Física

Tu vecino de arriba no está jugando a las canicas. Esta es la explicación científica

A diferencia de lo que se suele pensar, los edificios no son algo estático. En realidad, están vivos y reaccionan a los diferentes estímulos a los que están expuestos

El sonido de las canicas desde el piso de arriba es uno de los sonidos más comunes en las viviendas | Dreamstime
El sonido de las canicas desde el piso de arriba es uno de los sonidos más comunes en las viviendas | DreamstimeDreamstimeDreamstime

Estar solo en casa por la noche puede convertirse en una experiencia bastante inquietante. Cuando nos quedamos en silencio durante algún tiempo, empezamos a escuchar ruidos de lo más extraño... como golpes y crujidos. Como somos como somos, nuestro cerebro rápidamente busca la explicación. Y como no conoce la ciencia detrás de la física de materiales, recurre a otras referencias que sí conoce... como el cine de ciencia ficción. Pero lo mejor que podemos hacer en esta situación es relajarnos: no hay ninguna evidencia que sugiera que estamos compartiendo piso con un fantasma. Todos esos ruidos tienen una explicación científica:

Estar solo en casa por la noche puede convertirse en una experiencia bastante inquietante, porque se escuchan muchos sonidos "extraños"
Estar solo en casa por la noche puede convertirse en una experiencia bastante inquietante, porque se escuchan muchos sonidos "extraños"larazon

Los materiales de construcción están vivos

A diferencia de lo que se suele pensar, los edificios no son algo estático. En realidad, están vivos y reaccionan a los diferentes estímulos a los que están expuestos. El mejor ejemplo de esto es la madera (aunque no es el único), que es un material muy usado en construcción y en el diseño de interiores... y es extremadamente “ruidoso”. La madera es un elemento higroscópico. Esto significa que varía enormemente su volumen, en función de la humedad ambiental. Así, en algunos momentos del año está más hinchada y en otros lo está menos. Y estas variaciones en el volumen, acaban por generarinfinidad de crujidos y otros ruidos extraños.

Otra variable que también tiene mucho que decir en el movimiento de un edificio es la temperatura. Porque prácticamente todos los materiales se contraen con el frío y se expanden con el calor. Asimismo, también tenemos que tener en cuenta el desgaste de las instalaciones del edificio. Cuanto más tiempo pase, es más fácil que los materiales hayan creado una holgura para sus movimientos, y que estos -además- estén más desgastados y sean más susceptibles de generar algún sonido. Por eso, los ruidos extraños que puedes oír hoy en tu casa, no son nada comparado con los que se podrán escuchar dentro de 20 años.

Los materiales de construcción están vivos y reaccionan a los estímulos a los que están expuestos | Fuente: Dreamstime / James Steidi
Los materiales de construcción están vivos y reaccionan a los estímulos a los que están expuestos | Fuente: Dreamstime / James SteidiJames SteidlDreamstime

También debemos tener en cuenta el tipo de edificio. Si es un chalet, la construcción estará mucho más expuesta a los cambios de temperatura o de humedad que un bloque de pisos. Porque no habrá otras viviendas alrededor que hagan las veces de aislante. De la misma forma, si vives en un bloque de edificios, debes tener en cuenta que la fuerza del viento que debe soportar la estructura es enorme. Y que es normal que acabe empujando todo el edificio, lo que provoca que se incline bastante respecto a su eje. Y eso -evidentemente- también se notará en el interior de las viviendas.

El vecino se pone a jugar con canicas por la noche

Uno de los ruidos más comunes que suelen escucharse en los apartamentos es aquel del vecino del piso de arriba que -por algún motivo- rememora viejos tiempos por la noche... y se pone a lanzar canicas. En realidad, este repiqueteo tan característico no se debe a un vecino poco considerado. Lo que produce ese sonido es un viejo conocido de la dinámica de fluidos: el golpe de ariete (también conocido como pulso de Zhukowski).

Este fenómeno físico sucede cuando el agua que fluye por una tubería se para en seco por el cierre de una válvula. Las primeras “oleadas” del líquido impactan con fuerza con la puerta cerrada de la válvula. Las “oleadas” de fluido que llegan más tarde chocan con las primeras (que ahora se mueven en sentido contrario). Después del choque del fluido, tiene lugar a una especie de “rebote”, con el que el agua tiende a ocupar el vacío que se ha generado tras ella, expandiendo así el aire hacia los bordes de la tubería. Como resultado de la tensión que sufren las tuberías, estas empiezan a temblar provocando un ruido muy parecido al del impacto de unas canicas contra el suelo. Pero -en realidad- no es otra cosa que el efecto que causa la presión del agua.

La tensión que sufren las cañerías por el golpe de ariete provoca que tiemblen y que se genere un ruido muy parecido al del impacto de unas canicas contra el suelo | Fuente: Dreamstime
La tensión que sufren las cañerías por el golpe de ariete provoca que tiemblen y que se genere un ruido muy parecido al del impacto de unas canicas contra el suelo | Fuente: DreamstimeDreamstimeDreamstime

En las tuberías de las casas, la fuerza del impacto es más bien pequeña; porque la cantidad de líquido, el grosor de la tubería y la velocidad a la que viaja el agua son pequeños. En cambio, cuando este fenómeno tiene lugar en una fábrica, por ejemplo, las fuerzas implicadas en el golpe de ariete pueden ser bastante más grandes. Por ese motivo, es muy común escuchar el golpe de un martillo… en vez del golpe de una canica.

Si observas que el ruido va a peor con el paso del tiempo o si el ruido es ya de por si muy grande, puede que sea necesario prestarle atención. El golpe de ariete genera una sobrepresión que puede superar entre 60 o 100 veces la presión normal de la tubería. Y eso puede provocar la rotura de la tubería o de los accesorios... y generar un auténtico problema para todos los vecinos.