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Genética

Descubren los genes que predisponen a la obesidad en humanos y perros

Un nuevo estudio de la Universidad de Cambridge ha identificado cinco genes vinculados con la obesidad en labradores retrievers y nosotros también los tenemos

Los perros que portaban la variante genética más asociada con la obesidad, DENND1B, tenían aproximadamente un 8% más de grasa corporal que aquellos que no la tenían. Universidad de CambridgeUniversidad de Cambridge

Es probable que tu mascota sea obesa y que tú ni siquiera lo sepas. Estamos tan acostumbrados a ver perros con sobrepeso que los hemos convertido en un estándar popular. Y, si lo dudas, te propongo que trates de estimar qué porcentaje de los perros que ves por la calle tienen sobrepeso. ¿Un 10%? ¿Puede que un tercio de ellos? Posiblemente el porcentaje real esté rondando el 50%. Y es que se estima una prevalencia de sobrepeso y obesidad en perros de entre el 40 y el 60%.

Dicen que los perros se parecen a sus amos y con la epidemia de obesidad que estamos viviendo los humanos, es posible que así sea. A fin de cuentas, tanto nosotros como nuestras mascotas vivimos inmersos en una cultura obesogénica, que pone a nuestra disposición sustancias con una baja densidad nutricional, pero una alta densidad calórica. Sin embargo, el entorno no lo es todo, y un estudio acaba de identificar genes que predisponen a nuestros perros a tener sobrepeso y que, casualmente, también podemos encontrar en humanos.

Por su bien (y por el nuestro)

El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge y lo acaban de publicar en la revista científica Science. Y, aunque el propósito parece evidente (contribuir al bienestar de nuestras mascotas), los potenciales beneficios de esta investigación no se quedan ahí. En palabras de la investigadora principal del estudio, la Dra. Eleanor Raffan: “Este trabajo muestra cuán similares son los perros y los humanos genéticamente. Estudiar a los perros nos permitió centrarnos en un gen en particular, lo que ha supuesto un gran avance en la comprensión de cómo nuestro cerebro controla nuestro comportamiento alimentario y el uso de energía”.

Porque estudiar determinadas enfermedades genéticas en perros puede ser una gran estrategia para comprender hasta qué punto podemos vincular la patología con una alteración concreta en un gen. El motivo es que dentro de cada raza hay poca variabilidad genética. Dicho de otro modo: todos los labradores retriever son bastante similares entre sí genéticamente, más que dos españoles cogidos la azar. Podríamos decir, por lo tanto, que entre ellos es más fácil encontrar un número significativo de individuos con la misma mutación y observar cuántos desarrollan la enfermedad y qué características diferenciadoras presentan. En este caso, el estudio se ha hecho, precisamente, en labradores retrievers británicos.

DENND1B es su nombre

Analizando su ADN, los investigadores localizaron cinco genes aparentemente relacionados con el sobrepeso. Cuando estos estaban presentes, sus portadores sufrían sobrepeso y obesidad en mayor medida que cuando no estaban presentes. Y ese es un detalle relevante, porque no son genes que determinen que el perro vaya a tener sobrepeso, pero lo propician. Si sus dueños controlan las raciones y les han acostumbrado a una vida activa, pueden estar en normopeso. Para hacernos una idea con cifras más precisas: de los cinco genes identificados, el que pareció más influyente recibe el nombre de DENND1B y sus portadores tienen un 8% más de grasa corporal (de media).

Los investigadores descubrieron que DENND1B afecta directamente a una vía cerebral responsable de regular el equilibrio energético en el cuerpo, llamada la vía de la melanocortina de la leptina. De hecho, al doctora Natalie Wallis, coautora del estudio e investigadora en el Departamento de Fisiología, Desarrollo y Neurociencia de la Universidad de Cambridge, añade que “los perros con alto riesgo genético de obesidad estaban más interesados en la comida”.

Por ahora es pronto para pensar en cómo puede beneficiarnos este conocimiento, pero se trata de un gran de lo mucho que tenemos en común con algunos animales y cuánto nos pueden enseñar sobre nuestro propio cuerpo. Un artículo que corona la Dra. Eleanor Raffan al afirmar que “estudiar a los perros nos mostró algo muy importante: los dueños de perros delgados no son moralmente superiores. Lo mismo ocurre con las personas delgadas. Si tienes un alto riesgo genético de obesidad, cuando hay abundante comida disponible, eres propenso a comer en exceso y a ganar peso, a menos que hagas un gran esfuerzo para evitarlo”.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • A pesar de que puede ser tentador imaginar un tratamiento que se dirija a DENND1B para abordar determinados casos de sobrepeso, no es una solución muy realista. El gen en cuestión no cumple funciones indispensables para el correcto funcionamiento del organismo. No obstante, la finalidad de estas investigaciones no es la de encontrar dianas terapéuticas, sino la de comprender cómo funciona el cuerpo. Y, con suerte, esa información a veces se traduce en soluciones, ya sean más o menos directas.

REFERENCIAS (MLA):

  • Raffan, Eleanor, et al. "Canine Genome-Wide Association Study Identifies DENND1B as an Obesity Gene in Dogs and Humans." Science, vol. 379, no. 6654, 6 Mar. 2025, pp. TBD. DOI: 10.1126/science.ads2145.