Exploración espacial

Proyecto Chrysalis: una nave de 50 km para llevarnos a otro sistema solar

A bordo irían 2400 viajeros y el destino final sería Alfa Centauri, nuestro vecino estelar más cercano.

Exploración espacial
La nave sería propulsada por energía nuclearGiacomo Infelise, Veronica Magli, Guido Sbrogio', Nevenka Martinello, Federica Chiara Serpe​Giacomo Infelise, Veronica Magli, Guido Sbrogio', Nevenka Martinello, Federica Chiara Serpe​

El Proyecto Hyperion es un estudio que busca explorar el diseño de una nave espacial interestelar tripulada utilizando tecnologías actuales y futuras. Iniciado en 2011, el objetivo principal del proyecto es evaluar la viabilidad de enviar una tripulación humana multigeneracional a un sistema estelar cercano, como Alfa Centauri. El comité, formado por expertos de la NASA y diferentes universidades de Estados Unidos, ha considerado que Chrysalis es, hasta la fecha, el proyecto más fiable para llevarnos hasta Alfa Centauri, nuestro vecino estelar más cercano.

Chrysalis que podría transportar hasta 2400 personas a Alfa Centauri, nuestro vecino estelar más cercano, y dejar a estos viajeros en un exoplaneta potencialmente habitable Próxima Centauri b. Sin embargo, se dice que el viaje solo de ida duraría unos 400 años debido a la inmensa distancia. Debido a su increíble duración, muchos de los pasajeros vivirían toda su vida a bordo de la nave espacial sin saber jamás cómo es la vida en nuestro planeta.

“La nave espacial generacional Chrysalis recibe su nombre de la fascinante posibilidad de contar con una nave espacial capaz de mantener a sus habitantes seguros y unidos, generación tras generación, hasta su llegada al nuevo sistema solar”, señalaba la propuesta.

La nave, con forma cilíndrica y capacidad multigeneracional, mediría aproximadamente 58 km y su rotación constante crearía gravedad artificial, lo que permitiría el desarrollo de la vida en su interior. Antes del viaje, las primeras generaciones de pasajeros vivirían en un entorno aislado en la Antártida durante 70 a 80 años para prepararse para la vida en la nave.

Interior de la Chrysalis
Interior de la ChrysalisGiacomo Infelise, Veronica Magli, Guido Sbrogio', Nevenka Martinello, Federica Chiara Serpe​Giacomo Infelise, Veronica Magli, Guido Sbrogio', Nevenka Martinello, Federica Chiara Serpe​

Según la propuesta, la nave espacial Chrysalis se construirá en el punto Lagrange L1 del sistema Tierra-Luna. Esta ubicación es ideal, ya que podría permitir que el proyecto acceda a los recursos de la Luna y la Tierra. Básicamente, un punto Lagrange es una posición en el espacio donde un objeto, bajo la influencia gravitacional de dos cuerpos masivos (como el La Luna y la Tierra), puede mantener una posición relativamente estable.

“L1 también es ideal como punto de lanzamiento para una nave espacial masiva de varios kilómetros de longitud, para evitar las tensiones causadas por los efectos gravitacionales diferenciales en la estructura al colocarse en órbita demasiado cerca de la Tierra o la Luna”, señalan sus autores.

Diseñada como una muñeca rusa, la gigantesca nave espacial sería un ecosistema completo con diferentes capas: almacén, módulos habitables, sección de mando y jardines o huertos. En esencia, se trata de una serie de “mundos” independientes, cada uno con un propósito específico, cada uno alimentado por reactores de fusión nuclear.

En el núcleo interior, están los transbordadores, listos para llevar pasajeros a su destino final: Próxima Centauri b. La siguiente capa se centrará en la supervivencia. Aquí, la producción de alimentos es una ciencia, con entornos controlados que podrían nutrir todo, desde cultivos hasta ganado. Los diseñadores incluso incluyeron diferentes ecosistemas, como bosques tropicales y boreales, para la posible preservación de la biodiversidad.

Además, también albergaría el corazón de la comunidad: parques, escuelas, hospitales y bibliotecas. Las capas exteriores albergan viviendas, industrias y almacenes. Con un viaje que dura varias vidas, el control de la población es clave. Los nacimientos se planificarían cuidadosamente para mantener una población sostenible de alrededor de 1500 personas, asegurando así la duración de los recursos durante todo el viaje.

Para gobernar esta compleja sociedad, los humanos colaborarían con inteligencia artificial avanzada. Esta alianza garantizaría la estabilidad y transmitiría conocimientos vitales de generación en generación.