Pimec ha cifrado en más de 878 millones de euros el impacto económico del apagón eléctrico del pasado 28 de abril sobre las pymes catalanas, basándose en una encuesta elaborada por el Observatori de la Pime a Catalunya.

En el estudio se han contabilizado 898 respuestas válidas de 904 empresas encuestadas, que "constatan las consecuencias directas en la productividad, la facturación y las infraestructuras de miles de negocios", informa la patronal en un comunicado este miércoles.

En concreto, el 72,7% de las empresas declararon haber sufrido afectaciones directas en su actividad de manera total, mientras que un 22,5% lo hicieron de forma parcial y un 50,8% manifestó haber visto reducida su jornada laboral.

Según el tamaño y la actividad, las pérdidas por empresa oscilan entre los 606 y los 25.818 euros, con una media global de 1.640 euros por empresa.

Los principales impactos económicos identificados son: pérdidas de facturación (59,2% de las empresas afectadas), reducción de la producción (57,8%), averías en maquinaria y equipamientos (13,3%) y derroche de mercaderías y materias primas (11,1%).

Recomendaciones

La encuesta también revela que tanto las empresas como las administraciones "no estaban suficientemente preparadas" ante incidencias como el apagón, alegando que el 91,1% de las empresas que perdieron datos no disponían de copias de seguridad actualizadas o accesibles.

Por ello, reclaman un mejora de los canales de información, con comunicaciones "más claras, ágiles y difundidas por múltiples vías" para garantizar una llegada oportuna de los mensajes.

Asimismo, también piden establecer protocolos de actuación definidos, una mejor coordinación con las empresas suministradoras, asistencia técnica especializada y ayudas específicas para implantar sistemas de resiliencia, especialmente para las pymes.

Por su parte, Pimec aconseja instalar Sistemas de Alimentación Ininterrumpida (SAI), desarrollar un Plan de Continuidad del Negocio, utilizar almacenaje en la nube, hacer copias de seguridad regulares y asegurar la funcionalidad de los sistemas de seguridad y de emergencia.