Casi la práctica totalidad de Cataluña está en situación de excepcionalidad por la grave sequía de este año. El Govern de Pere Aragonès ha anunciado este martes que decretará la fase de "excepcionalidad" -la anterior a la temida "emergencia", que implica más restricciones en el consumo de agua de boca- en 7 nuevas áreas, lo que supone restricciones en el uso del agua en 495 municipios catalanes y seis millones de habitantes.

En rueda de prensa este martes tras la reunión del Consell Executiu, el responsable de la Agencia Catalana del Agua (ACA) ha explicado que en la actualidad hay 224 municipios en situación de excepcionalidad y que pasarán a ser 495, de manera que "supondrá un paso mas en la reducción de agua en algunos usos".

Concretamente, se reducirá al 40% en los usos agrícolas, al 15% para usos industriales, y menos agua para usos lúdicos y prohibición de riego en zonas verdes tanto públicas como privadas. También se prohíbe la limpieza de calles con agua potable y se reduce la dotación de agua a 230 litros por habitante y día.

La Generalitat tiene competencias solo sobre las cuencas internas -con ríos que nacen y desembocan en Cataluña-, mientras que el resto -el Ebro, básicamente- las gestiona el Gobierno. Hace una semana, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) -dependiente de la Moncloa- decretó el estado de excepcionalidad en la cuenca del Segre, una fase que se suma al medio millar de municipios en aviso naranja de la Generalitat.

En concreto, entran en situación de excepcionalidad los municipios dependientes de las siguientes cuencas internas: Anoia-Gaià, Cabecera del Ter, Darnius-Boadella (embalse) Empordà, Llobregat Mitjà, Prades, Llaberia, Serralada Transversal.