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No se puede encontrar en ningún lugar: por qué el agua 100% pura no existe

En muchos países europeos, el agua del grifo está sometida a controles más estrictos que la embotellada y es perfectamente segura para el consumo

No se puede encontrar en ningún lugar: por qué el agua 100% pura no existe
No se puede encontrar en ningún lugar: por qué el agua 100% pura no existePixabay

Durante décadas, la imagen de un manantial cristalino ha servido de reclamo en el mercado del agua embotellada. La promesa: ofrecer agua pura, libre de impurezas y beneficiosa para la salud. Pero, ¿existe realmente el agua completamente pura en la naturaleza?

Desde un punto de vista científico, el agua pura (es decir, compuesta únicamente por moléculas de H₂O sin ningún otro elemento) es prácticamente inexistente fuera de laboratorios altamente controlados. Según explican los químicos, el agua tiene una capacidad única para disolver sustancias con las que entra en contacto, debido a la estructura polar de sus moléculas. Por eso, incluso el agua más pura que podamos encontrar en la naturaleza contiene siempre trazas de minerales, gases o partículas.

¿Cómo es el agua que bebemos?

El agua que llega a nuestros hogares o la que compramos embotellada dista mucho del ideal de pureza absoluta. El agua potable, ya sea del grifo o embotellada, contiene minerales como calcio, magnesio o sodio, necesarios para el organismo y regulados por normativas sanitarias. El agua mineral, por su parte, proviene de fuentes naturales y mantiene estos minerales de forma natural, mientras que el agua purificada pasa por procesos como la ósmosis inversa o la filtración, pero nunca alcanza el nivel de pureza de laboratorio.

La comercialización del agua embotellada se ha convertido en una industria multimillonaria, impulsada por campañas que asocian la pureza con la salud y el bienestar. Sin embargo, en muchos países europeos, el agua del grifo está sometida a controles más estrictos que la embotellada y es perfectamente segura para el consumo. A pesar de ello, el consumo de agua embotellada sigue creciendo, motivado más por percepciones subjetivas y estrategias de marketing que por necesidades reales.

El coste ambiental de esta tendencia es alarmante: la producción de botellas de plástico requiere más agua que la que contienen y genera toneladas de residuos que, en gran parte, no se reciclan. Según datos recientes, cada minuto se compran más de un millón de botellas de plástico en el mundo, muchas de las cuales acaban contaminando ecosistemas durante siglos.