Océano

Durante milenios, los terremotos nos han aterrado, pero en el fondo submarino sirven como una batería para la vida

Un hallazgo científico de calado podría reescribir lo que sabíamos sobre la vida en las profundidades de la Tierra, incluso en otros mundos

Científicos chinos encuentran a más de 10 kilómetros bajo el océano algo inimaginable
Científicos chinos encuentran a más de 10 kilómetros bajo el océano algo inimaginableFreepik

Un equipo chino ha desvelado que las fracturas rocosas por sismos son fuente de energía para comunidades microbianas subterráneas. Esto desafía la primacía de la luz solar como fuente vital, ampliando dónde puede haber vida, aquí y más allá. Ahora, con el terremoto de Rusia tan de relieve.

Las fuerzas tectónicas no solo modelan la geología, sino que son motor biológico subterráneo. Esto amplía notablemente los entornos habitables, incluso sin luz ni nutrientes orgánicos. Además, no podemos olvidar que los terremotos pueden causar grandes tsunami.

El subsuelo profundo siempre se creyó estéril por la falta de luz solar y nutrientes. Pero ya existían ecosistemas procariotas en condiciones extremas, que prosperan con reacciones químicas agua-roca.

El subsuelo cobra vida gracias a los movimientos telúricos

El Instituto de Geoquímica de Guangzhou ha determinado que la división del agua en compuestos energéticos por fracturas sísmicas sostiene la vida profunda. Según Interesting Engineering, el fallamiento cortical genera pares redox e impulsa el ciclo del hierro, aportando energía constante a la vida subterránea en la Tierra y otros planetas.

El hidrógeno ya era energía para estos organismos, pero el origen de los oxidantes era una incógnita. Esta investigación demuestra que la actividad sísmica y la fracturación cortical alimentan la vida profunda, un suministro de energía constante.

Científicos simularon en laboratorio el fallamiento cortical con cuarzo, mineral común. Recrearon dos tipos de fractura: extensión (rocas se abren al agua) y cizallamiento (fallas muelen rocas en agua).

La fracturación rocosa descompone el agua para generar radicales libres. Estos forman hidrógeno (H₂), combustible para la vida subterránea, y oxidantes como el peróxido de hidrógeno (H₂O₂). Creando energía química para la vida microbiana.

Estos compuestos generan un gradiente redox en las fracturas subterráneas. El hierro, elemento crucial en rocas y agua, es clave. Compuestos sísmicos reaccionan con el hierro, ciclándolo entre sus formas (Fe²⁺ y Fe³⁺). Este ciclo influye en la geoquímica de otros elementos y mantiene el metabolismo microbiano.

La energía generada es notable. En fracturas ricas en microbios, la producción de hidrógeno por fallamiento sísmico es hasta cien mil veces mayor que por otras vías como serpentinización y radiólisis.

El ciclo redox del hierro influye en la geoquímica de otros elementos vitales (carbono, nitrógeno, azufre), esenciales para la vida microbiana. Este flujo de electrones por fracturación crea una "red eléctrica subterránea" para comunidades microbianas únicas.

La investigación, publicada en Science Advances, ofrece una nueva perspectiva sobre la vida profunda. Será de importante calado en la búsqueda de vida extraterrestre. Fracturas similares en Marte y Europa (luna de Júpiter) podrían albergar vida extraterrestre.