Tribunales

Condenan al exmarido de Mónica Oltra a cinco años de cárcel por abusar de una menor

El educador deberá pagar a la menor 6.000 euros y no se podrá acercar a ella durante diez años

Imagen de archivo de la vista en la que se juzgó y posteriormente, condenó, al educador
Imagen de archivo de la vista en la que se juzgó y posteriormente, condenó, al educadorBiel AliñoAgencia EFE

La sección segunda de la Audiencia de Valencia ha condenado al educador Eduardo Ramírez a cinco años de prisión como responsable de un delito continuado de abuso sexual, con prevalimiento, a una menor de 16 años. Además, se le inhabilita para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto con menores durante diez años y se le exige resarcir a la menor con seis mil euros.

El juicio se repitió a principios del mes de febrero después de que el Tribunal Superior obligara a ello ya que se había obviado un informe psicológico en el que se dudaba de la veracidad de la menor. Ahora, el mismo tribunal que lo condenó entonces, vuelve a condenarlo a la misma pena: cinco años de prisión.

Considera probado la sentencia que el educador abusó en varias ocasiones de la menor, nacida en 2002 y que se hallaba tutelada por la Generalitat Valenciana en el Centro de Acogida Niño Jesús, centro donde trabajaba como educador e3l condenado.

Dicha menor, durante determinados periodos de tiempo en el año 2016 y principios del año 2017 y como consecuencia de que llegaba tarde al centro, tenía mal comportamiento o no cumplía con la normativa del mismo, era castigada frecuentemente a dormir en una habitación separada, ubicada en el primer piso de la Residencia y alejada varios metros del “hogar” en que pernoctaban el resto de menores acogidos.

En el periodo referido, en fechas que no se han concretado pero entre dos y diez ocasiones, Eduardo Ramírez, que desempeñaba el turno de noche en aquella época, acudía a la habitación de la menor cuando esta se hallaba castigada, y le masajeaba la zona del cuello y la espalda para que consiguiera conciliar el sueño y, “una vez creía que se hallaba dormida, cogía la mano de la niña y se masturbaba con ella fingiendo la menor dormir ante la vergüenza que le producía dicha situación”.