Naturaleza

Descubren el truco de las ballenas para demenciarse por la tensión arterial

El cerebro de los cetáceos parece estar especialmente preparado para contrarrestar el aumento de tensión arterial debido a su aleteo

Orca
OrcaSchmid-Reportagen/PixabayCreative Commons

Hay muy poco conocimiento que esté totalmente aislado del resto, que no se relacione con nada más, que no ayude a comprender otros conceptos, como si fuera una especie de reacción en cadena. Por ejemplo, cuando los científicos se preguntan por qué determinado animal hace tal o cual cosa, la respuesta no nos hablará solo sobre esa criatura salvaje, sino sobre nosotros mismos. Sin ir más lejos, un estudio reciente ha investigado cómo logran sobrevivir los cetáceos al aumento de tensión arterial que sufren con cada coletazo. Como decíamos, la pregunta puede parecer muy especifica y poco relacionada con nosotros, pero son muchos los puentes que podemos trazar. Siendo ambos mamíferos, y teniendo en cuenta que en nuestro caso también hay problemas de tensión arterial, entender los mecanismos de las ballenas y delfines puede ayudarnos a nosotros. Algo especialmente importante si tenemos en cuenta que estos problemas de tensión intracraneal se han relacionado con el desarrollo de demencia.

Aunque, para ser precisos, la curiosidad de los investigadores empezó un poco antes. Sabemos bien que, cuando hacemos esfuerzos musculares, los vasos sanguíneos de esas zonas se ven presionados y, como si fuera un tubo de pasta dentífrica, desplazan su contenido a zonas con menos presión, como el cráneo. Cuando el trabajo implica suficientes músculos, es posible que se acumule bastante sangre en las venas y arterias del cerebro, lo cual hace que aumente la tensión arterial dentro de nuestro cráneo. Y, aunque sabemos que muchos mamíferos compensamos parcialmente este problema mediante la respiración, resulta que no todos tenemos esa solución disponible. Los mamíferos marinos contienen la respiración, con lo que no pueden variarla para jugar con las presiones dentro de su cuerpo y compensar la subida de la tensión intracraneal. O, al menos, eso es lo que suponían los investigadores.

Bio-optimismo

Habrá quien piense: de alguna manera ha de resolverse, la evolución no habría consentido crear seres que, para cumplir sus funciones más básicas, se estuvieran inmolando constantemente. Ese tipo de reflexiones podrían describirse como bio-optimismo, porque, aunque la selección natural es un mecanismo estupendo para adaptar a las especies, eso no significa que sea infalible. Sin ir más lejos, hace poco se ha descubierto un ejemplo muy relevante en esta dirección.

La experta Nicole Ackermans se dio cuenta de que nadie se preocupaba de los animales que se dan cabezazos, como las cabras y los ciervos. Simplemente asumíamos que eran inmunes a esos golpes porque la evolución los había hecho así. Así que decidió investigar ella misma si esos cabezazos tenían consecuencias y empezó a estudiar el caso de los bueyes almizcleros y resulta que sus cerebros están hechos papilla, con secuelas de traumatismos craneoencefálicos desde que son terneros y parece que incluso acumulan una proteína que está relacionada con el alzheimer en humanos. A la evolución solo le interesa reproducirse y, aunque no son inmunes a los cabezazos, su capacidad para seguir comiendo y teniendo sexo sí es bastante resistente a estas lesiones. Así que ¿Tienen las ballenas algún tipo de resistencia especial a este problema? ¿O simplemente se lesionan lo justo para seguir procreando?

La red maravillosa

Con esto en mente, los investigadores de la Universidad de Columbia empezaron a estudiar el caso de los cetáceos, y tomaron multitud de medidas biomecánicas de 11 especies. A partir de todos esos datos plantearon una posible explicación, desarrollaron un modelo matemático y calcularon si podría resolver el dichoso problema de la tensión arterial. Esto dista mucho de haber explorado la anatomía y la fisiología de los cetáceos hasta dar con la solución, pero plantea un posible mecanismo, altamente plausible y que encaja con las medidas que tenemos.

Según el modelo, puede que la clave esté en una complejísima red de vasos sanguíneos que rodean el cerebro y que, al ser tantos, permiten acumular una buena cantidad extra de sangre con tal de que todos se distiendan un poco. Esta estructura se conoce como “red maravillosa” o rete mirabile, presente en la mayoría de los vertebrados de sangre caliente. Habrá que seguir investigando y comprobar si el modelo sobrevive a una confrontación con la realidad, o si, por el contrario, se viene abajo como si fuera pura fantasía. Por desgracia, posiblemente haya que esperar bastante tiempo, porque los grandes cetáceos son animales poco accesibles y su voluminoso cuerpo no facilita su estudio.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Los cetáceos están altamente adaptados para la vida en el agua, de hecho, son los mamíferos marinos más adaptados que existen. No obstante, como hemos visto, eso no significa que estén perfectamente diseñados para resolver todos los retos que les impone este nuevo medio.

REFERENCIAS (MLA):