Biología
Esta hormiga produce crías de dos especies diferentes
Nunca se había visto algo así en la naturaleza, aseguran los científicos.
La reproducción en el mundo animal es muy peculiar. Desde la partenogénesis (nacimientos virginales), donde algunas hembras producen crías sin pareja, a los machos del rape que se fusionan permanentemente con las hembras, sacrificando sus cuerpos para convertirse en “simples” productores de esperma o “embarazos masculinos”, como los caballitos de mar. Parece haber prácticamente todos los métodos disponibles. Sin embargo, algo poco común es que las hembras de una especie puedan reproducirse con otras, y eso es precisamente lo que se ha descubierto en las hormigas cosechadoras ibéricas (Messor ibericus).
Se ha descubierto que las reinas de hormigas M. ibericus producen no solo crías de su propia especie, sino también de una especie diferente, debido a un modo reproductivo que los científicos denominan xenóparo.
Es “casi imposible de creer y amplía nuestra comprensión de la biología evolutiva – explica Michael Goodisman, líder de un estudio publicado en Nature -. Justo cuando crees que lo has visto todo, los insectos sociales revelan otra sorpresa”.
Este proceso forma parte del ciclo vital de estas hembras, que no pueden reproducirse con hormigas obreras sin aparearse con machos de otra especie. El equipo de Goodisman analizó datos genéticos de 390 hormigas individuales de cinco especies diferentes del género Messor. Los datos mostraron que, en la línea M. ibericus, las obreras y las reinas no son tan similares genéticamente. Esto sugiere que las obreras son híbridas. Un análisis más detallado del ADN mitocondrial reveló que todas las obreras tenían madres M. ibericus y que su ADN paterno proviene de una especie llamada M. structor.
Lo que hace esto aún más interesante es que las hembras de M. ibericus dependen estrictamente de los machos de M. structor para poder tener hormigas obreras. Sin embargo, las áreas donde se encuentran ambas especies no se solapan completamente. “Como evidencia aún más convincente, las obreras híbridas de primera generación de la isla italiana de Sicilia se encuentran a más de mil kilómetros de la presencia más cercana conocida de su especie paterna”, señala el estudio.
Los autores descubrieron que las reinas de M. ibericus ponían machos muy peludos casi la mitad del tiempo, y machos prácticamente calvos la otra mitad. Curiosamente, estas morfologías, peludas y calvas, se corresponden perfectamente con las dos especies: las hormigas peludas son machos de M. ibericus, mientras que las calvas son M. structor. Ambas crías macho comparten el mismo ADN mitocondrial, lo que indica que las reinas M. ibericus son las madres en ambos casos.
Sin embargo, los resultados muestran que las reinas M. ibericus pueden producir crías macho sin su propio genoma nuclear; estas crías son clones de una única fuente de material genético almacenado en la espermateca, una estructura anatómica en las hembras de muchos invertebrados, que sirve como un saco o reservorio para almacenar el esperma del macho después de la cópula.
Las reinas permiten que el esperma entre en el óvulo y, de alguna manera, extraen su propio material genético, creando así machos y no obreras hembras estériles.
En esencia, las hormigas M. ibericus clonan hormigas M. structor para obtener un suministro de esperma; luego, se aparean con esos clones para crear híbridos que funcionan como obreras dentro de la colonia, “domesticando” así a la hormiga M. structor y su genoma, permitiendo que estas colonias de hormigas se desarrollen sin la presencia de M. structor. Queda por ver si los machos de M. structor, nacidos de reinas de M. ibericus, pueden aparearse y tener descendencia viable con las reinas de M. structor. ¿Son híbridos, una de las dos especies o algo completamente distinto? Ese es el futuro dilema que planea resolver el equipo de Goodisman.