Prehistoria

Así eran los padres del “hombre de hielo”, el hombre prehistórico más mediático

Ötzi es un Homo sapiens de hace 5.000 y ahora hemos conocido a sus padres

Ötzi, después de ser extraído del hielo
Ötzi, después de ser extraído del hielolarazon

Durante mucho tiempo, Lucy fue nuestra antepasada más famosa. Una Australopithecus que vivió más de 3 millones de años y que fue bautizada en honor a los Beatles concretamente por su canción: Lucy in the Sky with Diamonds. Sin embargo, en 1991 todo cambió. En la frontera entre Italia y Australia, dos alpinistas alemanes llamados Helmut y Erika Simon dieron con el protagonista de esta noticia. Allí, congelada en plenos Alpes, estaba la momia de un humano que vivió hace algo más de 5.000 años. Se trataba de un Homo sapiens, como nosotros, y su grado de conservación era excepcional. A lo largo de los años, los investigadores han podido analizar el contenido de su intestino e, incluso, cartografiar los tatuajes de su piel.

Desde entonces, Lucy ha pasado a un honroso segundo plano y ha dejado que los focos iluminen al nuevo rey de los medios prehistóricos: Ötzi. Porque, aunque su cuerpo nos ha enseñado mucho, todavía queda mucho más que analizar. Por ejemplo, algunos de los estudios más recientes revelan que Ötzi era calvo, pero que sus ojos y los pelos que le quedaban eran de un negro oscuro. Ahora, un nuevo estudio se ha cuestionado qué relación guardaba Ötzi con sus contemporáneos y, por lo tanto, ha explorado la identidad de sus padres. Dicho de otro modo: ha llegado la hora de conocer a los padres de la celebridad más sonada de todo el Calcolítico.

¿Uno más?

El resultado, sin embargo, puede que no sea tan sorprendente como se pensaba. El análisis genético comparado con otros 49 individuos del mismo entorno alpino (desde el Mesolítico hasta la Edad del Bronce) revela que Ötzi no era un bicho raro. Genéticamente hablando, formaba parte de la norma. Su ascendencia estaba compuesta en un 90 % por genes de agricultores neolíticos provenientes de Anatolia, al igual que la mayoría de las personas que vivían en los Alpes orientales italianos durante el Calcolítico. El 10 % restante correspondía a cazadores-recolectores europeos, una proporción también bastante típica en la región.

Hasta ahora, la idea más extendida era que Ötzi se trataba de un caso extraño, una figura genética aislada. Sin embargo, el nuevo estudio, publicado en Nature Communications en 2025, respalda justo lo contrario: Ötzi no era una excepción, sino más bien el ejemplo perfecto de lo que era común en su época. De hecho, la mayoría de sus vecinos (desde agricultores del Neolítico hasta los primeros metalurgistas de la Edad del Bronce) compartían con él ese mismo cóctel genético: un origen agrícola remoto en Anatolia y una pequeña pero persistente herencia cazadora.

¿De quién eres?

Sin embargo, sí había una peculiaridad genética en Ötzi. A pesar de que su linaje era geográficamente típico, sus padres pertenecían a “familias” realmente minoritarias. El estudio se fijó en sus peculiares linajes uniparentales, es decir: aquellos que se heredan exclusivamente por vía materna (el ADN mitocondrial) y paterna (el cromosoma Y). En ambos casos, Ötzi se desmarca. Su linaje materno, el (haplogrupo K1f), no se ha encontrado en ningún otro individuo antiguo ni moderno conocido hasta ahora. Por el lado paterno, pertenece a una rama muy poco común (el haplogrupo G2a, concretamente G2a2a1a2a1a1b [G-Z6208]), que tampoco aparece en ninguno de los otros individuos analizados en el estudio, y cuya frecuencia actual en Europa es inferior al 1 %. Esto podría indicar que sus padres, aunque no eran genéticamente muy distintos en su conjunto, sí pertenecían a linajes familiares particularmente raros o poco frecuentes en la población local.

Así que ya lo sabemos: los padres de Ötzi compartían con sus vecinos los mismos orígenes en las llanuras de Anatolia y se mezclaron poco con poblaciones externas. Pero llevaban en su ADN unas firmas únicas que no se han vuelto a encontrar. Una especie de rareza dentro de la normalidad.

Una última curiosidad

Y si hablamos de herencia, no podemos pasar por alto una última curiosidad: la intolerancia a la lactosa. Ötzi, como todos los individuos prehistóricos analizados en este nuevo estudio, carecía del gen que permite a los adultos digerir la leche. Esta característica, que hoy nos parece una desventaja, era en realidad la norma en la Prehistoria. La mutación que permite digerir la lactosa de adultos apareció más tarde y se extendió principalmente entre poblaciones ganaderas. En otras palabras, si alguien le hubiese ofrecido unas galletas con leche al Hombre de Hielo, no le habría sentado muy bien.

Y aún hay más. El análisis genético de otros marcadores relacionados con la dieta sugiere que Ötzi, y sus contemporáneos, ya estaban adaptados a una alimentación basada en cereales y vegetales. Esto refuerza la idea de que los Alpes del Calcolítico estaban habitados por sociedades agrícolas bastante consolidadas, con un estilo de vida sedentario y costumbres relativamente estables. Nuevas evidencias que nos llegan del cuerpo de Ötzi, que sigue presente 5.000 años después. Ya sabíamos cómo murió. Ahora, gracias a la genética, también sabemos de dónde venía… y de quién.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Los estudios de paleogenética ofrecen evidencias científicas de máximo rigor. A diferencia de los infames test genéticos que se venden a usuarios como tú y como yo, estos análisis no solo son mucho más precisos y escrupulosos, sino que su interpretación especula menos y se limita a las conclusiones más seguras.

REFRENCIAS (MLA):

  • Croze, Myriam, et al. "Genomic Diversity and Structure of Prehistoric Alpine Individuals from the Tyrolean Iceman’s Territory." Nature Communications, vol. 16, no. 6431, 2025, https://doi.org/10.1038/s41467-025-61601-8.