Sociedad
En 2024 murieron 84 personas en la calle
El número de personas sintecho aumenta y para la Fundación Arrels "hace falta mayor implicación ciudadana y un consenso político"
Durante el año 2024, 84 personas murieron en las calles de Barcelona, elevando a 550 la cifra de sintecho fallecidos, tal y como constatan los datos facilitados por la fundación Arrels, entidad dedicada al fenómeno del sinhogarismo. El informe de la entidad, además, indica que durante el año pasado Arrels realizó un total de 7.219 visitas a personas sin hogar, lo que supone un incremento del 6,7% en comparación con el año 2023. A 3.176 de esas personas se las atendió cuidadosamente.
Además, el acompañamiento a servicios sanitarios, de salud mental o de adicciones creció un 21,3%, alcanzando a 404 personas durante el año pasado. En este sentido, la directora de la fundación, Beatriz Fernández, señala a este diario que algunas de las causas del fenómeno del sinhogarismo son «temas de salud física, de salud mental» o de falta de servicios públicos. Precisamente, esas son algunas de las reivindicaciones de la organización.
Más hombres que mujeres
La mayoría de las personas atendidas siguen siendo hombres, que constituyen el 89% del total, mientras que las mujeres representan el 11%. Aunque el número de personas atendidas ha aumentado, la fundación destaca que la cantidad de personas sin hogar se ha mantenido relativamente estable en comparación con años anteriores. Sin embargo, ha habido un refuerzo en el acompañamiento a quienes viven en la calle.
Por otro lado, las cifras reflejan un aumento en el número de personas en situación vulnerable que han solicitado ayuda. En total, Arrels acompañó a 3.176 personas durante 2024, de las cuales 1.356 acudieron al centro por primera vez en su vida. Del mismo modo, la fundación proporcionó alojamiento a 262 individuos.
"Razones diversas"
Aunque las causas del aumento del número de personas sin hogar son diversas, para Fernández todas convergen en una causa: «la vulneración del derecho a la vivienda». Para ella, el hecho de no disponer de recursos habitacionales suficientes para prevenir desalojos o situaciones en las que no se puede pagar el alquiler agrava el problema.
Sin embargo, dice, no hay que centrarse solo en la vivienda, pues hay otras muchas causas, como «situaciones de trabajo precario, situaciones relacionadas con la salud mental, la salud física o con relaciones familiares».
"Abordaje integral"
Como comenta la directora de la entidad a este diario, «es muy difícil solucionar el problema solo desde una entidad, o desde una administración o desde la ciudadanía. Hace falta un abordaje integral y un consenso político de todas las administraciones, a nivel estatal y a nivel local». A este respecto, Arrels sigue apostando por «alojamientos estables, abrir más recursos residenciales de baja exigencia como espacios en barrios para que se pueda pernoctar o que todos puedan ser empadronados para que sea más fácil ejercer sus derechos sanitarios».
A pesar de las medidas políticas, comenta Fernández, «es básica la implicación de la ciudadana, la cual ha aumentado». Sin embargo, el sinhogarismo «aún está muy invisibilizado, aunque en la pandemia se empezó a tomar más conciencia», dice la directora.
Ante ello, en Arrels aseguran que seguirán «denunciando las causas que provocan el sinhogarismo y apostando por soluciones integrales».