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Historia

El origen cubano de la palabra "chiringuito": un viaje desde los cafetales del Caribe hasta las playas catalanas

Este icónico término que evoca sol tiene una simpática historia que se remonta a las plantaciones cubanas del siglo XIX

El Chiringuito de Sitges La Razón

La palabra "chiringuito", tan arraigada en la cultura playera española, tiene un origen sorprendentemente lejano: Cuba. Este término, que hoy asociamos con pequeños establecimientos junto al mar que ofrecen comidas y bebidas, comenzó su historia entre cafetales y plantaciones de caña de azúcar en la isla caribeña durante el siglo XIX.

En Cuba, "chiringuito" era originalmente el diminutivo de "chiringo", un término que hacía referencia a un chorro o chorrito de agua. Los trabajadores de las plantaciones utilizaban una curiosa técnica para preparar su café: filtraban el agua caliente a través de una media o un pedazo de tela, creando un fino chorro de café que caía y era denominado "chiringuito". Durante sus descansos, los trabajadores solían decir "vamos al chiringuito", refiriéndose a los quioscos improvisados donde se preparaba esta bebida.

El debate sobre su etimología

El origen exacto de la palabra "chiringo" genera debate entre los lingüistas. Algunas fuentes sugieren que podría derivar de "chingar", un gitanismo del caló "čingarár", que entre sus múltiples significados incluía "beber con frecuencia vino o licores". Otros estudios apuntan a que proviene de "chinguirito", un tipo de aguardiente que se preparaba en México y Cuba, y que con el tiempo y los fallos lingüísticos, se transformó en "chiringuito".

La llegada a España y su popularización

La palabra viajó a España gracias a los emigrantes que habían trabajado en Cuba y que trajeron consigo no solo recuerdos, sino también expresiones y costumbres de la isla. Los indianos de la burguesía catalana, empresarios que habían tenido negocios lucrativos en las Antillas, se establecieron en zonas como Sitges, al sur de Barcelona. Cuando estos empresarios querían un café en los bares locales, solían pedir: "Ponme un chiringuito".

El primer chiringuito documentado

El primer establecimiento de España que adoptó oficialmente el nombre "Chiringuito" se encuentra en Sitges, Barcelona. Aunque inicialmente inaugurado en 1913 como "El Kiosket", fue el periodista madrileño César González Ruano quien, familiar con sus viajes a Cuba, sugirió cambiar el nombre a "Chiringuito" en 1949. Este local, ubicado en el Paseo de la Ribera, se convirtió en un punto de encuentro para locales y visitantes, y el término comenzó a extenderse por todas las costas españolas.

Sin embargo, este relato ha sido cuestionado por investigaciones recientes. La historiadora del arte y cronista de Sitges, Beli Artigas, ha encontrado referencias al término "chiringuito" en periódicos españoles de finales del siglo XIX, mucho antes de la supuesta "creación" del término en Sitges. En un artículo titulado "Viaje por España. Huelva", publicado el 1 de febrero de 1895 en el diario El Liberal, ya se mencionaba: "La manguara de González Blas, y el chiringuito y las almejas recalentadas, son aperitivos excelentes".

El reconocimiento oficial y su impacto cultural

En 1983, la Real Academia Española (RAE) reconoció oficialmente la palabra "chiringuito" en su diccionario con dos acepciones: "quiosco o puesto de bebidas al aire libre" y "chorrito menudo". Esta inclusión consolidó la doble conexión que une las costas españolas con las tradiciones cubanas.

Los chiringuitos se han convertido en elementos fundamentales de la experiencia veraniega española. Estos establecimientos no solo ofrecen comidas y bebidas refrescantes en los días más calurosos, sino que representan un espacio de relajación y disfrute al aire libre mientras se percibe la brisa marina. Su popularidad se extendió aún más en 1988, cuando el cantante francés Georgi Dann lanzó su éxito veraniego "El chiringuito", poniendo el término en boca de todos los españoles.

Un legado que perdura hasta hoy

El primer chiringuito de España sigue en pie, con su característica fachada blanca y azul, sirviendo comida marinera, bebidas frías y cócteles a los visitantes de Sitges. Su estética marinera y su oferta de cerveza fría, vino blanco y pescado fresco ha servido como modelo para miles de chiringuitos que actualmente salpican las costas españolas.

El término también ha inspirado variantes en otros países. En México existe el "changarrito", un pequeño puesto de ventas ambulante, mientras que en las Islas Canarias, "chiringo" sigue utilizándose para referirse a un chorro pequeño de líquido. Incluso los italianos, tan propensos a visitar nuestras playas, también lo han adoptado.

La historia del chiringuito representa un fascinante ejemplo de cómo las palabras viajan, evolucionan y se transforman a través de culturas y océanos. Lo que comenzó como una forma humilde de preparar y servir café en las plantaciones cubanas, se ha convertido en un símbolo cultural y turístico de las costas españolas, demostrando una vez más los profundos lazos históricos y lingüísticos que unen a España con sus antiguas colonias en América.