Medioambiente

Greenpeace alerta que el litoral catalán está al "borde del colapso"

La organización denuncia la falta de políticas de adaptación ante los impactos del cambio climático

Playa de Barcelona AYUNTAMIENTO DE BARCELONA 01/10/2023
Las playas de Barcelona cierran temporada con el "récord" de 5,2 millones de usuariosAYUNTAMIENTO DE BARCELONAEuropa Press

La costa catalana atraviesa una situación crítica. Así lo advierte Greenpeace en su último informe Destrucción a toda costa 2025, donde expone cómo la combinación de cambio climático, turismo intensivo y desarrollo urbanístico sin control está llevando el litoral al límite de su capacidad ecológica. La organización denuncia la ausencia de medidas efectivas por parte de la administración autonómica para frenar un modelo que considera peligroso.

Durante la presentación del informe, Elvira Jiménez, responsable de campañas en Greenpeace, criticó duramente la pasividad institucional: “Mientras los impactos climáticos nos muestran su crudeza en esta región, la Generalitat mira hacia otro lado”. El documento, que analiza la evolución de la costa desde el año 2000, identifica una erosión creciente y una pérdida alarmante de biodiversidad.

Las cifras del retroceso: playas que desaparecen, ecosistemas que colapsan

Uno de los datos más preocupantes apunta a la pérdida de arena en las playas del área metropolitana de Barcelona, donde se ha reducido más del 36% de la superficie. Montgat encabeza esta regresión con un 74% menos de arena, seguido de Badalona, que supera el 40%. Además, el informe estima que el nivel del mar podría subir 26 centímetros en Cataluña, lo que pondría en riesgo zonas tan sensibles como el Delta del Ebro ,con una posible regresión de hasta 52 metros, o el litoral del Llobregat y la Costa Daurada, que también sufrirían importantes retrocesos.

Greenpeace no solo pone el foco en el impacto ambiental, sino también en las causas estructurales. Señala que el actual modelo de ocupación del litoral, centrado en el desarrollo turístico y la construcción en primera línea de mar, sigue vigente pese a la emergencia climática. Muchos de estos proyectos, afirman, se justifican bajo discursos como la reactivación económica o la solución a la crisis de vivienda, pero en realidad agravan la presión sobre espacios ya saturados.

Entre los casos más controvertidos citados en el informe figura la ampliación de la tercera pista del aeropuerto del Prat, que afectaría gravemente al delta del Llobregat. Greenpeace advierte que esta intervención sería “un golpe mortal” para un ecosistema ya muy degradado y aceleraría la turistificación de Barcelona y su entorno.

Frente a esta situación, la organización propone un conjunto de medidas urgentes que van desde la restauración de ecosistemas hasta la adaptación planificada al cambio climático. Entre las propuestas destacan la renaturalización de zonas costeras, el uso de herramientas cartográficas para anticipar riesgos, una reducción drástica de las emisiones contaminantes y una transición hacia modelos energéticos sostenibles. También reclaman que la ciudadanía participe en el diseño de políticas públicas y que estas cuenten con recursos suficientes.

El mensaje final del informe es claro: seguir apostando por un modelo basado en la expansión turística y la urbanización sin límites es insostenible. Greenpeace exige un cambio de rumbo que priorice la resiliencia ecológica, el bienestar de las comunidades locales y el respeto a los límites del planeta.