Espacio

Calendario astronómico de 2023: Los eclipses, cometas y lluvias de estrellas que iluminarán este año

En este artículo encontrarás todas tus citas astronómicas para 2023, empezando por las Cuadrántidas, la segunda lluvia de estrellas más llamativa del año que ya está teniendo lugar

Cometa 2022 E3 (ZTF)NASA02/01/2023
Cometa 2022 E3 (ZTF)NASA02/01/2023NASANASA

Todos los años, los cielos nos traen verdaderos espectáculos astronómicos. Noches que se iluminan, días que se oscurecen y trozos del firmamento que caen sobre nosotros mientras arden en la atmósfera. Lo sabemos bien y nos gusta, porque incluso si no sabemos gran cosa sobre astronomía, ver que la Luna se vuelve roja durante un eclipse o tumbarnos en la hierba a contar estrellas fugaces nos conecta de algún modo con algo mucho más grande que nosotros, nos hace partícipes de los espectáculos que el desproporcionado cosmos crea y para los que, durante mucho tiempo, no tuvo ningún espectador. Sin embargo, y a pesar de que nos cautivan, solemos faltar a nuestras citas con el espacio, en parte porque la contaminación lumínica de las ciudades desdibuja el firmamento, en parte porque no tomamos nota de cuándo ocurrirán estos eventos. Contra lo primero no podemos hacer gran cosa, pero lo segundo es más fácil de resolver y tenemos la solución.

El presente artículo es, simultáneamente, una guía y un calendario para el cielo de 2023. No enumeraremos todos los eventos que nos visitarán durante el año, pero sí algunos de los más llamativos, centrándonos en eclipses, lluvias de estrellas y cometas observables. Olvidaremos los equinoccios y las lunas llenas, así como ese concepto de las “superlunas”, “lunas de nieve”, “lunas de fresa” y compañía, que no son astronomía (ciencia) sino astrología (pseudociencia) y que la mayoría de las veces no suponen ningún cambio significativo como para justificar calificativos tan exagerados como los que reciben. Así que guarda bien este artículo para consultarlo durante lo que queda de 2023.

Lluvias de estrellas

  • 3 de enero: Cuadrántidas (aunque todavía podemos ver alguna)
  • 16-25 de abril: Líridas
  • 28-29 de junio: Delta Acuáridas
  • 13-14 de agosto: Perseidas
  • 9-10 de octubre: Dracónidas
  • 21-22 de octubre: Oriónidas
  • 17-18 de noviembre: Leónidas
  • 13-14 de diciembre: Gemínidas

Por supuesto, que les llamemos lluvias de estrellas no significa que sean estrellas, se trata de meteoroides más o menos grandes que irrumpen en nuestra atmósfera y entran en combustión mientras caen, consumiéndose antes de llegar al suelo. Si ocurren regularmente todos los años, irradiando cada una siempre desde un mismo punto del cielo, es porque la mayoría se trata de la estela de partículas que ha dejado un cometa a su paso y que, cada 12 meses, nosotros atravesamos, como quien pasa bajo la alcachofa de la ducha.

Aunque las Perseidas son las más famosas, ya vemos que no son las únicas, de hecho, hay incluso más de las que hemos indicado nosotros. La popularidad de las lágrimas de San Lorenzo se debe a que es de las más espectaculares del hemisferio Norte y que ocurre en verano, cuando la gente está dispuesta a salir en plena noche a mirar el cielo. Sin embargo, si conseguimos pertrecharnos con un buen abrigo, las Cuadrántidas de enero no se quedan atrás. Hay todo un cielo que explorar.

Habrá cometas

  • 1 de febrero: C/2022 E3 (ZTF)
  • 26 de septiembre: 103P/Hartley
  • 21 de octubre: 2P/Encke
  • 24 de diciembre: 62P/Tsuchinshan

Todos hemos visto imágenes de algún cometa, pero parece que todavía hay cierta confusión sobre lo que son. Los cometas, a diferencia de asteroides y meteoroides, están compuestos, sobre todo, por hielo y polvo y en todo caso alguna roca. Esto les ha dado el mote “nieve sucia”. Son estas sustancias las que se van desprendiendo del cometa en dos colas, una a lo largo de su trayectoria, la otra en dirección contraria al Sol, al ser empujadas sus partículas por los fotones de luz que “dispara” nuestro astro rey. Una última diferencia es que los cometas suelen venir de la nube de Oort, mucho más lejana que el cinturón de asteroides.

Todo esto se traduce en que sean más brillantes y vistosos que los cometas y menos efímeros que las estrellas fugaces. Por desgracia, no todos estos cometas serán igualmente visibles. Dependerá de dónde vivamos dentro del hemisferio norte, si más al norte o más al sur y casi todos requerirán algo más que nuestro ojo desnudo para que consigamos distinguirlos en la lejanía. La parte positiva es que un par de binoculares serán más que suficientes y, en el caso de, a excepción de C/2022 E3 (ZTF), para ninguno requeriremos telescopio, un par de prismáticos parecen ser más que suficientes.

Cuatro eclipses para elegir

  • 20 de abril: eclipse solar híbrido (anular, parcial y total)
  • 5 de mayo: eclipse lunar penumbral (poco perceptible)
  • 14 de octubre: eclipse solar anular
  • 28 de octubre: eclipse lunar parcial

Los eclipses no son otra cosa que alineaciones del Sol, la Luna y la Tierra. Cuando el orden es este, la Luna oculta el brillo del Sol en pleno día produciendo un eclipse solar. Cuando se coloca la Tierra entre el Sol y la Luna, se produce un eclipse lunar al bloquear la luz del sol que solemos ver reflejada en la Luna, dándole al satélite un tono rojizo en plena noche. En función de la perspectiva estarán más o menos alineados, siendo totales o parciales, esto es: tapando más o menos la luz del Sol.

Esto último significa que, desde algunos puntos del globo serán más o menos parciales o, incluso, ni siquiera podrán verse. De los cuatro que viviremos durante este año, solo dos serán visibles desde algunas partes de España: el del 5 de mayo y el del 28 de octubre, los dos lunares.

Ya no hay excusa para no mirar al cielo durante este 2023, que estará cargado de hitos. Un entretenimiento gratuito, que nos permitirá conocer a las asociaciones astronómicas de nuestras ciudades y pueblos y a aprender de quienes llevan décadas enamorados del esta ventana al espacio que es nuestro firmamento.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Las superlunas tienen poco de “super”, en todo caso, podemos apreciar un ligerísimo aumento del tamaño aparente de la luna debido a su proximidad y al hecho de que esté llena. De hecho, la diferencia de tamaño entre la Luna en su perigeo y la media del resto del año es, aprovechando la comparación popularizada por el astrofísico Neil deGrasse Tyson, como recortar medio centímetro al borde de una pizza familiar. Una diferencia que, desde luego, la inmensa mayoría de personas no podría reconocer a simple vista. Esto sumado a su origen astrológico y a la naturaleza pseudocientífica de la disciplina, hacen que pierda toda su importancia para la astronomía.

REFERENCIAS (MLA):