Tribunales

Camps niega ninguna relación de amistad con el Bigotes y dice que lo envió el PP de Madrid

El bigotes dice que "yo le pedía a Camps que me ayudara y yo le ayudaba"

El expresidente de la Generalitat Francisco Camps ha negado este lunes una vez más que tuviese una relación de amistad con el empresario de la trama Gürtel Álvaro Pérez, el Bigotes, o que le prometiese trabajo con el PP o con la administración, como ha señalado éste durante su declaración en el juicio que celebra la Audiencia Nacional.

"Todo esto es un montaje espectacular que no hay por dónde cogerlo", ha indicado el exdirigente del PP valenciano ante los medios a la salida del juicio de una pieza del caso Gürtel, relativa a la presunta adjudicación irregular a la trama del montaje de un expositor en Fitur 2009, en el que Camps afronta a una petición fiscal de dos años y medio de cárcel por fraude y prevaricación.

Álvaro Pérez, el Bigotes, en prisión por otras piezas del caso y que ha llegado a un acuerdo con la fiscal, ha aseverado durante su declaración que Camps y él eran "amigos" desde 2003, que el expresidente le dijo que se trasladase a Valencia para hacer "todos los actos del partido" y que acudió al exdirigente popular para intentar conseguir trabajo en la administración valenciana: "Yo le pedía a Paco Camps que me ayudara, y él me ayudaba".

Una versión con la que discrepa "absolutamente" Camps, que ha asegurado que su relación con el Bigotes era exclusivamente para "actos del partido" y que fue enviado por el PP nacional a Valencia para organizar campañas electorales.

"Este señor me invitó a su boda y fui de manera absolutamente cortés", ha explicado Camps, que ha dicho que simplemente escuchó y aplaudió el discurso en el que el Bigotes le elogió al decir que era "cojonudo como persona y como amigo" y que no fallaba "jamás".

También ha restado valor a la conversación "mantra" reproducida en el juicio en la que felicitaba las fiestas navideñas a este empresario, a quien se refería como "amiguito del alma" y le decía "te quiero un huevo", y ha subrayado una vez más que se trató de una felicitación navideña.

Ha negado asimismo haber estado "inquieto en absoluto" durante la sesión de este lunes, en la que el tribunal ha tenido que pedirle "respeto a la sala" y ha señalado que simplemente les estaba preguntado una duda a los abogados.

Por su parte, Álvaro Pérez, el Bigotes, considerado cabecilla de la trama Gürtel, ha declarado este lunes que "yo le pedía a Paco Camps que me ayudara y él me ayudaba".

"Entiendo que ahora se quiera negar lo innegable, pero había mucha gente en Valencia que sabía cuál era mi relación con Camps", ha indicado el empresario, quien, como una decena de acusados, ha llegado a un acuerdo con la Fiscalía en este juicio de la Audiencia Nacional, en el que el expresidente autonómico se enfrenta a una petición fiscal de dos años y medio de cárcel por la presunta adjudicación irregular a la trama de un expositor de Fitur, en 2009.

Eran "amigos" desde 2003, ha indicado Pérez, en prisión por otras ramas del caso y a quien le parece "obsceno negar lo evidente". Minutos antes, el considerado número dos de Gürtel, Pablo Crespo, ha insistido en que "todo el mundo" conocía la "buena relación" entre ambos.

Orden en la Sala

Camps, que discrepa abiertamente de la versión del Bigotes, se ha mostrado inquieto durante la declaración del empresario, haciendo aspavientos y comentarios, lo que ha motivado que el presidente del tribunal, José Antonio Mora, le pidiese "silencio y respeto a la sala".

Al inicio de la sesión, el magistrado Mora ha llamado a la "calma y al respeto institucional" tras el episodio de hace unas semanas en el que expresidente se encaró con Francisco Correa y le acusó de mentir en su declaración, en la que también adujo la buena relación entre él y Pérez. La Fiscalía ha pedido dar traslado a los juzgados de Torrejón de Ardoz (Madrid) por si procediese investigar un delito de obstrucción a la justicia.

Los inicios de la trama Gürtel en la Comunitat Valenciana se remontan a 2004, según la versión de Álvaro Pérez, quien ha explicado que, tras el "éxito" que obtuvo al organizar actos de la campaña de Camps para la presidencia de la Generalitat, éste le dijo: "Vente a Valencia, vas a hacer todos los actos del partido".

Orange Market, filial valenciana de Gürtel que llegó a conseguir un volumen de negocio de casi siete millones de euros, se instaló en Valencia, si bien, a lo largo de los años, se dieron cuenta de que, aunque hacían muchos actos para el PP, apenas trabajaban para la administración, a diferencia de otras empresas, según ha relatado.

"Entonces yo le pedí a Paco Camps que me ayudara y él me ayudaba", ha aseverado Pérez, quien ha dicho que él se encargaba de "conseguir el cliente" y no "del tema de los contratos" o de "si había que intervenir en el pliego técnico", aunque ha reconocido que se fraccionaban facturas por indicación de la administración.

En relación con la adjudicación del montaje de un expositor de Fitur 2009, el Bigotes ha admitido que tuvieron "ventaja" en aquella feria, si bien ha negado que, delante de él, Camps ordenase a la ex directora general de promoción institucional Salvadora Ibars que se adjudicase a Gürtel, aunque ha admitido que alguien le tuvo que dar órdenes y que ella dependía de Presidencia.

Ha indicado que, en un momento dado, en el marco de este contrato, llamó a Camps, que le tranquilizó y le dijo que lo haría él "todo", y en este sentido, ha relatado que recurrió al expresidente en otras ocasiones, como cuando le pidió llamar a la exconsellera Alicia de Miguel para que le diese trabajo.

Durante esta jornada se escuchado una vez más aquella conversación telefónica en la que el expresidente de la Generalitat felicitaba las fiestas navideñas a este empresario, a quien se refería como "amiguito del alma" y le decía "te quiero un huevo", y se ha visto el vídeo de la boda del Bigotes, donde se le ve elogiando al expresidente: "Es cojonudo como persona y como amigo. No falla jamás".

También se han escuchado otras conversaciones mucho más amargas, en las que exdirigentes del PP valenciano intentaban tranquilizar a Pérez, que hablaba entre lágrimas tras el estallido del caso Gürtel.

En una de ellas él pidió que hablaran "con el jefe", con "Paco Camps", porque su "obsesión" era que "le transmitieran que no había cometido ningún delito porque esa era mi percepción -decía-". "Era consciente de que me apreciaba y me quería", decía en otra.