
Transporte público
Un siglo bajo tierra: el metro de Barcelona celebra su centenario
Con más de 450 millones de viajeros anuales previstos, el sistema afronta retos clave como la frecuencia y las ampliaciones

El metro de Barcelona conmemora mañana, 30 de diciembre, un siglo de historia desde que se inauguró oficialmente en 1924. Este sistema de transporte, que empezó como un proyecto ambicioso para modernizar la movilidad urbana, se ha convertido en uno de los símbolos más representativos de la ciudad, transportando diariamente a millones de personas y siendo testigo de su evolución social, económica y arquitectónica.
Así las cosas, el 30 de diciembre de 1924 se inauguró la primera línea del metro, entonces llamada "Gran Metropolitano de Barcelona". Este trayecto inicial conectaba Lesseps con Plaza Cataluña, un recorrido que abarcaba apenas 2,7 kilómetros y que buscaba aliviar el tráfico de superficie en una Barcelona que ya mostraba signos de modernidad y expansión.
La inauguración no solo marcó un hito en la movilidad de la ciudad, sino que también reflejó el espíritu innovador de una época. Los trenes, más pequeños y sencillos que los actuales, representaban un cambio radical para los barceloneses, que podían desplazarse con mayor rapidez y comodidad.
Con el paso de las décadas, el metro de Barcelona fue creciendo en líneas, estaciones y alcance. Actualmente, cuenta con 12 líneas, más de 150 estaciones y una red que supera los 150 kilómetros de recorrido. Este crecimiento no solo se ha dado en infraestructura, sino también en innovación tecnológica, sostenibilidad y accesibilidad.
En 2024, el suburbano ha alcanzado cifras récord de pasajeros: entre enero y octubre se registraron 388 millones de usuarios, un 6,9 % más que en el mismo periodo del año anterior. Este incremento apunta a superar, por primera vez, los 450 millones de viajeros en un año, una cifra que refuerza el papel del metro como eje vertebrador del transporte público en el área metropolitana.
Más trenes y mejores frecuencias
El aumento de pasajeros conlleva nuevos retos. Según Xavier Flores, consejero delegado de TMB, es necesario incrementar la frecuencia de paso, especialmente en las horas punta. Actualmente, la línea 5 tiene el mejor intervalo, con un convoy cada 2 minutos y 29 segundos, seguida por la línea 1, con uno cada 2 minutos y 55 segundos. Para reducir aún más estos tiempos, TMB ha solicitado la incorporación de 17 nuevos trenes, que deben ser financiados por la Autoridad del Transporte Metropolitano (ATM).
El futuro del metro también pasa por completar y ampliar su red. Proyectos como la estación intermodal de La Sagrera, que conectará líneas como la 9, la 10 y la futura ampliación de la 4, prometen facilitar la movilidad en toda el área metropolitana. Asimismo, la línea 1 está proyectada para extenderse hacia El Prat de Llobregat y Badalona, mientras que la línea 3 prevé ampliaciones en ambos extremos.
Otro desafío destacado es el tramo central de la línea 9, que actualmente opera de forma fragmentada. Según la Plataforma por la Promoción del Transporte Público (PTP), conectar este tramo es prioritario para maximizar la demanda y justificar las inversiones realizadas.
Más que un medio de transporte
El metro de Barcelona no solo ha servido para conectar puntos de la ciudad; también ha sido un reflejo de la vida y la cultura barcelonesa. Sus estaciones, como Universitat y sus mosaicos, o las futuristas Fira y Zona Universitària, son hitos arquitectónicos y artísticos.
Además, ha sido testigo de momentos históricos, como los Juegos Olímpicos de 1992, cuando gestionó eficientemente la gran afluencia de visitantes. También ha jugado un papel crucial en la cohesión territorial, conectando barrios periféricos y contribuyendo al desarrollo urbano.
Celebraciones del centenario
Para conmemorar el centenario, TMB ha organizado exposiciones, visitas a estaciones históricas y "fantasma", así como una carrera nocturna por los túneles del metro. También se presentará un tren histórico restaurado que circulará en algunos trayectos, y se decorarán las estaciones con elementos que narran la evolución del sistema desde 1924.
Mañana, cuando los trenes recorran las entrañas de la ciudad, no solo transportarán a sus pasajeros, sino también un siglo de historia, progreso y conexión entre las personas que han hecho del metro de Barcelona un auténtico emblema.
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