERC a través de la mesa de negociación, que Borràs ha vilipendiado de nuevo al asegurar que es “contraproducente para el camino hacia la independencia”. Solo pretende buscar “un acomodo en la autonomía”, ha clamado después de criticar los acuerdos del último foro, en el que el Gobierno de Pedro Sánchez asumió la política lingüística de la Generalitat dando carpetazo al 25% de castellano en las aulas.

Por su parte, el president del Govern, Pere Aragonès, formulará una propuesta “mucho más amplia” para la autodeterminación, más allá del independentismo, durante el debate de política general en el Parlament, que tendrá lugar la última semana de septiembre. Así, Aragonès considera que “es la hora de una propuesta inclusiva de solución del conflicto político y que permita que a la ciudadanía de Cataluña se la trate como mayor de edad”, según ha asegurado en una entrevista a la ACN.