
Dana
Dos empresas valencianas instalan baterías anti-apagones en ocho municipios afectados por la dana
Se trata de instalaciones conectadas a la red de baja tensión, y con una capacidad máxima de 5 MW, que pueden jugar un papel fundamental para aportar estabilidad a la red durante y después de una emergencia

Las energéticas Our New Energy y CST Energy, ambas con sede en la Comunidad Valenciana, apuestan por el almacenamiento distribuido en la región, con proyectos de baterías de pequeña escala en 8 municipios. El objetivo es claro: evitar que se repitan situaciones como la vivida el pasado octubre, cuando la DANA dejó a miles de hogares y empresas sin suministro eléctrico durante días.
Picassent, Silla, Massanassa, L'Oliveral, o Riba-roja de Túria, son solo algunos de los municipios que se vieron afectados por la dana el pasado octubre, y en los que Our New Energy y CST Energy están desarrollando proyectos. Se trata de instalaciones conectadas a la red de baja tensión, y con una capacidad máxima de 5 MW, que pueden jugar un papel fundamental para aportar estabilidad a la red durante y después de una emergencia.
Las baterías, solución ante situaciones de emergencia
Las baterías distribuidas son la mejor solución para evitar apagones en casos de catástrofes naturales como incendios, riadas o grandes nevadas. Tienen la capacidad de almacenar la energía, y cederla ante desconexiones del sistema eléctrico.
Al tratarse de instalaciones conectadas a la red de baja tensión, y ubicadas en zonas cercanas al consumo, pueden abastecer puntos estratégicos ante posibles fallos en la red de transporte y distribución. De esta forma, evitan interrupciones en servicios esenciales, como hospitales, centros de emergencias, servicios de comunicaciones, o incluso barrios afectados por cortes.
Además, el almacenamiento distribuido reduce la dependencia de grandes infraestructuras de generación y transporte, más expuestas a daños en situaciones de emergencia. Al estar descentralizado, el almacenamiento distribuido es menos vulnerable, ya que si una parte del sistema falla, el resto puede seguir funcionando. Esto es crucial para asegurar el suministro cuando la infraestructura centralizada se ve comprometida.
Recuperación con mejor impacto ambiental
El almacenamiento distribuido también refuerza la capacidad de respuesta y recuperación. Cuando una emergencia causa cortes eléctricos, el restablecimiento de la red no es inmediato, ya que las infraestructuras eléctricas pueden sufrir daños difíciles de reparar. Incluso una vez que el suministro eléctrico comienza a restablecerse, la red puede ser frágil por la alta demanda, al reactivar múltiples consumos simultáneamente.
Los sistemas de almacenamiento distribuido pueden ayudar en esta fase, absorbiendo las sobrecargas y liberando energía de forma controlada, evitando picos de tensión. Esto facilita una recuperación escalonada y evita daños adicionales a la infraestructura.
Además, las baterías reducen la dependencia de fuentes fósiles en la recuperación. Si bien existen otras alternativas para mantener el suministro, como la tecnología nuclear, ciclos combinados de gas, generadores diesel o bombeo hidráulico, las baterías son la opción con un menor impacto ambiental. Implican menos emisiones, menor coste y una logística más sencilla, sin necesidad de transportar y reabastecer combustible.
Proyectos innovadores para reforzar la capacidad de respuesta
La experiencia vivida con la dana de octubre resalta la necesidad de fortalecer la red eléctrica frente a los desafíos del cambio climático. La iniciativa de empresas pioneras como Our New Energy y CST Energy supone un gran avance para reforzar la seguridad y estabilidad del sistema eléctrico en la Comunidad Valenciana.
Es esencial que desde otras empresas e instituciones se siga apostando por estas soluciones, sobre todo en zonas vulnerables a fenómenos climáticos adversos. No solo se trata de responder a las emergencias, sino también de construir un sistema energético más robusto y sostenible a largo plazo.
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