Fósiles

El indicio de vida compleja más antiguo hasta la fecha es, posiblemente, galés

Los fósiles, de 565 millones de años han sido descubiertos en la cantera de Coed Cochion, famosa por otros restos del supereón Precámbrico.

Vida en el mar Ediacarano
Vida en el mar Ediacarano Ryan SommaInstituto Smithsonian

Investigadores de la Universidad de Curtin, en Australia, han hallado en Gales un estrato con fósiles pertenecientes al periodo Ediacariense. Durante este periodo se estima que las células comenzaron a especializarse y a formar tejidos que crearon los primeros organismos de vida compleja. Es decir, se cree que en ese momento comenzaron a aparecer órganos que tenían una función concreta. Los especímenes, con una datación estimada de 565 millones de años son similares a los hallados en las colinas de Ediacara, en el sur de Australia, y muestran una rica vida marina que posteriormente evolucionaría durante la explosión cámbrica.

La vida y su complejidad

La vida es complicada, de eso no cabe duda. Pero la vida compleja en sentido biológico es algo totalmente distinto. Se estima que durante al menos 2 mil millones de años nuestro planeta estuvo habitado únicamente por microorganismos unicelulares. Durante ese tiempo, las primeras bacterias habitaban los mares y océanos, ricos en minerales y otros compuestos necesarios para el metabolismo celular. Allí florecía la vida, protegida de los peligrosos rayos solares, ya que todavía no existía la capa de ozono. Posteriormente, las denominadas cianobacterias comenzaron a producir oxígeno como deshecho de sus procesos metabólicos. Este gas, empezó a escaparse a la atmósfera, y su influencia fue tal que llegaron a desestabilizar el clima de La Tierra y a oxidar el hierro presente en la superficie.

Estos cambios permitieron el surgimiento de un nuevo tipo de vida, las células eucariotas. Según la teoría endosimbionte, la más aceptada actualmente, estas células aparecieron al unirse varios tipos de bacterias dentro de una misma membrana, formando así una única célula. Y es que la unión hace la fuerza, por lo que hace más de 1.500 millones de años, algunas de estas células eucariotas de vida libre comenzaron a asociarse unas con otras. Al juntarse, tenían más posibilidades de sobrevivir, ya que tenían una mayor protección y podían compartir nutrientes de forma más efectiva.

La vida en un mundo descongelado

Mientras la vida se abría camino, el supercontinente Rodinia, anterior a Pangea comenzó a disgregarse, lo que provocó cambios a nivel global. Glaciaciones de millones de añosde duración congelaron La Tierra y a muchísimos organismos que habitaban las zonas más superficiales, poniendo a la evolución en un estado de stand-by. Hace 580 millones de años, el hielo fue retirándose poco a poco y volvió la vida, que había estado esperando su momento.

Todavía es objeto de sendos debates científicos el momento exacto cuándo las células presentes en los organismos empezaron a especializarse y a adoptar funciones concretas. El problema principal para hallar evidencias es que estos organismos no tenían partes duras como huesos o conchas que queden en el registro fósil. Sin embargo, los expertos estiman que debió ser aproximadamente en esta época cuando aparecieron los primeros tejidos y los organismos empezaron a desarrollar funciones más complejas. Hasta ahora, los indicios más antiguos se encontraban en el sur de Australia, en el yacimiento de las Colinas Ediacara, pero unas muestras halladas en Gales podrían batir este récord.

La vida pluricelular galesa

La cantera Coed Cochion es un lugar conocido por los paleontólogos que estudian la vida que surgió en el Precámbrico. Esta cantera ahonda en el terreno hasta una antigua zona costera, probablemente de aguas poco profundas. Sus rocas, denominadas limolitas, fueron formadas a partir de la arena compactada durante 500 millones de años, y en ellas se encuentran fósiles de especímenes de la vida marina de la época. Normalmente, los fósiles encontrados pertenecen a criaturas similares a las medusas actuales, aunque es probable que evolutivamente se trate de especies muy distantes.

Pero la sorpresa vino al encontrar un espécimen un tanto distinto. En un artículo presentado en la revista Journal of the Geological Society, el estudiante predoctoral Anthony Clarke, de la universidad de Curtin, halló un estrato con organismos en forma de disco de 565 millones de años. La forma de vida, similar a la conocida como Aspidella Terranovica ha sido datada de forma indirecta gracias a los restos de un antiguo volcán que depositó material a su alrededor. El método de datación empleado analiza los isótopos de uranio y plomo presentes en circonio y rutilo, y los investigadores afirman que da un error de aproximadamente un 1%. Por tanto, el rango real de edad de los fósiles varía entre 570 y 560 millones de años.

De momento los investigadores esperan seguir encontrando evidencias en este yacimiento y así acotar todavía más el rango de edades. Según aseguran, comprender la aparición de este salto evolutivo podría ayudar a entender algunos aspectos básicos sobra la vida en este y otros planetas.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Además de estos organismos, se han hallado evidencias de otros antepasados de los animales con formas que recuerdan vagamente a helechos, así como algunos antepasados de las plantas actuales.
  • La explosión Cámbrica que ocurrió después diversificó la mayoría de ramas de los animales que podemos encontrar en la actualidad.

Referencias (MLA):