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Sociedad

Arqueología

Descubren el secreto de la alfombra más antigua del mundo

La alfombra Pazyryk conserva los colores intactos a pesar de pertenecer a la Edad de Hierro, ahora conocemos su secreto

La alfombra Pazyryk tiene aproximadamente 2400 años de antigüedad, y sus colores siguen siendo muy vivos. Ninara

Si visita el museo State Hermitage en San Petersburgo (Rusia), tendrá la oportunidad de ver la alfombra de ganchillo más antigua y mejor conservada del mundo: la alfombra Pazyryk. Es la más antigua porque se ha fabricado sobre el 400 antes de Cristo, siendo el mejor ejemplo de la artesanía asiática durante la edad de Hierro. Pero también es la mejor conservada, porque ha llegado a nuestra época de manera íntegra, con unos vivos colores que dejan sorprendidos a los historiadores y visitantes.

Y es que su estado de conservación es un tema de debate entre la comunidad científica. Para conocer los misterios de la alfombra, diferentes equipos llevan décadas analizando pequeñas hebras de lana procedentes de la alfombra. Pero todos los estudios no llegaban a ninguna conclusión hasta la semana pasada, cuando un equipo de químicos alemanes ha descubierto por qué los colores de la alfombra son tan vivos, con una respuesta que implica cambiar algunos párrafos en los libros de historia.

Colores demasiado vivos

La alfombra Pazyryk fue descubierta por arqueólogos rusos en 1947, mientras exploraban una tumba kurgán en el macizo de Altái, en Rusia. Esta zona montañosa es un lugar de difícil acceso, por lo que era usado como cementerio para diferentes tribus nómadas de la región, que tenían la seguridad de poder enterrar a sus seres queridos con sus reliquias sin temer que fueran saqueadas. Una de estas reliquias era la alfombra, que había soportado varios milenios de condiciones extremas de temperatura hasta llegar a las manos de los investigadores.

Los arqueólogos se dieron cuenta inmediatamente que algo no encajaba en la alfombra. Todos los objetos de la tumba databan del 400 antes de Cristo, y la lana de la alfombra confirmaba la fecha. Nadie había entrado en la tumba en todo este tiempo, y sin embargo, la alfombra se parecía de unos pocos siglos de antigüedad, mucho mejor conservada que el resto de objetos encontrados.

La conservación era especialmente importante en el color. Los colores rojos, amarillos y azules de la alfombra aun eran brillantes, y apenas se habían decolorado con el paso del tiempo. Puede que la oscuridad y el frío de las montañas hubieran ayudado en su conservación, pero en el museo había otras alfombras de esta época en mucho peor estado.

Estaba claro que la alfombra debía estar teñida de algún modo especial, así que los historiadores empezaron a trabajar junto a científicos para desentrañar el tipo de tinción de la lana. No les movía solo la curiosidad, sino que conocer el método les daría una información importante sobre la artesanía asiática durante la Edad de Hierro.

Para estudiar cómo está teñido un tejido, normalmente se corta una hebra a la mitad, y se mira al microscopio para saber si el tinte está en el interior de la lana o solo en el exterior. Pero esto no funcionaba en la alfombra Pazyryk. Las hebras de lana están muy envejecidas, y se desprenden con facilidad, por lo que era complicado hacer un corte suficientemente limpio como para conocer su interior.

La solución vino de la mano de un equipo de investigadores de la Universidad de Nuremberg. Ellos probaron una técnica que no había sido probada hasta la fecha por los arqueólogos. Y es que, si no podemos cortar la hebra para ver su interior, podemos probar a hacerle una radiografía.

Una radiografía microscópica

La microscopía de alta resolución con rayos X es una versión alternativa y con más usos que la microscopía óptica tradicional. En vez de tener un haz de luz, lo que incide en la muestra y nos permite verla son rayos X, que atraviesan el material y dejan entrever algunas partes de su interior.

Esta técnica solo funciona para ciertos metales concretos, aquellos que sean opacos a los rayos X. El caso de la alfombra Pazyryk es ideal para este microscopio, ya que el color rojo de la alfombra procede del pigmento Rojo Turco, un complejo metálico formado por aluminio y alizarina, un tinte vegetal. Bajo los rayos X, es posible distinguir la presencia del aluminio del tinte, y comprobar cómo se distribuye dentro de la hebra de lana.

Al hacerlo, lograron confirmar lo que muchos historiadores sospechaban: el pigmento está tanto dentro como fuera de la hebra de lana, lo que explica su vivo color. La lana actúa como un escudo protector para el pigmento, y no deja que reaccione con el oxígeno ni la luz del exterior, haciendo que el color permanezca.

Para conseguir teñir así la lana, es necesario usar lana fermentada. Se logra secando la lana recién trasquilada al sol durante varias semanas, para luego usarla como lecho de animales, y ponerla a remojo otras semanas más. Los microorganismos de los animales atacan la lana y la hacen fermentar, degradándose lentamente y dejando que el tinte pueda llegar a lo más profundo de las hebras de lana.

El problema es que, para los historiadores, el uso de la lana fermentada fue mucho más tarde en la historia. Los primeros escritos y restos referenciando esta técnica proceden del siglo XVII, y esta alfombra procede de un milenio y medio atrás en el tiempo.

Para confirmar si la alfombra Pazyryk se había creado usando lana fermentada, los investigadores fermentaron su propia lana siguiendo la receta tradicional, y tiñendo las hebras con el mismo color. Bajo el microscopio, ambas hebras eran idénticas, confirmando la técnica.

Muestras de hebras de la alfombra Pazyryk y de lana fermentada por los investigadores. Al analizarlas bajo el microscopio de rayos X, se observan coincidencias en cómo se distribuye el tinte.Andreas Späth

Este estudio ha sido la demostración definitiva de que se usaba lana fermentada para hacer alfombras varios siglos antes de lo que se pensaba. ¿Por qué no hay más alfombras similares antes del siglo XVII? Puede que la técnica de la lana fermentada fuera olvidada durante varios siglos y redescubierta de nuevo, o puede que muy pocos artesanos hubieran aprendido el truco. Son preguntas nuevas que podemos hacer viendo una alfombra demasiado bien conservada.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • No es la primera vez que se usan rayos X en restos arqueológicos. Por ejemplo, las radiografías de sarcófagos han sido muy útiles para conocer el interior de las momias sin tocar su exterior. También se ha logrado recientemente desenvolver y leer cartas selladas usando este sistema. La novedad en este estudio es la microscopia de alta resolución, que permite estudiar restos a escala microscópica.

REFERENCIAS:

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