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¿Es Taylor Swift culpable del cambio climático? Sí y tú también (pero menos)

La última polémica de la cantante ha puesto el foco mediático e uno de los temas más cruciales de nuestro tiempo: la mayor responsabilidad climática de algunas clases sociales

Taylor Swift
Taylor Swift Lifestyle

Muy de vez en cuando los males de nuestro tiempo se unen para dar lugar a una tormenta perfecta y, contra todo pronóstico, traen algo bueno. El despilfarro de los multimillonarios, la cultura de la cancelación, las cargantes redes sociales y el temor al cambio climático siempre están ahí, pero estos últimos días se han reificado en la figura de Taylor Swift. La cantante ha sido criticada por su uso de jets privados, y no solo del suyo, sino de empresas como VistaJet. Ante estas acusaciones una de las cosas que debemos preguntarnos es: ¿Desde cuándo estamos tan concienciados por el cambio climático?

Posiblemente desde nunca, pero esa es la consecuencia de nuestra tormenta perfecta. Las redes sociales están desbocadas, sus usuarios sienten la necesidad de encontrar figuras a las que lapidar para erigirse ellos mismos como héroes. Si la figura es conocida, mejor, y cuantos más privilegios acumule, más tantos que se anotan. Desde luego que es importante defender nuestros valores y que identifiquemos el lugar que cada uno ocupa en la sociedad, las ventajas que hemos disfrutado y las dificultades que sufrimos; pero no estamos hablando de eso. Hablamos de una moda pendenciera y frívola que no está necesariamente vertebrada por la reflexión y la conciencia medioambiental. Sea como fuere, todas estas borrascas contemporáneas han permitido atraer la atención de la gente sobre un problema de primer orden: la responsabilidad climática de los famosos.

Swift, una entre unos pocos

En este caso el escarnio le ha tocado a Swift, en parte desde el machismo y la animadversión que algunos colectivos han desarrollado a su figura, su historia y lo que representa. Recordemos que este último incidente tampoco es un caso aislado y que, la cantante, fue la celebridad con mayor huella de carbono hasta mediados de 2022. Sin embargo, desde entonces se han emitido muchas toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera y ella ya no ostenta el trono. En la web My Climate Tracker han calculado las emisiones de los famosos durante el periodo comprendido entre septiembre de 2023 y febrero de 2024 y Taylor Swift está en el puesto 31.

El primer lo ocupa Travis Scott, que durante 2023 emitió 6.000 toneladas de dióxido de carbono con sus 137 vuelos privados, casi lo que emiten 1000 personas promedio. En segundo lugar, está Kim Kardashian, con unas 5.800 toneladas emitidas por 165 vuelos de sus jets. Y, con la medalla de bronce se erige Elon Musk, acumulando 4.500 toneladas de dióxido de carbono liberadas durante 150 vuelos. Un tercer puesto especialmente interesante si tenemos en cuenta que Elon se ha vendido como el gran aliado contra el cambio climático, con sus coches Tesla y sus cohetes reutilizables.

Puede que la comparación nos sorprenda, pero un informe de Oxfam en 2019 ya planteaba que el 1% más rico de la población tenía unas emisiones de carbono anuales equivalentes a las de los 2/3 de personas más pobres del planeta. Es más, en el mismo informe indican que el 10% de las personas más ricas del mundo son responsables del 50% de las emisiones de carbono. Porque recordemos que, aunque Swift esté lejos del top 3, sigue perteneciendo a ese 1% y su responsabilidad climática, comparada con la mayoría de la población, es abrumadoramente alta.

Repartiendo culpas

Pero pongámoslo en contexto, porque el cambio climático no significa solo que vayan a aumentar las temperaturas, tenemos que dar cuenta de las consecuencias que tiene ese calentamiento. Por ejemplo, en el mismo informe de Oxfam indican que podríamos atribuir a la contaminación de ese 1% de la población 1,3 millones de muertes que se asociarán al calor entre 2020 y 2030. Es posible que un ejército de musketeros y swifties estén rabiando al leer estas líneas y, si pudiéramos escucharlos oiríamos cosas como: sí, pero Taylor Swift paga créditos de carbono para compensar las emisiones de su jet.

Y la verdad es que eso es estrictamente cierto, los paga. El problema no está ahí y es doble. Por un lado, no está tan claro que los créditos compensen nada, son, más bien, una forma de disuadir y perseguir las emisiones descontroladas y que, como una “multa” voluntaria, puedan tener cierto retorno positivo invirtiendo en medidas contra el cambio climático. Por otro lado, pagar créditos de carbono no es incompatible con hacer un uso responsable del transporte. ¿Eran necesarios todos esos viajes por aire? Por desgracia, tiene sentido que una celebridad de su talla no pueda permitirse ir en un vuelo comercial, donde se expone a situaciones agotadoras e incluso violentas con los fans, pero hay más opciones.

Bula o compromiso

Si un vuelo comercial no es la opción, siempre se puede recurrir a un coche privado, más cansado, pero mucho menos contaminante. Las personas, realmente concienciadas con el cambio climático cambian el avión por el tren, a costa de su tiempo y con la comodidad. Para una personalidad del calibre de Swift, Musk o Scott, pueden permitirse perfectamente ser menos eficientes en lo laboral sin que eso comprometa su capacidad para llegar a fin de mes. Es un sacrificio, por supuesto, un sacrificio mucho mayor y más significativo que pagar una cantidad ridícula de tu fortuna para permitirte no tener conciencia ecológica. Y ya me parece escuchar de nuevo algunas voces diciendo que esos viajes no se pueden hacer en coche. Puede que algunos no, desde luego, pero recordemos que el vuelo más corto lo protagonizó Oprah en 2022 y duró 14 minutos, ese recorrido se podría haber cubierto en patinete.

Parece mentira que tengamos que aprovecharnos de la envidia, la cultura de la cancelación, el machismo y lo pendencieras que son las redes para poner el foco en las cosas realmente importantes, pero así ha sido y debemos aprovechar la oportunidad. Esta cuestión sobre las emisiones de los famosos no es baladí y es la oportunidad para que mucha gente se adentre en este desesperante y angustiante mundo que es el tener una pizquita de conciencia ecológica.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • En el fondo, no estamos hablando de Taylor Swift, hablamos de cómo vivimos de espaldas a las principales problemáticas de nuestro siglo, sobre todo, cuando tenemos a nuestra disposición los medios para vivir sin límties.

REFERENCIAS (MLA):

  • “Climate Equality: A Planet for the 99%.” Oxfam Policy & Practice, 2024, https://policy-practice.oxfam.org/resources/climate-equality-a-planet-for-the-99-621551/. Accedido el 18 de febrero de 2024.
  • “El 1% más rico contamina tanto como los dos tercios más pobres de la humanidad.” Oxfam Intermón, 2024, https://www.oxfam.org/es/notas-prensa/el-1-mas-rico-contamina-tanto-como-los-dos-tercios-mas-pobres-de-la-humanidad. Accedido el 18 de febrero de 2024.
  • “Taylor Swift und myclimate.” MyClimate, 2024, https://www.myclimate.org/en/information/news-press/news/newsdetail/taylor-swift-und-myclimate/. Accedido el 18 de febrero de 2024.
  • “Carbon Tracker.” MyClimate, 2024, https://carbontracker.myclimate.org/. Accedido el 18 de febrero de 2024.