Polémica

El premio Nobel Gregg Semenza podría haber falsificado medio centenar de investigaciones

La polémica ha llegado a los medios porque ya se han confirmado las sospechas sobre 10 investigaciones, pero hay decenas más bajo la lupa

Gregg Semenza tras recibir el premio Nobel en Konserthuset, Estocolmo, el 10 de diciembre de 2019.
Gregg Semenza tras recibir el premio Nobel en Konserthuset, Estocolmo, el 10 de diciembre de 2019.A MahmoudNobel Media

Los premios Nobel son el galardón más mediático de la ciencia y, aunque la amplia mayoría de científicos aspiran a éxitos más realistas (y prácticos), quién no ha fantaseado alguna vez con recibir la famosa llamada desde Suecia. Ganar uno no es el final de la carrera, pero te catapulta académicamente, ratifica un prestigio ya merecido, pero que ahora cualquiera puede constatar. Por eso es tan dramático que parte de la comunidad científica esté pidiendo la revocación del Nobel de Fisiología o Medicina de 2019. En concreto, del tercio otorgado a Gregg L. Semenza. Aquel año, el Instituto Karolinska había elegido premiar los trabajos de Semenza, Kaelin y Ratcliffe sobre que hacen las células para percibir y adaptarse a la disponibilidad de oxígeno.

El comité de los Nobel no ha retirado nunca uno de sus galardones, de hecho, han comunicado en varias ocasiones que los estatutos del premio no contemplan la revocación. Porque, por desgracia, no es la primera vez que crece un escándalo alrededor de los laureados. Pensemos que en los 122 años de historia que acumulan, los Nobel han premiado a más de 900 personas. Mentes brillantes en su inmensa mayoría, pero, por lo demás, personas absolutamente variadas en virtudes y defectos. Porque los genios también son personas, con sus sesgos y, de hecho, con la inteligencia suficiente para autoconvencerse de las ficciones que quieran. Así es como el Nobel ha acabado premiando a personas como Linus Pauling o Luc Montaigner. Ambos habían hecho contribuciones inestimables a sus respectivas disciplinas, pero terminaron abrazando hipótesis pseudocientíficas o, directamente, conspiranoicas.

El pecado y el pecador

¿Pero de qué se le recrimina? Si queremos dejarlo en un titular sencillo y contundente podríamos decir: “Semenza acusado del mayor pecado académico”. Si queremos entender los detalles, tendremos que empezar hablando del sistema de publicación científico. En su momento, cuando la ciencia la hacían personas de familias acomodadas en sus ratos libres, la manera de comunicar sus avances era mediante cartas, informando a algunas instituciones y, con suerte, publicando libros. Ahora, en cambio, la big science ha sistematizado esta difusión del conocimiento y no es que los científicos puedan publicarlo en revistas hiperespecializadas, es que deben hacerlo. Si no está publicado en una revista indexada no existe. Las publicaciones en libros, en congresos o las tesis son otras maneras de comunicar el conocimiento, pero los papers, que así se llaman los artículos científicos, se han vuelto el género dominante.

Las revistas científicas, lógicamente, aprovechan esta hegemonía para especular y hacer negocio, pero ahora nos interesa hablar de los investigadores. En la academia existe el concepto de “publica o perece”, que define bastante bien la presión que sienten los científicos por publicar su trabajo a toda costa. De ello dependerá su reputación, pero también su trabajo, ya que para acceder a plazas y ayudas serán valorados, en gran medida, por qué, cuánto y dónde han publicado. El ritmo se ha vuelto tan frenético que parece irreal y en esta vorágine, no es raro que se retoque algún dato, aunque normalmente son detalles menores. Éticamente cuestionables, pero poco relevantes para el resultado del estudio. Otras veces, en cambio, alteran por completo los resultados, y eso es lo que parece haber ocurrido en algunos artículos de Semenza.

¿Perderá el Nobel?

Ya se han retractado 10 de sus publicaciones tras confirmar que había imágenes manipuladas. A ellos se suman casi medio centenar de artículos sospechosos de fraude. Todo esto ya está afectando a la imagen académica de Semenza, ¿pero podría hacer que le retiraran el Nobel? La respuesta es un claro “no”. Por un lado, porque, como hemos dicho más arriba, nunca se ha retirado un Nobel y no se contempla un protocolo de acción al respecto. En segundo lugar, porque, aunque haya existido un comportamiento ética y académicamente reprobable, las conclusiones de los estudios a los que alude el premio, posiblemente fueran correctas. Y es que los Nobel no se otorgan a investigaciones recién salidas del horno, sino a descubrimientos bien aquilatados, que llevan años o décadas siendo escrutados por la comunidad.

HIF-1, que es la sustancia cuyo aumento Semenza relacionó con la bajada del oxígeno disponible, ha sido estudiada mucho desde entonces. Los trabajos de Semenza se han replicado y, hasta donde sabemos, han obtenido resultados similares. Así pues, posiblemente el Nobel se quedará dónde está, otro tema es lo que pueda ocurrir con su vida académica que, desde luego, no volverá a ser la misma.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • El premio Nobel no es necesariamente el galardón más prestigioso de cualquier disciplina científica. A veces, los premios más perseguidos por los investigadores son tan específicos que solo los conocen quienes se dedican a ese campo.

REFERENCIAS (MLA):

  • Else, Holly. “Dozens of Papers Co-Authored by Nobel Laureate Raise Concerns.” Nature, 21 Oct. 2022, 1.
  • “Nobel Prize Winner Gregg Semenza Retracts Another Study.” Chemical & Engineering News, 12 Jun. 2023, 2.
  • “Retraction Watch Database.” Retraction Watch, 3.