Espacio

Este es 2014 UN271, el descomunal cometa que debemos interceptar

El cometa pasará cerca de la órbita de Saturno en 2031 e interceptarlo podría darnos una información valiosísima

Trayectoria de 2014 UN271
Trayectoria de 2014 UN271JPL NASACreative Commons

A veces puede parecer que el espacio es tan solo un campo de estrellas, planetas y algún que otro asteroide, pero lo cierto es que la diversidad de cuerpos que alberga excede con mucho cualquier clasificación que pueda salir espontáneamente de nuestras cabezas de “astroaficionados”. Obviemos el hecho de que existen multitud de estrellas diferentes en función de su tamaño, su composición y el momento de su vida en el que se encuentren. Lo mismo ocurre con los planetas, que pueden ser gaseosos o rocosos, más o menos activos, de densidades y tamaños absolutamente dispares. Hay incluso planetas enanos y satélites, pero esto no es nada comparado con el resto de los entes astronómicos que existen ahí afuera.

A medio camino entre un planeta y una estrella se encuentran las enanas marrones. Todos conocemos los agujeros negros, hemos oído hablar de estrellas de neutrones, púlsares, quásares, puede que incluso magnetares, pero centrarnos en ellos es como valorar la diversidad de especies de una sabana atendiendo tan solo a los grandes mamíferos. Sin duda, habrá un buen puñado de elefantes, jirafas y rinocerontes, pero por cada uno de ellos hay cientos de diminutos seres que, en cierto modo, son más dueños esas tierras. En el espacio pasa parecido, porque tendemos a olvidar que existe todo un zoológico de cuerpos menores: asteroides, meteoroides, cometas, objetos transneptunianos, centauros, troyanos, etc. Pues bien, incluso estas clasificaciones no parecen captar a la perfección la variedad de cuerpos que pululan por el cosmos, y para ejemplo el descomunal “cometa” de cientos de kilómetros de tamaño que no encaja del todo con ninguna clasificación: 2014 UN271.

2014 UN271

Como su nombre indica, el supuesto cometa no ha sido descubierto este año, precisamente, sino que hace ya 7 desde que fue detectado por telescopio Víctor M. Blanco, en Chile. Sin embargo, la campaña durante la cual ha sido medido concluyó en 2019, por lo que, desde entonces, los datos han estado siendo analizados para comprender qué indican exactamente. Durante este proceso, los números van tomando forma y es ahora cuando hemos entendido ante qué nos encontrábamos en 2014. Entre la cantidad inabarcable de datos medida por la campaña de observación Dark Energy Survey, algunos se referían a un extraño objeto que orbitaba el Sol cada 2 millones de años y cuya órbita iba desde los confines del sistema solar hasta las inmediaciones de Neptuno. Precisamente, su próximo acercamiento (a 1642 millones de kilómetros del Sol, tendrá lugar en enero de 2031)

No obstante, hasta aquí estaríamos simplemente ante otro objeto más, la principal cualidad que hace de 2014 UN271 algo reseñable es su tamaño, comprendido entre los 100 y los 400 kilómetros de ancho. Hay que entender que, sin embargo, 2014 UN271 ha sido medido a una distancia tan grande (3500 millones de kilómetros en 2018) que la estimación podría estar equivocada, no obstante, el margen de error dado es bastante amplio y hace posible que estemos ante uno de los cometas más grande jamás descubiertos. Aunque aquí es precisamente donde aparece uno de los principales problemas, porque con ese tamaño se hace difícil considerarlo un cometa más.

¿Y si no es un cometa?

No obstante, tenemos un problema de clasificación que todavía no ha sido resuelto. Es cierto que, a pesar de ser un cometa, no se espera que muestra su característica cola, dado que pasará demasiado lejos del sol como para que se evapore suficiente hielo. Como hemos dicho antes, los cometas son cuerpos menores del sistema solar y, por lo general, establecemos un tamaño máximo para ellos que no suele superar las decenas de kilómetros. No es el primero que, cumpliendo otras características de cometa transgrede la del tamaño, pero, en cualquier caso, complica su clasificación.

De hecho, tampoco encaja a la perfección con el resto de los objetos que conocemos, ni con los centauros, ni con los transneptunianos, por lo que quizá haya que definir una nueva categoría. Para entender mejor ante qué estamos, habrá que remangarse y enviar tecnología a 2014 UN271. Todavía es pronto para saberlo, pero no sería extraño que se comenzara a diseñar una misión para interceptarlo aprovechando que todavía se está acercando a nosotros. Una misión de este tipo permitiría obtener información valiosísima de un objeto realmente extraño, revelándonos detalles sobre la formación de estos objetos y, por lo tanto, sobre la historia del universo.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • A pesar de las incógnitas razonables, no existe ninguna duda acerca de la trayectoria del 2014 UN271 que, en ningún caso colisionará con la Tierra ni con otros planetas de nuestro sistema solar.

REFERENCIAS (MLA):