El PP pide autorizar la quema de la paja del arroz donde no se pueda recoger

El PP ha solicitado que se permita la quema de la paja del arroz en aquellas zonas de L’Albufera de Valencia en las que no es posible la recogida de la misma, así como en aquellas zonas en las que, estando prevista la recogida, no se llegue a tiempo, autorizando, con la previsión de tiempo suficiente, la quema en días en los que los vientos sean favorables a la deriva de humos hacia el mar y horarios en los que la paja se encuentre menos húmeda para reducir el humo que se produce y evitar molestias a la ciudadanía.

Explica el PP en una proposición no de ley que durante años los agricultores arroceros han podido quemar la paja del arroz resultante tras la recogida de la cosecha, «era la forma tradicional de acabar la temporada para iniciar a continuación la siguiente». Las normas de condicionalidad establecen una prohibición genérica sobre la quema de rastrojos en cultivos de cereales que perciben ayudas PAC, e incluso las excepciones previstas a dicha prohibición no son aplicables cuando los agricultores asumen compromisos específicos de mantener los restos de cosecha a cambio de ayudas agroambientales.

El efecto de las ayudas agroambientales para el mantenimiento del arroz en humedales dentro del PDR ha generado ciertos inconvenientes contra los que ha tenido que reaccionar el agricultor. Al prescindir de la quema tradicional de la paja y de los rastrojos se han utilizado más tratamientos de lucha química, pues los restos de cosecha han actuado como reservorios de enfermedades (Pyricularia orizae) y plagas (Chilo suppressalis) que han acentuado la reproducción de los problemas fitosanitarios en el siguiente ciclo de cultivo.

El exceso de materia orgánica en zonas húmedas inundadas tras el cultivo ha propiciado fenómenos de anoxia y aguas negras que han ocasionado problemas de salud pública a la población aledaña al parque natural, al resultar los gases emitidos por la putrefacción de los restos de la paja del arroz inundada altamente contaminantes, lo que dificulta la respiración y la vida cotidiana de dicha población, así como conlleva una gran emisión de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global, cuando la situación es de emergencia climática.

Y recomiendan que para reducir los daños se recomienda facilitar la aireación del suelo y reducir el contenido de materia orgánica mediante la quema.