Desaparición
Llevaba un siglo desaparecido, pero ahora han encontrado un submarino de la Primera Guerra mundial oculto entre las aguas
Más de un siglo después de su trágica pérdida, la tecnología ha puesto por fin rostro al naufragio del submarino estadounidense USS F-1, en el que perecieron 19 marineros frente a las costas de San Diego, Estados Unidos
A bordo del buque de investigación, la tripulación se reunió en un solemne homenaje. No era un acto rutinario, sino el emotivo cierre de una búsqueda que ha durado más de un siglo: un tributo a 19 marineros cuyo lugar de descanso final, hasta ahora, solo conocía el océano. Este gesto humano puso el broche a una expedición que ha combinado la más avanzada tecnología con el respeto por la historia y la memoria de quienes perdieron la vida en el mar.
De hecho, el homenaje se celebró tras confirmar la localización de los restos del submarino estadounidense USS F-1, protagonista de un trágico accidente en 1917. El pecio yace a unos 400 metros de profundidad frente a la costa de San Diego, en el Océano Pacífico, donde ha permanecido oculto desde aquel fatídico 17 de diciembre. Gracias a esta misión, por fin se han podido capturar las primeras imágenes de la nave desde su hundimiento.
Para localizar el pecio se desplegó una formidable capacidad tecnológica. La operación combinó el trabajo del sumergible tripulado Alvin con el del vehículo submarino autónomo Sentry, lo que permitió documentar los restos con una precisión sin precedentes. El equipo no solo fotografió el submarino, sino que también generó mapas de alta resolución y modelos tridimensionales, según informa el medio SciTechDaily, desvelando los secretos que el fondo marino ha guardado durante décadas. El fondo oceánico sigue siendo una de las últimas fronteras inexploradas, un lugar donde incluso los terremotos submarinos sirven como inesperada batería para la vida, revelando la complejidad de sus ecosistemas.
Un campo de pruebas tecnológico con hallazgos inesperados
Y es que la expedición tenía un propósito que iba más allá del hallazgo histórico. Su objetivo principal era servir como campo de pruebas para nuevos equipos de exploración y como plataforma de entrenamiento para la próxima generación de científicos y pilotos de sumergibles. El descubrimiento del USS F-1 se convirtió, por tanto, en un caso práctico de enorme valor para validar estas nuevas herramientas en condiciones reales. Este enfoque práctico es crucial, pues muchas de estas innovaciones tecnológicas se crearon para descubrir nuevas leyes de la física y su aplicación en el mundo real acelera el progreso científico.
Asimismo, durante las labores de rastreo, la tecnología de sónar destapó una sorpresa adicional. Los equipos identificaron un segundo pecio histórico en las inmediaciones: los restos de un bombardero torpedero de la Armada estadounidense que se había estrellado en la misma zona en 1950. Este hallazgo fortuito añade una dimensión extra al éxito de una misión que ha logrado arrojar luz sobre dos momentos distintos de la historia naval norteamericana.