Neurociencias
Descubren una proteína que actúa como un interruptor del hambre
Desempeña un papel fundamental en el control del apetito y el equilibrio energético en el cerebro.
El mecanismo del apetito en el cerebro es muy complejo. Hay proteínas, hormonas y hasta ciertas enzimas involucradas. En cierto sentido, es como una bola de nieve que se va alimentando de todas ellas hasta que llega la orden, de saciedad o de seguir comiendo. No, no es para nada simple.
Por ello es tan importante el hallazgo de un equipo de científicos de las universidades de Leipzig y Berlín que ha descubierto que la proteína MRAP2 ayuda al receptor del hambre del cerebro a enviar señales más potentes para suprimir el apetito. Este avance podría abrir nuevas vías para combatir la obesidad y mejorar el control del peso.
Los autores, liderados por Patrick Scheerer, señalan que este mecanismo ayuda al cerebro a regular la sensación de hambre. En el estudio, publicado en Nature, describen cómo la proteína MRAP2 influye en la función del receptor cerebral MC4R (receptor de melanocortina-4), que desempeña un papel fundamental en el control del apetito y el equilibrio energético. Pero vamos por partes.
Las mutaciones en MC4R se encuentran entre las causas genéticas más comunes de obesidad grave. “El conocimiento de las estructuras tridimensionales de este receptor – explica Scheerer en un comunicado -, nos ha permitido comprender mejor los nuevos datos funcionales. La setmelanotida, un fármaco aprobado, activa este receptor y reduce específicamente la sensación de hambre”.
Mediante microscopía de fluorescencia e imágenes de células individuales, el equipo demostró que la proteína MRAP2 altera fundamentalmente la localización y el comportamiento del receptor cerebral MC4R dentro de las células. MRAP2 es esencial para transportar MC4R a la superficie celular, donde puede transmitir señales de supresión del apetito con mayor eficacia.
Al descubrir este nuevo nivel de regulación, el estudio apunta a estrategias terapéuticas que imitan o modulan MRAP2 y tienen el potencial de combatir la obesidad y los trastornos metabólicos relacionados.
Pero el objetivo no ha sido solo descubrir aspectos fisiológicos y fisiopatológicos de la regulación del apetito, también evaluar las futuras opciones terapéuticas y farmacológicas que permitan controlar el apetito como tratamiento directo para la obesidad o el sobrepeso. Siempre con la coordinación con un experto médico que analice nuestro caso y evalúe la estrategia adecuada.