Etología

¿Darías marihuana a tu perro para reducir su agresividad?

La respuesta es un estudio que ha utilizado la base de datos más prolífica de estas mascotas: más de 47.000 perros en un seguimiento de una década.

Perro tomando medicinas en el veterinario
Perro tomando medicinas en el veterinarioDreamstime

Durante años, el cannabidiol (o CBD, uno de los principios no psicoactivos de la marihuana) se ha presentado como un posible calmante natural para perros con ansiedad, dolor o problemas de comportamiento, pero la evidencia científica sólida ha sido escasa. Ahora, un análisis a gran escala sugiere que su uso prolongado podría estar asociado con una reducción progresiva de la agresividad, aunque también deja claro que sus efectos distan mucho de ser simples o universales.

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El estudio, publicado en Frontiers in Veterinary Science, se basa en datos del Dog Aging Project, uno de los mayores seguimientos longitudinales de perros domésticos jamás realizados. En total, los autores del estudio, liderados por Maxwell C. Leung, analizaron información de más de 47.000 perros en Estados Unidos, recogida durante más de una década mediante cuestionarios detallados sobre salud, comportamiento, alimentación y uso de suplementos. Aproximadamente uno de cada trece animales había recibido productos con CBD o derivados del cáñamo.

Los resultados muestran un patrón llamativo: los perros que consumían CBD tendían, al inicio del seguimiento, a mostrar niveles de agresividad más elevados que el promedio. Sin embargo, con el paso del tiempo, esa agresividad disminuía de forma sostenida hasta situarse por debajo de la media del resto de los animales. “Conductualmente, los perros que reciben productos con CBD durante varios años empiezan siendo más agresivos, pero su agresividad se atenúa con el tiempo”, señala Leung.

Lo interesante es que este efecto no se observó en otros aspectos del comportamiento. El CBD no se asoció con reducciones claras en ansiedad, miedo, hiperactividad ni problemas relacionados con el estrés, algo que resulta especialmente relevante dado que muchos propietarios recurren a estos productos precisamente con ese objetivo.

“Este cambio a largo plazo pone de relieve el potencial del CBD como terapia para algunos problemas de conducta canina, pero no para todos”, añade Leung. El contexto también importa. Los perros que consumían CBD eran, de media, más mayores (unos tres años más que el resto) y presentaban con mayor frecuencia problemas de salud como artrosis, cáncer o deterioro cognitivo. Además, su uso era más común en estados donde el cannabis para humanos es legal, lo que apunta a factores culturales y de acceso que nada tienen que ver con la biología del animal.

Conviene subrayar una limitación clave del trabajo: no es un ensayo clínico controlado. Los científicos no saben qué dosis recibió cada perro, ni qué tipo de producto, ni con qué frecuencia exacta. Tampoco pueden descartar que otros factores, como cambios en el entorno, en el manejo o en el entrenamiento, influyeran en la evolución del comportamiento. Los datos proceden de observaciones de los dueños, no de mediciones directas en laboratorio.

Aun así, el tamaño del estudio permite detectar tendencias que serían invisibles en muestras pequeñas. Los autores insisten en que todavía “no tenemos una imagen completa del plan de tratamiento conductual” que rodea al uso del CBD y recuerdan que la calidad del producto, la dosis y la supervisión veterinaria son factores críticos. En algunos casos, advierten, el CBD puede causar efectos secundarios digestivos o interactuar con otros fármacos.

En conjunto, las conclusiones no avalan el CBD como un remedio universal ni inmediato, pero sí sugiere que, en determinados perros y a largo plazo, podría contribuir a reducir conductas agresivas. Es una señal interesante en un campo lleno de afirmaciones comerciales y poca evidencia, y refuerza una idea clave: cuando se trata de comportamiento animal, no existen atajos. El CBD, si juega algún papel, parece hacerlo como parte de un proceso lento, complejo y aún mal comprendido.