
Neurociencia
Estábamos equivocados: descubren neuronas multiplicándose dentro de cerebros humanos adultos
Un nuevo estudio publicado en Science ha encontrado, al fin, pruebas directas de neurogénesis en cerebros humanos

Posiblemente hayas escuchado que las neuronas con las que naces son aquellas con las que mueren. Bueno, menos, porque en los primeros años de nuestra vida tenemos más o menos tres veces más neuronas que cuando llegamos a la madurez. A medida que aprendemos, algunas conexiones entre neuronas se refuerzan, concretamente aquellas que forman los caminos más usados. Las conexiones menos usadas, en cambio, se terminan perdiendo, dejan desconectadas a algunas neuronas que morirán hasta llegar más o menos a ser unos 86.000 millones las que rellenan nuestro cráneo. Lo que quiere decir esa frase es, en realidad, que esas 86.000 millones ya estaban presentes en tu nacimiento y que, desde entonces, no han nacido neuronas nuevas.
Puede que también hayas escuchado que eso es un bulo que, en realidad, se ha demostrado que el cerebro humano adulto sigue produciendo neuronas incluso cuando el neurodesarrollo se ha detenido. Sin embargo, ninguna de las dos afirmaciones es exactamente correcta. Lo cierto es que, hasta ahora, ningún estudio había encontrado neuronas “nuevas” en cerebros humanos adultos. Las había encontrado en otros animales, sí, y algún estudio con carbono 14 había distinguido neuronas relativamente jóvenes en cerebros humanos, pero, hasta hoy, no existía una publicación que hubiera dado con una prueba directa.
Sí, pero no
En cualquier caso, aquello de que las neuronas no se multiplican tiene un punto de verdad, porque no podemos negar que se “reponen” con menos ahínco que otras células. Una lesión cerebral y una lesión idéntica en el hígado no tendrán el mismo pronóstico. La clave está en que eso no significa que no se produzca ni una sola nueva neurona durante la vida. El proceso se llama neurogénesis y existir existe, aunque haya pasado desapercibido. Tal vez, los lugares del cerebro donde sea más detectable son los relacionados con la memoria a corto plazo (los hipocampos) y, al menos en animales, algunas partes implicadas en el olfato. Y, si bien la capacidad de producir nuevas neuronas suele ser muy baja, entre eso y que no produzcamos ni una sola nueva neurona durante toda la vida hay una diferencia importantísima.
Con esto en mente, un grupo de investigadores del Karolinska Institutet y el Chalmers University of Technology emprendieron un estudio para dar con esas neuronas “jóvenes” en hipocampos de humanos entre los 0 y los 78 años. La investigación, que ha sido publicada en la prestigiosa revista Science, revela cómo han logrado dar con la ansiada prueba directa de la neurogénesis, sin recurrir a estimaciones indirectas o analogías con animales, sino accediendo directamente a la estructura genética de los núcleos celulares humanos. Para ello, utilizaron tecnologías que les permitió rastrear genéticamente y clasificar una a una miles de miles de células cerebrales. Esto no solo les permitió identificar neuronas inmaduras, sino también capturar en plena actividad a sus precursoras: las células progenitoras neurales. No había duda: las neuronas se dividían.
Toda una vida
Gracias a este trabajo se pudo trazar un mapa del ciclo vital celular que va desde células madre hasta neuronas en formación. Además, estas células no estaban esparcidas al azar por todo el cerebro. Las técnicas genéticas permitieron visualizar la localización exacta de la neurogénesis dentro del tejido, mostrando que se concentra en una región muy concreta del hipocampo: el giro dentado. No es un dato menor, porque esta zona ya se había asociado antes con la memoria episódica, la navegación espacial y la flexibilidad cognitiva, tareas que necesitan gran plasticidad para posibilitar el aprendizaje.
Un hallazgo especialmente interesante fue la enorme variabilidad entre individuos adultos lo cual, abre nuevas preguntas sobre qué factores podrían influir en la capacidad regenerativa de cada persona (genéticos, de estilo de vida o incluso farmacológicos). Y, con ello, se dibuja un horizonte esperanzador: ¿es posible estimular esta neurogénesis mediante terapias?¿Podrían desarrollarse fármacos o intervenciones capaces de reactivar o aumentar esta actividad en personas con deterioro cognitivo o enfermedades neurodegenerativas?
Enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o incluso ciertas depresiones severas podrían beneficiarse de tratamientos que activen mecanismos de neurogénesis pero, por ahora, la respuesta es un cauteloso “quizá”. Lo que sí se puede afirmar con seguridad es que el viejo dogma de que el cerebro adulto es estático e incapaz de renovarse ha quedado aún más debilitado. Ya no hablamos de inferencias basadas en animales ni de estudios indirectos: hablamos de células humanas, observadas con herramientas moleculares precisas dentro de cerebros adultos.
QUE NO TE LA CUELEN:
- La existencia de neurogénesis adulta no implica, por sí sola, una capacidad regenerativa funcional o suficiente para revertir enfermedades. Pero sí significa que hay una puerta abierta, una posibilidad...
REFERENCIAS (MLA):
- Dumitru, Ionut, et al. "Identification of Proliferating Neural Progenitors in the Adult Human Hippocampus."Science, 3 July 2025, doi:10.1126/science.adu9575.
✕
Accede a tu cuenta para comentar