Incendio en Los Angeles

Un estudio aboga por ganar 17.000 hectáreas de cultivos para evitar incendios en Barcelona

Los devastadores incendios de Los Ángeles han puesto de relieve que las ciudades pueden ser vulnerables a estos fenómenos

Vistas de Barcelona desde el Mirador de Montbau
Vistas de Barcelona desde el Mirador de MontbauDavid ZorrakinoEuropa Press

Un estudio del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) apunta que la recuperación de 17.000 hectáreas de cultivos que se perdieron en la mitad del siglo pasado en el área metropolitana protegería mejor a Barcelona de los incendios, en un escenario de crisis climática.

Los devastadores incendios que han destruido miles de viviendas en Los Ángeles (Estados Unidos) han puesto de relieve que las ciudades pueden ser vulnerables a estos fenómenos.

Según indican los expertos, la combinación entre una fuerte sequía, la alta velocidad del viento y la falta de espacios abiertos entre el bosque, como podrían ser cultivos o praderas, ha provocado que la propagación del fuego fuera más rápida en Los Ángeles de lo que los bomberos podían asumir.

El CREAF sostiene que esto también puede trasladarse a Cataluña en muchos sentidos, ya que es un territorio seco que ha perdido terrenos de cultivos en las últimas décadas.

Según datos preliminares obtenidos en el marco del proyecto Horizon Europe WildE, para evitar que el fuego alcance las zonas urbanas de la región metropolitana de Barcelona, el punto más importante es mantener espacios abiertos a su alrededor, como si fueran cinturones de protección, ha informado este jueves el CREAF en un comunicado.

"Los cultivos y pastos son zonas de baja combustión y, por tanto, reintroducirlos entre las masas forestales en las zonas periurbanas es clave tanto para alejar el fuego de las personas como para ayudar en las tareas de extinción si se produce un incendio, ha explicado el investigador del CREAF y principal autor de este estudio, Rodrigo Balaguer.

Según los resultados de esta investigación, la mejor opción para la región metropolitana barcelonesa es recuperar los cultivos que ya existían en los años 50 del siglo pasado y que quedaron abandonados, para "adelantarse a las previsiones de los escenarios de cambio climático y reducir el riesgo en zonas que tendrán mucho combustible acumulado para los incendios", ha añadido el investigador.

En el caso de la región metropolitana de Barcelona, los datos apuntan que la recuperación de 17.000 hectáreas de cultivos y pastos abandonados en los últimos años, junto con la transformación de las zonas forestales propensas a grandes episodios de sequía, permitiría disminuir en un 30 % de media lo que se conoce como conectividad del fuego en caso de incendios.

La conectividad ocurre cuando un incendio tiene masas forestales conectadas entre sí, sin pastos o cultivos que hagan de cortafuegos, lo que facilita que avance con rapidez.

En este sentido, los expertos del CREAF han estudiado los usos que se le da a los suelos del territorio (si es un suelo urbano, bosque o cultivos) y la conectividad del fuego en caso de incendio ahora y hasta el año 2050, teniendo en cuenta el aumento previsto de episodios de sequía.

"Las zonas de cultivo cerca de los núcleos urbanos son las que mejor rompen la conectividad del fuego y actúan como un cinturón que protege mejor la zona urbana. Así, si llega un incendio, quemará más lentamente", ha indicado Balaguer.

Por otro lado, esta estrategia de recuperar cultivos en una zona donde ya existían antiguamente y de aprovechar los efectos de perturbaciones como las sequías, que serán más frecuentes, no solo es beneficiosa para la prevención de incendios, sino que también contribuye al mantenimiento de la rica biodiversidad asociada a los espacios abiertos en las zonas mediterráneas.