Geofísica
El Sol entra en “zona de batalla”: su actividad aumentará un 50%
“El potencial de tormentas geomagnéticas grandes y peligrosas en los próximos años es muy real”, señala un geofísico.
Las tormentas geomagnéticas, las erupciones solares y el ciclo del Sol son fenómenos que han pasado a formar parte de nuestro vocabulario habitual. A estos ahora habría que agregarles una nueva expresión: la zona de batalla solar. Si bien el máximo solar acaba de comenzar oficialmente, algunos científicos advierten que la actividad solar no alcanzará su pico máximo hasta que esta fase explosiva haya terminado y entremos en la mencionada zona de batalla.
Esta fase relativamente poco estudiada del ciclo solar, en la que aparecen agujeros gigantes en la corona del Sol, podría acabar siendo desastrosa para los satélites que orbitan la Tierra, que se han multiplicado exponencialmente desde el último ciclo solar (más de una década atrás), advierten los expertos. Pero vamos por el principio. El máximo solar es el período del ciclo solar de aproximadamente 11 años del Sol, o ciclo de manchas solares, en el que el número de manchas oscuras visibles en el Sol alcanza su punto máximo.
Este periodo se caracteriza por potentes erupciones solares que explotan desde la superficie solar y arrojan nubes de partículas cargadas a la Tierra, lo que desencadena intensas tormentas geomagnéticas y son las responsables de la belleza, en forma de auroras y también de los problemas con las comunicaciones e interferencias en las corrientes electromagnéticas.
A mitad de este período, el campo magnético del Sol cambia por completo, lo que lleva a una reducción final de las manchas solares y de la actividad solar hasta que alcanzamos la actividad mínima y comienza el siguiente ciclo solar. Pero los científicos de Lynker Space, especializados en predicción del clima espacial, publicaron un informe en el que explicaban que una nueva fase del ciclo solar, conocida como la zona de batalla, probablemente comenzará en el próximo año o dos, cuando termine el máximo solar.
Scott McIntosh, físico solar señaló en una entrevista que la actividad geomagnética en la atmósfera superior podría aumentar hasta un 50% durante la zona de batalla y podría durar hasta bien entrado el año 2028: “El potencial de tormentas geomagnéticas grandes y peligrosas en los próximos años es muy real", afirmó este experto.
¿Qué es la zona de batalla? Además del ciclo de manchas solares de 11 años, el Sol también tiene un ciclo Hale más largo de 22 años, que es el tiempo que tarda el campo magnético de nuestra estrella en cambiar. Durante este ciclo más largo, grandes bandas de magnetismo, conocidas como bandas del ciclo de Hale, emergen en los polos del Sol y migran lentamente hacia el ecuador solar, independientemente del campo magnético más amplio del Sol. Una nueva banda emerge en ambos hemisferios del Sol durante cada máximo solar y dura hasta el final del siguiente ciclo de manchas solares, cuando las bandas alcanzan el ecuador solar y desaparecen en lo que los investigadores llaman un evento de "terminación solar". Esto significa que durante la primera mitad de un ciclo de manchas solares (desde el mínimo solar hasta el máximo solar) solo hay una banda del ciclo de Hale en cada uno de los hemisferios del Sol. Pero durante la segunda mitad de un ciclo (después del máximo solar), hay dos bandas en cada hemisferio.
La superposición de estas bandas gigantes es lo que gobierna el ciclo de manchas solares, explica McIntosh. Cuando solo hay una banda en cada hemisferio, hay un desequilibrio magnético en todo el Sol, con campos magnéticos más débiles cerca del ecuador, lo que permite que el número de manchas negras aumente alrededor de la cintura de nuestra estrella, dijo.
“Pero cuando se establece una segunda banda, reduce el desequilibrio y dificulta la formación de manchas solares – añade McIntosh -. Finalmente, en unos pocos años, a medida que las bandas avanzan hacia el ecuador, el desequilibrio disminuye progresivamente hasta que el Sol no puede producir ninguna mancha solar”.
Las bandas del ciclo de Hale han sido históricamente pasadas por alto por la mayoría de los meteorólogos espaciales que confían más en el número de manchas solares para predecir la actividad solar. Sin embargo, algunos científicos están empezando a darse cuenta de que las bandas magnéticas son más importantes de lo que pensábamos. Por ejemplo, estudiar el evento del terminador solar que precedió al ciclo solar actual permitió a McIntosh y a otros predecir correctamente la llegada del máximo solar cuando otros expertos no lo hicieron.
La razón por la que la zona de batalla es potencialmente más peligrosa que el máximo solar es doble: primero, la cantidad de erupciones solares que surgen del Sol sigue siendo alta durante varios años después del máximo solar, lo que significa que la Tierra se ve afectada por tantas tormentas solares como las que estamos recibiendo ahora; segundo, el tira y afloja magnético entre las bandas del ciclo Hale desencadena la formación de agujeros coronales: parches oscuros gigantes creados por el campo magnético del sol que atraviesan la corona solar, o atmósfera exterior.
Los agujeros coronales son peligrosos porque pueden crear ráfagas cortas y extremas de viento solar: la corriente constante de partículas cargadas expulsadas por el Sol. Por ejemplo, en diciembre de 2023, un agujero coronal más ancho que 60 Tierras nos bombardeó con viento solar; y en 2022, un agujero coronal creó un "hueco" en el viento solar, tan grande que "hizo estallar" brevemente la atmósfera de Marte.
Para la mayoría de las personas en la Tierra, la zona de batalla representa una amenaza muy pequeña. Incluso podría ser una buena noticia para los cazadores de auroras porque las posibilidades de ver los espectáculos de luces danzantes son aún mayores durante este período.
Sin embargo, este período podría ser muy difícil para los operadores de satélites porque toda esta actividad geomagnética adicional puede hacer que la atmósfera superior se hinche. Cuando esto sucede, las naves espaciales en órbita pueden experimentar una resistencia adicional, lo que hace que caigan de nuevo a la Tierra; esto ya ha sucedido durante el máximo solar actual. Con el lanzamiento de nuevos satélites en cantidades récord gracias a proyectos como la constelación Starlink de SpaceX, las probabilidades de que el clima solar provoque fallas desastrosas en los satélites son cada vez mayores.
“Nunca hemos tenido tantos objetos en la órbita baja de la Tierra (alrededor de 10.000) – concluye McIntosh -. Veremos en tiempo real cuál es el impacto de la zona de batalla en las empresas que luchan por sobrevivir y tener éxito en ese entorno”.
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