La mitad de los bebés recién nacidos en Cataluña tiene al menos un progenitor nacido en el extranjero

Un informe del Observatorio Demográfico de la Universidad San Pablo-CEU ha advertido de que el 49,5% de los bebés de Cataluña en 2022 tenían al menos un progenitor nacido en el extranjero, informa la universidad en un comunicado de este miércoles.

Se trata del informe 'Cataluña: declive demográfico de una sociedad multicultural', elaborado con datos de 2022, 2023 y 2024, que asegura que cada nueva generación de catalanes es "un 40% a 45% menos numerosa que la anterior". Los datos señalan que se ha pasado de 1,65 millones de habitantes en Cataluña en 1857 a 8 millones en 2024, y que de estos últimos 2,4 millones son inmigrantes de primera o segunda generación. Los nacidos en el extranjero y sus hijos nacidos en España menores de 25 años eran a comienzos de 2024 casi el 30% de la población catalana.

Los resultados reflejan que Cataluña es una de las comunidades autónomas con más inmigración, y entre los orígenes destaca un 9,6% de nacidos en Latinoamérica; un 4,6% en África; un 2,4% en Asia; y un 4,9% eran nacidos en Europa pero no en España.

El informe señala que la inmigración africana y asiática son "predominantemente masculinas" (a diferencia de la inmigración latina, que es más femenina): a 1 de enero de 2023, el 9,6% de los hombres de 20 a 44 residentes en Cataluña eran africanos nativos y el 5,2% eran asiáticos.

El informe apunta a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que muestran que a 1 de enero de 2023 el 53,4% de los hombres jóvenes (entre 20 y 39 años) en Barcelona nacieron en el extranjero, frente al 46,6% de los nacidos en España. De los hombres jóvenes en Barcelona, el 4,3% son pakistaníes; el 1,4% de la India; y el 1,1% de Bangladesh.

Con una fecundidad muy baja, la población catalana de origen "está abocada a menguar con más nacimientos que muertes", y a estar más envejecida (más del 25% de ella tiene ya 65 años o más). Según el informe, en Cataluña mueren el doble de españoles de los que nacen y que con los inmigrantes extranjeros "el balance es opuesto", con seis nacimientos por cada fallecimiento.