Bienestar

Ejercicio y salud mental: ¿mejora realmente nuestra vida?

Un nuevo estudio redefine la relación entre el ejercicio y la salud mental, apuntando más allá del simple movimiento físico

Runners por el Retiro en Madrid
Runners por el Retiro en MadridJESÚS G FERIAJESÚS G FERIA

Desde hace tiempo, la comunidad científica ha subrayado la conexión entre la actividad física y un estado mental saludable. Sin embargo, una reciente investigación de la Universidad de Georgia, en Estados Unidos, viene a matizar esta visión, sugiriendo que los beneficios para la mente van más allá de la mera ejecución de movimientos corporales o el gasto calórico que estos implican.

El estudio apunta a que el impacto del ejercicio en el bienestar psicológico puede depender en gran medida del escenario en el que se desarrolla la actividad, las motivaciones personales y, de manera notable, el contexto social en el que se integra. Durante décadas, el foco principal de la investigación en este campo ha estado en la "dosis" del ejercicio, es decir, cuánto tiempo se practica o cuántas calorías se consumen.

Patrick O'Connor, coautor de la investigación y profesor del Departamento de Kinesiología en la Facultad de Educación Mary Frances Early, recalca que se ha ignorado a menudo si esos minutos de actividad se compartían con un amigo o si formaban parte de un juego. Esta perspectiva invita a una reflexión más profunda sobre la verdadera naturaleza de los beneficios que el ejercicio aporta a nuestra mente.

Más allá del esfuerzo físico: La importancia del entorno

Diversos estudios previos han demostrado de manera consistente que las formas recreativas de ejercicio, como correr, practicar yoga o ir en bicicleta por puro disfrute, están vinculadas a una mejor salud mental. No obstante, los investigadores de este nuevo trabajo subrayan que los beneficios no son universales y varían según las circunstancias. En este sentido, la investigación ha analizado tres categorías de estudios que ha recogido la publicación Scitech Daily.

Dentro de las investigaciones epidemiológicas, que analizan tendencias de salud en grandes poblaciones, se ha observado que las personas con actividad física regular en su tiempo de ocio tienden a reportar niveles más bajos de depresión y ansiedad. Sin embargo, no está tan claro si actividades como limpiar la casa o trabajar para una empresa de jardinería, aunque físicamente exigentes, ofrecen los mismos beneficios, lo que sugiere que el contexto puede ser tan importante como la intensidad o la cantidad de ejercicio.

Los ensayos controlados aleatorios también han indicado que adoptar rutinas de ejercicio regulares mejora la salud mental, especialmente en individuos con trastornos preexistentes. A pesar de estos hallazgos, O'Connor señala que los efectos promedio en la salud mental son relativamente pequeños en la mayoría de estos estudios, en parte porque se centran en personas que no estaban deprimidas o ansiosas de antemano.

El papel crucial del 'dónde', 'cuándo' y 'con quién'

El área donde la evidencia es más escasa, pero potencialmente la más relevante, es la que busca comprender los factores contextuales. Una misma actividad física puede sentirse de manera radicalmente distinta dependiendo de con quién se realice, dónde, cuándo y cómo. Estos elementos pueden abarcar desde las dinámicas entre compañeros y el estilo del instructor hasta condiciones externas como la climatología o la hora del día.

Por ejemplo, O'Connor apunta que "si usted está al aire libre y hace calor, y tiene que ir caminando al trabajo, eso forma parte del contexto". De la misma forma, asistir a una clase de ejercicio grupal donde el instructor es o no de su agrado también condiciona la experiencia. Estos matices, a menudo pasados por alto, son los que determinan cómo una actividad física se traduce en una mejora o no del estado anímico.

La conclusión de los autores es contundente: si el objetivo es realmente ayudar a la salud mental de las personas a través del ejercicio, no basta con considerar solo la duración o el tipo de actividad. Es necesario indagar en el significado, el entorno y la vivencia que rodea a esa práctica para comprender su verdadero impacto psicológico.