El grupo Big Mamma, con casi treinta restaurantes en Europa, uno de ellos en Madrid, acaba de aterrizar en Barcelona con Gloria Osteria.

Pese a que este establecimiento mantiene la esencia del grupo, especialmente del Gloria original ubicado en Milán, también cuenta con personalidad propia. Así, por un lado, en línea con la filosofía del grupo, el producto y la tradición son los ejes centrales en torno a los que gira su propuesta.

«Es una cocina muy enfocada a la excelencia del producto», asegura Daniele Tasso, chef ejecutivo de Big Mamma, y, por lo tanto, el grupo de restauración «trabaja con productores muy pequeños en Italia para el producto importado, prácticamente uno para cada producto, porque así podemos controlar la calidad del mismo».

Pero en lo que se refiere al producto fresco, como la carne, las verduras y el pescado, en Gloria trabajan con productores locales, los cuales deben cumplir también con el requisito de garantizar la máxima calidad. Y para que ello no sea solo una aspiración, sino una realidad, «hay que tener mucha conciencia de la temporada», indica Tasso, quien al respecto comenta que «de esta manera puedes trabajar con un producto de lujo, que ofrece la máxima calidad, y que sea accesible a todo el mundo».

Así pues, la carta está sujeta a modificaciones con el cambio de temporada, pero además, para dar salida a ese producto más efímero, como la trufa blanca, el restaurante recurre a las sugerencias.

En definitiva, Gloria es producto, pero también es tradición. «Nuestra cocina es la de la auténtica tradición italiana, con platos de todas las regiones para dar a conocer la variedad de esta gastronomía», asegura el chef para a continuación confesar que «son las recetas que yo veía hacer a mi madre el domingo ya que necesito buscar ese recuerdo».

Además, como novedad en el grupo, la carta de Gloria incorpora propuestas basadas en el pescado y la carne cruda, platos que «uno puede comer en un chiringuito de Italia», señala Tasso, quien destaca que la máxima en cocina es el respeto por el producto.

«Hacemos una cocina muy sencilla, con tres o cuatro ingredientes y sin enmascarar el sabor auténtico del producto», destaca el chef, quien pone de manifiesto que «en Gloria no se compra nada hecho, todo es casero», incluida la pasta, los helados o la masa de las pizzas. Así, en este restaurante, «el arte de la elaboración es importante».