Ciencia

El ADN de los antiguos egipcios al descubierto: estos son los secretos que guardan 4.800 años de historia

Científicos logran secuenciar el primer genoma completo de un antiguo egipcio, desvelando pistas cruciales sobre su origen y modo de vida

Ni látigos ni cadenas: así se construyeron las pirámides de Egipto
Ni látigos ni cadenas: así se construyeron las pirámides de EgiptoAgencia AP

Investigadores del Instituto Francis Crick y la Universidad John Moores de Liverpool han secuenciado por primera vez el genoma completo de un individuo del Antiguo Egipto. Este logro, detallado en la revista Nature, es un avance notable para el estudio de esta civilización milenaria y el ADN más antiguo recuperado con éxito en la región.

Este hallazgo llega cuatro décadas después de los primeros intentos de extraer material genético de restos egipcios, como los liderados por el premio Nobel Svante Pääbo. Los avances tecnológicos recientes han superado finalmente las dificultades de conservación biológica en climas cálidos y húmedos.

El individuo analizado vivió hace entre 4.500 y 4.800 años, un periodo que coincide con la construcción de las primeras pirámides. Sus restos se hallaron en la localidad de Nuwayrat, situada a unos 265 kilómetros al sur de El Cairo, ofreciendo una perspectiva única de aquella época.

Un perfil genético con raíces en el Creciente Fértil

El análisis genético revela que la mayoría de su ascendencia proviene de poblaciones del norte de África, tal y como recoge el medio Scitechdaily. Sin embargo, un 20% de su linaje se vincula con individuos que habitaron el Creciente Fértil, concretamente Mesopotamia. Es la primera evidencia genética directa de movimientos poblacionales entre ambas regiones.

Históricamente, los estudios arqueológicos ya indicaban interacciones culturales y comerciales entre el Antiguo Egipto y el Creciente Fértil. La difusión de sistemas de escritura y técnicas de alfarería eran ejemplos. La dificultad de conservar ADN en Egipto había limitado previamente la investigación genética.

El ADN se extrajo de un diente del individuo, cuyos restos fueron encontrados en Nuwayrat y enterrados en una vasija de cerámica en una tumba de ladera. Las condiciones naturales del enterramiento, anteriores a la generalización de la momificación artificial, fueron cruciales para la preservación del material genético.

Análisis químicos en sus dientes determinaron que el individuo probablemente creció en Egipto. El estudio de su esqueleto reveló su sexo, edad y altura, y sugirió aspectos de su vida. Marcas musculares y desgaste óseo apuntan a que pudo haber trabajado como alfarero o en una profesión similar.

Las marcas óseas en pelvis y brazos, por asientos prolongados y movimientos repetitivos, junto a artritis en el pie, indican un alfarero, quizás por el uso de torno. Su sepultura, de tipo reservado para clases altas, es atípica, lo que sugiere un estatus social elevado por su habilidad o éxito.

Los investigadores, aunque consideran el hallazgo de calado, advierten la necesidad de más secuencias genómicas para comprender mejor la ascendencia en el Antiguo Egipto. El equipo espera, en colaboración con expertos egipcios, perfilar un mapa migratorio más amplio.