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Trucos para ver hoy las perseidas y qué hacer si no puedes verlas

Cada año las perseidas hacen salir de sus casas a miles de personas en plena noche, pero incluso en verano, algunos trabajan y se pierden el espectáculo

La mayor parte de celebraciones anuales son algo arbitrario, sus fechas se deben al azar, a la estética y, por supuesto, a la costumbre. Sin embargo, hay un puñado de eventos marcados por los cielos, y esos guardan una regularidad casi perfecta, determinada, muy lejana al azar. Si dejamos a un lado las propias estaciones del año, los eclipses y los cometas periódicos, la cita más espectacular con el firmamento ocurre una vez al año, tal noche como esta, hacia mediados de agosto. Durante algunas noches, la Tierra atraviesa la órbita de un cometa que ha sembrado multitud de fragmentos a su paso. Al acercarnos a ellos, nuestra gravedad los atrapa y los hace colisionar con nuestra atmósfera. Es en ese momento cuando su temperatura aumenta y entran en combustión, desprendiendo luz a medida que caen hacia nosotros. Se trata de las lágrimas de San Lorenzo, una lluvia de estrellas conocida por los aficionados como “perseidas”.

En contra de lo que muchos creen, las perseidas no son, por lo tanto, meteoritos. Recordemos que los meteoritos son los pedazos encontrados en el suelo y estas partículas dejadas por la cola del cometa 109P/Swift-Tuttle no alcanzan la superficie de nuestro planeta, se desintegran antes. En todo caso estaríamos hablando de meteoroides, partículas que van desde los milímetros hasta varios metros y que, al entrar en nuestra atmósfera, comienzan a emitir luz, haciendo de ellos en este momento meteoros. Por su nombre popular, lágrimas de San Lorenzo, podríamos pensar que su día de máxima actividad sería el 10 de agosto por ser, precisamente, San Lorenzo. Sin embargo, se trata de una fecha aproximada, pues este 2021 nos las trae entre el 17 de julio y el 24 de agosto, con su momento de máximo esplendor la noche del 12 al 13, de 0:00 a 6:00. Durante estas horas se alcanzará un pico de unos 120 meteoros por hora, lo que viene a ser 2 por minuto. A continuación, presentamos todos los trucos para poder disfrutar de esta lluvia de estrellas.

¿Cómo puedo verlas?

Las lluvias de estrellas son una gran forma de acercarse a la astronomía como aficionados. Son bastante espectaculares y no hace falta un gran conocimiento del cielo nocturno para disfrutar de ellas. No obstante, hay cosas que se pueden hacer para optimizar la experiencia y ver tantas como seamos capaces de cazar. Tal vez, en primer lugar, podríamos insistir en lo evidente: buscar un cielo despejado. Poco podemos hacer para desencapotar la noche, pero sí tenemos en nuestra mano desplazarnos a localidades cercanas donde se esperen cielos más menos nubosos. Del mismo modo, es buena idea buscar un lugar elevado desde el que controlar el horizonte, sin obstáculos relevantes que se interpongan entre nosotros y el horizonte. Finalmente, conviene alejarse de las ciudades y pueblos excesivamente iluminados, para lo cual, es buena idea hacerse con un mapa de la contaminación lumínica de tu zona y tratar de alejarse de las zonas más brillantes, dejándolas al lado opuesto al que estaremos observando en busca de perseidas.

Esto último es importante, pues las perseidas reciben su nombre precisamente por partir de un punto concreto del cielo nocturno en el que resulta encontrarse la constelación de Perseo. Los meteoros que iluminarán la noche irradiarán desde este punto, alejándose de él a medida que se consumen. Para encontrarlo podemos recurrir a aplicaciones gratuitas como Google Sky, que nos permitirán localizar con facilidad la constelación de Perseo, en cuya dirección deberemos estar mirando cada noche. No obstante, hemos de tener cuidado y poner la aplicación en su modo nocturno, el cual restringe la luz de la pantalla a tonos rojizos. Más allá de pura estética, la luz roja cumple un papel fundamental, pues no tiene suficiente energía como para desacostumbrar a nuestros ojos a la oscuridad, permitiendo que nuestra agudeza visual permanezca afinada durante la caza de estrellas.

¿Qué hacer si me las pierdo?

Por desgracia, a pesar de ser verano hay quien pasará la noche trabajando y otros que tendrán que acostarse pronto para madrugar al día siguiente. No todos podrán ver el día de máxima actividad de las perseidas y, si por algún casual tampoco pudieran ver el resto de los días más modestos, o estos no saciaran su curiosidad, merece la pena recordar que existen otras alternativas durante el resto del año. Las perseidas no son la única lluvia de estrella anual. Son de las más vistosas y las cálidas y ociosas noches de verano las han vuelto populares, pero pronto tendrán lugar las oriónidas, la madrugada del 20 al 21 de octubre. Las tauridas llegarán entre el 3 y el 11 de noviembre y las leónidas la noche del 17 al 18. Terminaremos 2021 con las gemínidas, del 13 al 14 de diciembre.

Y esto es solo una pequeña parte de los fenómenos astronómicos que nos regala la noche. Gratuitos y sobrecogedores. Porque para muchos, por suerte, las perseidas solo son una puerta de entrada al absorbente mundo de la astronomía.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Hay quien piensa que el motivo por el que un fogonazo de luz en plena noche nos ciega es que contrae nuestras pupilas y que estas tardan en recuperar un diámetro compatible con la visión nocturna. Si bien es cierto que las pupilas se contraen con la luz y que han de estar dilatadas para permitir que entre suficiente luz como para ver en la penumbra, estos cambios de diámetro son casi instantáneos. El motivo por el que la luz blanca nos ciega es que destruye una molécula llamada rodopsina que se produce durante los periodos de oscuridad, haciéndonos más sensibles a las condiciones de poca luz. Por eso hemos de esperar unos 20 minutos a que nuestra vista se acostumbre a la noche y por eso un solo fogonazo puede tirar por tierra esos 20 minutos. La luz roja, en cambio, no es suficientemente energética como para destruir la rodopsina.

REFERENCIAS (MLA):