Prevención en salud
Tratar la apena del sueño con la terapia CPAP reduce en un 31% el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares graves
Una investigación internacional demuestra por primer vez que el tratamiento con presión positiva continua en las vías respiratorias cada noche durante 4 horas protege de volver a sufrir un acontecimiento cardiovascular a aquellas personas que sufren apnea del sueño
La apnea del sueño es un problema muy frecuente que se caracteriza por una respiración intermitente debido a la grasa que se deposita en las vías respiratorias, lo que provoca que éstas tengan un calibre inferior y eso favorece un colapso. Esto afecta a entre un 10% y un 20% de la población adulta, generalmente con sobrepeso, que ve mermada su calidad de vida porque tiene un sueño no reparador, que hace que no rinda en el trabajo, se sienta todo el día cansado, sin ganas de hacer cosas...y además, la apea del sueño puede generar problemas cardiovasculares y cerebrovasculares.
"La apnea puede pasar centenares de veces cada noche y si una persona no respira, no tiene oxígeno y eso hace que el organismo se estrese, que el sistema circulatorio proteste, favoreciendo episodios cardiovasculares y cerebrovasculares", explica Ferran Barbé, director clínico territorial de Enfermedades Respiratorias Crónicas del Hospital Universitario Arnau de Vilanova y líder del grupo de Investigación Traslacional en Medicina Respiratoria, del Instituto de Investigación Biomédica de Lleida y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Respiratorias, quien al respecto indica que "el tratamiento para la apnea del sueño pasa, primero, por reducir el peso y segundo, en los casos más importante, por dormir con un aparato, el CPAP, que da aire a presión y hace que la vía respiratoria no se cierre".
Seguir el tratamiento de forma adecuada
El problema es que, hasta el momento, diferentes estudios en los que se ha tratado de demostrar la eficacia de este tratamiento han concluido que su efecto es neutral en la prevención de problemas cardiovasculares y ello podría deberse a que es realmente complicado diseñar un estudio con una amplia cohorte de pacientes con una adecuada adhesión al tratamiento. "El problema en estos estudios es encontrar a pacientes que usen realmente el aparato como está indicado y eso dificulta el poder hacer un seguimiento durante años a una gran cohorte" para llegar a resultados fiables.
En este contexto, investigadores de referencia en este ámbito a nivel mundial, algunos de Suecia, otros de Australia y de España, han trabajado de forma conjunta para revisar sus propios estudios sobre la materia y concluir que "aquellas personas con apneas del sueño que usan el CPAP durante al menos cuatro horas cada noche están protegidos ante un posible episodio cardiovascular, ya que ello reduce en un 31% el riesgo de sufrir estos problemas", indica Barbé, quien matiza que "en este trabajo, nos hemos centrado en la prevención secundaria y por lo tanto hemos estudiado a personas con apena del sueño y enfermedad cardiovascular establecida, porque son los que más riesgo tienen de sufrir otro acontecimiento de estas características". Sin embargo, como apunta Barbé, "es razonable pensar que si a esta población el CPAP le protege, a quien tiene apneas del sueño pero no ha sufrido por el momento un episodio cardiovascular, también".
En cualquier caso, los resultados de este trabajo, que se han publicado en la revista Journal of the American Medical Association, "van a cambiar la práctica clínica", asegura el investigador. Y es que el "disponer de evidencia acerca de que el tratamiento funciona nos permite ser más convincentes con el paciente". "No es lo mismo decirle que es posible que dormir con el CPAP reduzca su riesgo de sufrir un episodio cardiovascular o cerebrovascular, que decirle que el tratamiento tiene resultados demostrados y eso favorece la adherencia al mismo".
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