Estado de alarma

Un sociólogo recomienda acabar ya el curso en Primaria y Secundaria

Recomienda ofrecer apoyo a los alumnos más vulnerables

Un alumno de secundaria asiste a su clase online desde casa en Ávila
Un alumno de secundaria asiste a su clase online desde casa en ÁvilaRicardo Munoz Martin (Spain) www.rmestudios.comIcal

El curso podría darse por terminado en la educación obligatoria y centrar los apoyos docentes en el alumnado más vulnerable, mientras que en la postobligatoria habría que asegurarse de que el estudiantado adquiere aquellas competencias y conocimientos que son “aval de los títulos que van a obtener”.

Así lo plantea el profesor de sociología de la Universitat de València Daniel Gabaldón, especialista en Educación, en una entrevista telefónica en la que pide “tener mano ancha” y ser “razonable y pragmático”, y no obsesionarse con acabar el curso, dar todos los contenidos o acabar todos los libros.

En las etapas obligatorias (Primaria y Secundaria) "no es tan grave decir: 'Vamos a cerrar el curso como lo tenemos'", pues los menores pasan diez años escolarizados en el sistema y muchos contenidos se repiten a lo largo de los cursos, por lo que aquellas cuestiones que sea necesario reforzar o compensar, se puede hacer "en un momento u otro".

"Hemos hecho dos tercios del curso escolar actual", por lo que la mayor parte de los contenidos está dada, asegura este sociólogo, quien defiende que el curso "se podría acabar como está" y centrar "los apoyos docentes en aquellos colectivos y personas que el sistema conoce y que están en dificultades".

Gabaldón considera que no tienen por qué estar "todos los hijos de todas las familias con clases 'on-line'", pues muchos de ellos tendrán ya alcanzados los objetivos del curso escolar, y tienen suficiente con seguir leyendo o manteniendo la socialización con los compañeros de clase.

Otros, sin embargo, ya tenían dificultades antes de la suspensión de las clases y la declaración del estado de alarma, y lo que hace esta situación es "incrementar la brecha" de desigualdad.

En este sentido, cree que los recursos públicos y el "músculo docente" se debería dedicar a esas familias que "ya estaban en desventaja y que esta situación les pone aun más en desventaja".

En las etapas postobligatorias, como la universidad o la Formación Profesional (FP), Gabaldón cree que lo que hay que asegurar es que los alumnos puedan adquirir aquellas competencias y conocimientos que son aval de los títulos que van a obtener, y hacer "módulos 'ad hoc' para poder completar esa formación".

Plantea que aquella formación que se pueda se haga por internet y la que no, se recupere cuando se vuelva a las clases presenciales. "Los títulos tienen un aval detrás y hay que conseguir que la gente tenga la formación que el título reconoce", señala.

Sobre la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), este profesor considera que los exámenes deberían centrarse en aquellas materias que se han dado en los dos primeros trimestres, cuando todavía había clases presenciales y los profesores han podido supervisar personalmente la adquisición de los conocimientos.

"Tratar de progresar más en esos niveles es dar más ventaja al que está mejor posicionado" y aumentar más una brecha que seguirá existiendo, pues el alumnado que tiene recursos en casa podrá estudiar "a una capacidad más competitiva que alguien que esté en un entorno" sin esos recursos.

Este sociólogo cree que esta situación va a suponer, en su conjunto, un revulsivo para la sociedad, pues hará que los ciudadanos sean más competitivos en cuestiones relacionadas la educación y la comunicación virtual y a distancia, especialmente si van llegando recursos a los que tienen mas dificultades.

“Siempre hay pegas y pros, pero a nivel agregado va a ser un revulsivo positivo”, también para los docentes, añade, pues “muchos tenían esto de las nuevas tecnologías como algo muy de gente joven” que no les iba a tocar, y ahora están, a su juicio, poniéndose las pilas.