
Farmacología
Este fármaco podría salvar 700.000 vidas al año: ¿Qué es la nitisinona?
Un viejo fármaco podría ser nuestra última arma secreta contra los mosquitos

Aunque nos incordien, los mosquitos son prácticamente nuestras mascotas. No deseamos su compañía, pero durante siglos se han ido adaptando a nuestras ciudades, volviéndose verdaderos expertos de la vida entre humanos, predadores especializados en estos monos calvos que acostumbran a dormir con poca ropa en verano. Pero, más allá de las incómodas picaduras, en muchos lugares del mundo los mosquitos son vectores de peores noticias.
Llevan en su vientre microorganismos letales, como el plasmodio (causante de la malaria) y son responsables de más de 700.000 muertes cada año. Y, aunque contamos con algunos fármacos para prevenirlo, tienen sus limitaciones. Por ejemplo, la ivermectina hace nuestra sangre tóxica para estos insectos, limitando su capacidad de propagar enfermedades, pero por desgracia se están volviendo resistentes. Es en este contexto en el que celebramos la aparición de un nuevo (viejo) fármaco, la nitisinona, que podría volverse la mano derecha de nuestros intentos de erradicar estas enfermedades infecciosas.
Una magnífica casualidad
El estudio en cuestión ha sido publicado en Science Translational Medicine por un grupo de investigadores de varias universidades alrededor del mundo. En él, describen la actividad de la nitisinona, un fármaco que, hasta ahora, se empleaba para tratar enfermedades raras, como la alcaptonuria o la tirosinemia tipo 1. Esta medicación bloquea la enzima 4-hidroxifenilpiruvato dioxigenasa (HPPD), que es clave en la metabolización de la tirosina y eso tiene efectos diferentes en nosotros y en los mosquitos.
Para los pacientes que padecen estas enfermedades metabólicas, esto significa evitar la acumulación de subproductos tóxicos en su organismo. Pero para los mosquitos, el efecto es pernicioso. Cuando estos insectos se alimentan de sangre que contiene nitisinona, se vuelven incapaces de digerirla. Sin poder procesar adecuadamente los nutrientes que obtienen de su dieta, mueren en poco tiempo, evitando que piquen a un nuevo individuo y, por si fuera poco, acortando su ciclo reproductivo. Por un lado, cada mosquito hace menos daño y, por otro, la población en conjunto se reduce.

Más eficaz que la ivermectina
Como decíamos al principio, estrategia no es completamente nueva. La ivermectina ya jugaba con este truco y había demostrado que hacer la sangre tóxica para los mosquitos es una forma viable de frenar su población. Sin embargo, ningún fármaco es perfecto y la ivermectina tiene sus defectos: su actividad es relativamente corta y la resistencia a este compuesto está aumentando.
Por suerte, el estudio ha revelado que la nitisinona permanece en el torrente sanguíneo humano mucho más tiempo que la ivermectina, aumentando el tiempo de protección y reduciendo las dosis necesarias. Y, cuantas menos dosis, más fácil es cumplir la pauta y proteger a la población en su conjunto. Y no solo eso, también parece ser eficaz contra mosquitos de todas las edades, incluidos los más viejos, que son precisamente los más peligrosos para la transmisión de la malaria.
Con estas cualidades, la nitisinona ya se habría ganado la atención de los expertos, pero cuenta con una más. Su mecanismo de acción es distinto al de la ivermectina, lo que reduce el riesgo de que los mosquitos desarrollen resistencia rápidamente. Los investigadores sugieren que podría utilizarse en alternancia con la ivermectina, o en regiones donde esta última ya no es tan eficaz.
Otras estrategias en la guerra contra la malaria
Pero la nitisinona no es la única bala en la recámara de los científicos. La lucha contra la malaria es una carrera de innovación continua y existen otros métodos prometedores para reducir la carga de esta enfermedad. Uno de los enfoques más espectaculares es la edición genética. Investigadores han desarrollado mosquitos modificados genéticamente que no pueden transmitir la malaria o que tienen ciclos de vida más cortos. Estos insectos podrían ser liberados en la naturaleza para reemplazar a las poblaciones silvestres y reducir la propagación de la enfermedad.
Otra estrategia es la utilización de bacterias simbióticas como Wolbachia, que puede infectar a los mosquitos y hacer que sus crías sean inviables o, al menos, menos capaces de transmitir enfermedades. Además, la búsqueda de una vacuna contra la malaria ha avanzado durante los últimos años. La OMS ha aprobado recientemente la vacuna RTS,S, que ha demostrado reducir significativamente la incidencia de la enfermedad en niños.
Un arma más en el arsenal
La nitisinona es un recordatorio de que a veces las soluciones a grandes problemas pueden estar escondidas en tratamientos ya existentes. Un fármaco diseñado para tratar enfermedades raras podría ahora convertirse en una herramienta crucial en la lucha contra uno de los asesinos más persistentes de la humanidad.
Por ahora, el siguiente paso es probar su eficacia en condiciones reales. Si todo va bien, podríamos estar ante una nueva estrategia que ayude a salvar cientos de miles de vidas cada año. Y, aunque debamos tomarla con cautela, eso es otra buena noticia que celebrar.
QUE NO TE LA CUELEN:
- Aunque la inversión en fármacos para enfermedades raras parece arriesgada, la farmacología ha demostrado que avanza mucho gracias a serendipias y que bebe mucho del reposicionamiento de fármacos (descubrir nuevas indicaciones terapéuticas para fármacos ya aprobados). En este caso, un fármaco que podría ayudar a pacientes con enfermedades raras podría extender su rango de acción y proteger a cientos de miles de personas.
REFERENCIAS (MLA):
- Acosta Serrano, Álvaro, et al. "Nitisinone’s Mosquitocidal Properties Hold Promise for Malaria Control." Science Translational Medicine, vol. 26, no. 3, 2025, p. eadr4827. DOI: 10.1126/scitranslmed.adr4827.
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