Los caballos perdieron los dedos, y ahora sabemos cómo

Como dice el refranero español: “A caballo regalado no le mires el dentado”. Esto mismo debió pensar el profesor Alan Vincelette, que decidió que se centraría en los pies de estos animales tras estudiar biología. Es fácil imaginar a uno de estos corceles al galope mientras levanta una polvareda, pero en un tiempo pasado esto no fue así, o al menos exactamente como lo veríamos en la actualidad. Los antepasados de los caballos, como el Hyracotherium tenían cuatro dedos ungulados en las patas anteriores, y tres en las posteriores, algo que la evolución descartó en el linaje de los caballos.

¿Dónde están esos dedos?

Para averiguar dónde se encuentran los dedos de los caballos, un equipo internacional formado por investigadores de Reino Unido, Países Bajos y Estados Unidos, ha estudiado con detalle el registro fósil de sus antepasados. En estas observaciones han encontrado huellas que datan de hace más de 3,6 millones de años, mucho antes de que apareciesen los caballos modernos. En este momento, un animal extinto conocido como Hipparion recorrería las grandes praderas y bosques, dejando con sus pezuñas algunos recorridos que podemos seguir hoy en día. Además de lo curioso que es poder observar el recorrido de un animal de más de 3 millones de años, analizando las huellas podemos aprender sobre su forma de andar.

Estas pezuñas muestran dos hendiduras más pequeñas a los laterales de una mayor, lo que indicaría la presencia de tres dedos. Los dedos extra podrían ayudar al Hipparion a obtener un extra de agarre o a hacer cambios de dirección de forma rápida y precisa. Sin embargo, en la actualidad estos dedos se encuentran completamente ausentes, al menos en sus descendientes, los caballos. Las condiciones ambientales y el entorno en el que viven estos animales ha variado significativamente a lo largo de los años, lo que ha favorecido la evolución de las estructuras actuales. En otras especies como los tapires, todavía se puede observar una estructura con varios dedos en los pies, lo que refuerza esta teoría sobre los antepasados equinos.

La ranilla

Según muestra el estudio, la pezuña del caballo está formada por un único dedo. El resto se ha perdido completamente. Y esto no sólo ha sucedido en caballos, sino también en otros equinos como burros, y cebras, que comparten esta parte anatómica. El dedo, envuelto por queratina endurecida, forma la pezuña, y en su interior se encuentra la ranilla, una estructura en forma de V que es capaz de absorber los golpes contra el suelo. En el artículo, indican que la ranilla ha sido clave para comprender la evolución, ya que anatómicamente ha sido motivo de disputa en la comunidad científica.

El problema aparece al existir muy poca evidencia de estas ranillas en las huellas de los antepasados de los caballos. Por ello, en cierto momento se llegó a pensar que esta estructura apareció debido al estrangulamiento de la estructura digital. Por hacer una comparación muy burda con la mano humana, sería como si los caballos caminasen con todos los dedos juntos mirando hacia abajo. Pero el artículo muestra que la hipótesis es poco probable, ya que algunas de las huellas antiguas sí que muestran la ranilla además de otros dedos vestigiales. Por tanto, los investigadores descartan las teorías anteriores y aportan nuevas pruebas para ayudar a comprender cómo han evolucionado las extremidades de los equinos. Aunque, de vez en cuando, nazca algún caballo con polidactilia, lo que suele ser una sorpresa para el ganadero o un presagio de buena suerte, como para Julio César.

Los dedos que se esfumaron

Observando los diferentes estadios de formación de los embriones del caballo se pueden ver 5 gérmenes que favorecen la formación de dedos. Esto quiere decir que durante algún momento de su evolución, los antepasados de los caballos sí que tuvieron 5 dedos, pero se fueron transformando en órganos vestigiales poco a poco hasta finalmente desaparecer. Las nuevas pruebas revelan cómo estos dedos han ido desapareciendo a lo largo de la evolución hasta que ya no se encuentran presentes en las pezuñas de los animales.

Gracias a estudios como el publicado en The Royal Society Open Scienceahora conocemos más acerca de la evolución estos animales que acabaron siendo claves en el desarrollo de las sociedades modernas.

QUE NO TE LA CUELEN:

• En este artículo se habla de cebras, por lo que vale la pena recordar que estos animales son negros con rayas blancas. Las pruebas embriológicas muestran que estos equinos producen melanina negra en todo su cuerpo, pero después la pierden de forma selectiva. Este patrón puede confundir a las presas y se ha observado también que es capaz de actuar como “repelente” de insectos.

Referencias (MLA):

• Vincelette, A.R. et al. (2023) ‘hipparion tracks and horses’ toes: The evolution of the equid single hoof’, Royal Society Open Science, 10(6). doi:10.1098/rsos.230358.